jueves, 31 de octubre de 2013

Arte contemporáneo y subvenciones públicas

Nos quejamos que el arte contemporáneo no interesa.
Las ayudas públicas, becas y subvenciones han disminuido o desaparecido. Compañías de danza contemporánea, teatro y "performance" productoras de cine, video y documentales, artistas plásticos, etc. malviven o emigran. Centros de arte y museos con colecciones permanentes apenas tienen para abrir las luces, salas expositivas cierran o se reconvierten, y las becas para estudiantes de bellas artes, arquitectura, diseño, etc  -como cualquier beca universitaria- se han cancelado.
Las quejas son infundadas, o se asiste de pronto a un renacer del apoyo público a la creación artística.

Así, la Generalitat deCatalunya subvenciona a una página web de porno (en) catalán ( cuyo ideario se basa en tres principios, merecedores de las ayudas: "L'idioma del vídeo és el català /Volem que els vídeos no siguin del tipus porno més explícit, sinó que es produeixin i es desenvolupin en situacions més locals i casolanes, que en definitiva siguin més creïbles i que la gent es pugui identificar més / Qualitat cinematogràfica i temàtica. Els nostres vídeos volem que tinguin una aparença de qualitat cinematogràfica. Volem fer, en definitiva, curtmetratges (amb els seus conflictes, històries d'amor i passions) amb desenllaços porno", donde se muestran videos (uno solo)  -con apariencia de calidad cinematográfica, no olvidemos (sic)- en los que esforzadas muchachas, sea cual sea la faena que practican, se ufanan en articular, cual un tieso miembro de la Academia de la Lengua, frases como "Ay, ets molt millor qu´en Joan i que el meu home", al tiempo que destacan las contundentes virtudes de "les meves mamelles".

Mientras, el Ayuntamiento de Madrid, la Comunidad de Madrid, y el Gobierno Regional de Castilla-La Mancha, encabezado por su presidenta, doña María Dolores de Cospedal, apoyan y subvencionan juntos una expresiva muestra del artista Alberto Romero: una "Exposición-Homenaje a Doña Cayetana Stuart y Silva-Duquesa de Alba", titulada Doña Cayetana ¡Va por Usted!, cuyo catálogo se abre con un texto de la presidenta de la Junta.
La "Exposición (está) formada por cuarenta y cinco piezas realizadas en los últimos tres años , siendo de todos los formatos, desarrollando una obra esculto-pictórica con la técnica mixta realizadas sobre soporte de madera y sumergidas en una base plagada de texturas. Siendo piezas orgánicas y matéricas, introduciendo gran variedad de materiales, papeles, cartones, maderas, poliéster, colas, serrines y polvos de mármol.
Realizando un estudio del personaje, dando importancia a su mirada, ojos, labios, lazos, joyas y como no a su indiscutible pelo, muy particular, rizado y con bucles continuos superpuestos perfectamente ondulados, siendo de color blanquecino como si se tratase de la corriente de un rápido en movimiento, ágil y fresco".  

Ante tanto rizo y  poesía no es de extrañar que los poderes públicos luchen por traer la muestra a sus ciudades respectivas. Tras Ibiza y Sevilla, confiemos en que podamos disfrutarla en Barcelona, quizá con la audición de los diálogos del insigne cortometraje Jo Mai Mai de fondo.





Agradezco a Helena Tatay tanta y tan variada información sobre arte contemporáneo.

miércoles, 30 de octubre de 2013

ARCADE FIRE: CITY WITH NO CHILDREN (CIUDAD SIN NIÑOS, 2011)



Este tema, y el tema presentado en una entrada anterior, del álbum del grupo canadiense Arcade Fire, The Suburbs (Suburbios)

Mito y misterio (en la Grecia antigua)

