lunes, 30 de noviembre de 2020

ROBERTO GERHARD (1896-1970): SOIRÉES DE BARCELONE, SUITE, OP. 1 (VELADAS DE BARCELONA, 1937-1938, 1972)


Sobre este gran compositor español exiliado a la Gran Bretaña tras la Guerra Civil, véanse, por ejemplo, estos enlaces 
Se celebra, estos meses, el cincuentenario de su muerte.

Recortables de teatro (Museo Marés, Barcelona)














Imágenes: Tocho, Museo Marés, Barcelona, noviembre de 2020


La recientemente reabierta tercera planta del museo Marés en Barcelona, que contiene la segunda parte del sorprendente, delirante y fascinante Gabinete de Curiosidades establecido por el escultor Frederic Marés antes y después de la Guerra Civil, contiene teatrillos de papel pintado, que representan escenografías teatrales y operísticas, minuciosamente representadas. El detalle de los telones y las figuras exige una observación detallada. Dichos teatrillos tenían diversas medidas; algunos eran diminutos: cabían en la palma de la mano.
Estos papeles o cartulinas recortados -telones, figuras, complementos- se vendían en cajas, y servían de entretenimiento familiar, como juegos de mesa: se recortaban, se montaban, se fijaban y se iluminaban -con velas. Pese al éxito que tuvieron, en los siglos XVIII y XIX, pocos han llegado hasta nosotros.
La colección del Museo Marés, muy bien instalada e iluminada, es única. Y deslumbrante 

domingo, 29 de noviembre de 2020

Casa de muñecas

 



















Fotos: Tocho, Museo Marés, Barcelona, noviembre de 2020


Hace dos días, abrió de nuevo, tras años de cierre por restauración, la última planta del Museo Marés, dedicada, al igual que la planta inferior, a un descomunal Gabinete de curiosidades, con obras de arte decorativo, entre los siglos XIII y XIX, coleccionada febrilmente por el escultor español Frederic Marés (1893-1991).

De cada tipo de objeto, Marés adquiría, tras búsquedas por toda España, decenas o centenares de ejemplares casi idénticos, tipos de objetos a punto de desaparecer, a menudo desechados, a los que nadie concedía valor alguno.

Hoy, las vitrinas, semejantes a las de un museo de ciencias naturales victoriano, llenas de objetos perfectamente ordenados y clasificados, componiendo archivos alucinados, fascinan por el carácter absurdo, inútil y obsesivo del incesante coleccionismo que revelan.

Entre las obras más singulares, que se descubren después de tanto tiempo, una colección de muñecas de porcelana, del siglo XIX, que miran con ojos de cristal bien abiertos y que, en la débil luz de la sala, saturada de vitrinas cargadas de obras, parecen aguardar al visitante, atentas y sin moverse, como pequeños fantasmas al acecho, poblando un universo digno de A través del espejo que Lewis Carroll escribiera.  

2020

 


Foto: Tocho, Feria de Santa Lucía (Navidad), Barcelona, noviembre-diciembre de 2020

viernes, 27 de noviembre de 2020

Patas para arriba

 





El profesor abre la puerta y entra en el aula. Porta sus apuntes. Saluda al vacío. Se dirige hacia la mesa. Aprieta un interruptor. Enciende el ordenador y escribe la clave de acceso. Activa un programa de filmación con dos cámaras (o webcams) en "streaming" (decir en directo está desfasado). Y habla ante aquéllas.
Los estudiantes, desde sus habitaciones o desde el baño, siguen la retransmisión.
Los taburetes, sobre las mesas, se portan bien.

Mientras, otro profesor, desde su casa, habla a la pantalla de su ordenador y retransmite una clase que los estudiantes, esta vez sentados en un aula ante una tarima vacía, siguen en directo

La nueva docencia....

TED CRONER (1922-2005): NUEVA YORK (1940-1950)















 








Siluetas en una ciudad sepultada por la nieve que difumina los contornos, convierte a los paseantes en sombras y compone abruptos contrastes de luz y oscuridad; imágenes de coches circulando a toda velocidad, desde los que se descubre una ciudad barrida por anuncios luminosos cuyas imágenes se funden, como si un manto de luz, o de nieve, las hubieran recubierto y unificado.

Ted Croner fue uno de los más importantes fotógrafos urbanos norteamericanos de los años 40 y 50 del siglo pasado. Retrató la ciudad de Nueva York, sobre todo, casi siempre de noche, licuada por los neones, o de día, envuelta bajo la nieve que reverbera disolviendo la nitidez, la altivez de los rascacielos.

Una exposición colectiva sobre la "Escuela de Nueva York" fotográfica, estos días, en Montpellier (Francia), destaca su importancia a la hora de captar o de crear una imagen de la ciudad.
Esta exposición, temporalmente cerrada a causa de la pandemia, reabrirá puertas el 1 de diciembre