“Pensar es decir no. Observe que el signo sí es el de un hombre que se queda dormido; en cambio, el despertar sacude la cabeza y dice que no. ¿No a qué? ¿Al mundo, al tirano, al predicador? Es solo la apariencia. En todos estos casos, el pensamiento se dice no a sí mismo. Rompe la feliz aquiescencia. Se separa de sí mismo. Lucha contra él mismo. No hay otra combate en el mundo. Lo que hace que el mundo me engañe con sus perspectivas, sus neblinas, sus choques desviados, es que consiento, es que no busco otra cosa. Y lo que hace que el tirano sea mi amo es que respeto en vez de examinar. Incluso una doctrina verdadera se vuelve falsa a causa esta somnolencia. Es por creer que los hombres son esclavos. Reflexionar es negar lo que se cree. El que cree ya ni siquiera sabe lo que cree. Quien se contenta con su pensamiento ya no piensa nada. »
ALAIN, Comentarios sobre los poderes, “El hombre frente a la apariencia”, 1924
« Penser, c’est dire non. Remarquez que le signe du oui est d’un homme qui s’endort ; au contraire le réveil secoue la tête et dit non. Non à quoi ? Au monde, au tyran, au prêcheur ? Ce n’est que l’apparence. En tous ces cas-là, c’est à elle-même que la pensée dit non. Elle rompt l’heureux acquiescement. Elle se sépare d’elle-même. Elle combat contre elle-même. Il n’y a pas au monde d’autre combat. Ce qui fait que le monde me trompe par ses perspectives, ses brouillards, ses chocs détournés, c’est que je consens, c’est que je ne cherche pas autre chose. Et ce qui fait que le tyran est maître de moi, c’est que je respecte au lieu d’examiner. Même une doctrine vraie, elle tombe au faux par cette somnolence. C’est par croire que les hommes sont esclaves. Réfléchir, c’est nier ce que l’on croit. Qui croit ne sait même plus ce qu’il croit. Qui se contente de sa pensée ne pense plus rien. »
ALAIN, Propos sur les pouvoirs, « L’homme devant l’apparence”, 1924
Alain (Émile-Auguste Chartier, 1868-1951)
Un legible breve texto primerizo e inédito, recientemente publicado, del filósofo francés nacido en Argelia Jacques Derrida, basado en cuatro clases que impartió en la universidad de la Sorbona en París, en sus inicios, en 1962, en plena guerra de independencia de Argelia, cuando era aún ayudante de treinta y un años, titulado Pensar es decir que no, comenta este sorprendente texto, casi un aforismo, del filósofo francés apodado Alain.
El libro no está (¿aun?) traducido al español o al catalán.