"Los mitos y los misterios son dos medios complementarios utilizados por la divinidad para revelar la verdad a las almas religiosas".
Este frase esclarecedora del helenista Luc Brisson, que apenas desarrolla, enuncia bien las dos maneras gracias a las cuales los seres humanos, en la Grecia antigua, entraban en contacto con las divinidades a fin de que éstas les libraran determinados conocimientos (acerca del pasado, el presente o el futuro, del cosmos o del ser humano).
Los mitos eran relatos sobre las andanzas de dioses y héroes (mythos significa, en la Grecia antigua, palabra contada: palabra que dice la verdad acerca de lo que aconteció cuando aquéllos organizaron el cosmos). Pertenecían a un tradición oral -aunque, gracias a Homero y Esquilo, principalmente, fueron algunos puestos por escrito.
Una parte de los mitos fueron escenificados: utilizados como "texto" en rituales. Un rito consistía en una puesta en escena de un relato mítico. Lo que se contaba era revivido, mostrado en un espacio dado. los ceremoniantes asumían los papeles de las figuras cuyas historias el mito narraba.
Es cierto que no todos los ritos tenían un soporte mítico, ni que todos los mitos fueron representados en rituales, pero cuando la escenificación de un mito se producía, lo que solía ser habitual, la historia se visualizaba. Es así como los seres humanos se acercaban a la divinidad: asumían su papel; lo vivían. Estas escenas rituales tenían lugar durante los sacrificios. Eran públicos; al menos todos los participantes lo contemplaban. Las escenas acontecían al aire libre, ante un altar, situado frente a la fachada de un templo, o en medio de un recinto sagrado. La narración podía dar pie a una procesión, que mostraba esta aproximación del hombre a la divinidad.
Por el contrario, los misterios acontecían en espacios cerrados. Un misterio consistía en la manifestación de la divinidad. Ésta se mostraba ante los fieles. Descendía del Olimpo. Los humanos no avanzaban hacia la divinidad sino que era ésta la que aceptaba materializarse para, con su sola presencia, iluminar a los fieles.
Los misterios tenían lugar fuera del ámbito urbano. No eran rituales cívicos. Los espacios eran cuevas, hondonadas o estancias oscuras -como el santuario de la diosa-madre Démeter en Eleusis. El fiel tenía que desplazarse hasta el ámbito de la revelación y aguardar.
Lo que acontecía era secreto. Un secreto tan bien guardado que, contrariamente a la escenificación de los mitos, bien documentada, no se sabe bien quien participaba, qué se utilizaba ni qué tenía lugar. La mostración era íntima o personal. El fiel salía del encuentro trasfigurado. Un misterio es, literalmente, un acontecimiento misterioso, secreto; indecible, incluso. No se divulga porque no se puede verbalizar. La divinidad deslumbra; deja sin palabra al fiel. Así como el mito es capaz de articular un relato, la aparición fulgurante es inenarrable. Los asistentes a los misterios se vuelven místicos. Guardan dentro de sí lo que han visto. Misterio (musterion) viene del verbo, en griego antiguo, muoo, que significa cerrarse. Los místicos son mudos, como silenciosas son las apariciones que imponen el silencio.
El mito recurre al verbo; el misterio a la luz. El mito es narrativo, imaginativo: describe, narra, explica la sucesión ordenada de acontecimientos. La palabra se acompaña del gesto. El mito se cuenta y se muestra, como en una representación teatral. Por el contrario, el misterio revela y esconde. Deja entrever y se cierra. Es un fulgor que produce el rapto extático del fiel.  Éste cierra los ojos para ver mejor, para entender lo que ha entrevisto. Los misterios se descubren con los ojos del alma. Desatan la imaginación. No se sabe bien qué se ha visto, pero se intuye que la aparición es esencial, y que no está al alcance de todo el mundo. Un místico requiere una cierta preparación anímica, de modo a poder soportar la visión, y asumirla. Sólo así, ésta será enriquecedora y no cegadora.
Con el fin de la Grecia clásica, los misterios, hasta entonces, marginales -acontecían en los márgenes de las ciudades y la sociedad-, adquirieron una creciente importancia, suplantando poco a poco los rituales.
Sin embargo, el cristianismo fue una religión que aunó ambas revelaciones: la historia de la divinidad es escenificada plástica o espacialmente en la planta y el volumen del templo, en las imágenes y en los textos, pero este narración sensorial culmina con la comunión cuando la divinidad se muestra en el interior del alma humana, un hecho que ya se producía en la mayoría de los cultos mistéricos que implicaban la ingestión del cuerpo o la carne de la divinidad.

martes, 29 de octubre de 2013

Walk on the Wild Side

"Caminar por el lado salvaje" ¿te convierte necesariamente en un gran artista?
Matisse llevaba una vida gris de oficinista....

KAJ PINDAL (1927): THE CITY (LA CIUDAD, 1970)



Desplazar el cursor hasta el minuto 2:16 . Hasta entonces, la pantalla está en negro, no porque faltara filmación, sino porque este cortometraje fue realizado para una video instalación, con una pantalla negra. 

Ciudades de ensueño: Eurovegas y Barcelona World



Proyecto de TAC

Tuvo lugar, ayer por la tarde, en el auditorio del FAD (Fomento de las Artes Decorativas), de Barcelona, una mesa redonda, moderada por Llátzer Moix, y auspiciada por Julia Schulz-Dornburg, directora del festival Arquiset 2013, sobre los proyectos de las próximas ciudades de ocio Eurovegas y Barcelona World, en Madrid y Tarragona, y sobre ciudades del entretenimiento como Marina d´Or.
Julia Schulz lamentó, al final, el tono apocado, fúnebre y conventual de la mesa redonda. Todos los ponentes, entre los que me encontraba, denunciamos, con caras largas y tonos entre maestro de escuela, cura de pueblo y apocalíptico, estos proyectos por especuladores, escasamente adaptados a las condiciones geográficas, económicas y medioambientales del entorno en el que se ubican, y llevados a cabo sin exponer a la luz pública lo que se está preparando. Nadie les dio la vuelta, ni hizo de abogado del diablo. Ninguno de los ponentes destacamos bondad alguna de estos proyectos.
Julia Schulz tenía razón.
A estos proyectos no les sobra nada: presupuesto, extensión, altura de los edificios. Al revés, les falta algo: imaginación, algo más de chispa. ¿No se tratan de ciudades del ocio y el entretenimiento?
Julia Schulz ya ha revelado magistralmente la inventiva del complejo vacacional de Marina d´Or Golf: pistas de esquí en la playa, campos de golf escoceses en un pedregal, restaurantes en los que se encarcela y castiga a los comensales para que vivan emociones fuertes a las que la calidad de la comida ya contribuye, etc.
Mas, ¿es eso suficiente?
Los proyectos de Eurovegas y Barcelona World son de manual de primer curso en Turismo y Ocio: una avenida de tiendas de lujo, ancha como la Diagonal de Barcelona -en un paraje desértico-, obra de un arquitecto profesor universitario (¿qué se puede esperar, aunque la imagen de cómic del conjunto da ciertas esperanzas?), casinos y hoteles, en forma de torres de vidrio y edificios bajos más o menos torcidos, a lado y lado. Campos de golf y "más" (no queda muy claro que se sobreentiende por "más"). La imaginación no brilla precisamente (solo hay que ver la proliferación de trajes grises en las reuniones de o en Esade que se promocionan en la página web del "evento", llamado también "Barcelona Dream" - ¿"dream", "dream"?  BCN World se ubica entre una petrolera y un parque temático al sur de Tarragona, en unos terrenos que un banco se ha sacado de encima). Auditorios, salas de exposiciones, salas de reuniones para ejecutivos contribuyen al tono banquero y muy poco vacacional del conjunto. Tal como están concebidos, Eurovegas y Barcelona World apenas se distinguen de cualquier barrio de oficinas contemporáneo, como el distrito 22@ de Barcelona, un puerto deportivo o una ciudad universitaria.
Es cierto que los espectáculos televisiones han puesto el listón del entretenimiento muy alto. Un complejo de ocio ya no puede contar con una mujer barbuda o un hombre elefante, que ya ni siquiera son de recibo en programas televisivos como Sálvame de Luxe, Eurovisión, el concurso coral Oh Happy Day, o cualquier informativo. Hasta documentales sobre excavaciones arqueológicas incorporan a figuras públicas como Flipy a las que cubren de lodo (¿?).
Las fiestas populares, tan alabadas por las comunidades, acogen su ración de tomatadas, gansos degollados, burros echados desde campanarios y toros con los cuernos incendiados.
Emociones más fuertes como decapitaciones pueden contemplarse fácilmente en redes sociales como Facebook.
Es necesario, pues, imaginar nuevos espectáculos que mantengan el nivel del ocio requerido.
La historia, sin embargo, puede dar lecciones. Roma -o la Roma mostrada en el cine- enseña que en los anfiteatros tenían lugar espectáculos de altura. El parque de atracciones Terra Mítica, lleno de ruinas y hoy arruinado, tomó buena nota . Pero de eso hace años.
¿Serían suficientes luchas de animales -toros contra burros, por ejemplo-, luchas entre fieras y personajes populares debidamente instruidos para no resistirse en exceso a las embestidas en aras de la emoción, escarnios públicos en los que se crucificaría a figuras conocidas (se deja a la imaginación del lector si el enunciado es metafórico o no) -los humanos hemos inventado desde la antigüedad una amplia e imaginativa gama de "body actions", con o sin animales, que se podrán recuperar en algunos casos, como manifestaciones de un acerbo popular, o ampliar, a fin de mostrar la vivencia de las tradiciones-?
Se podrían también hacer saltar por los aires o bombardear, por sorpresa algunos edificios. La previsibilidad de la vida diaria se alteraría, al menos temporalmente o en potencia. Inundaciones, al igual que incendios y terremotos, amenizarían algunos días. Premios notables, libres de impuestos, se entregarían a los supervivientes. En los casinos se debería permitir, amén de pitillos y mecheros, ya autorizados, el porte y el uso de armas de fuego. Fumar mata, pero demasiado lentamente. Se dejaría para un Barcelona World II el uso de armas blancas. Seguramente se podrían solventar las dificultades técnicas
En los restaurantes se serviría comida en peor estado de lo habitual, alimentos aún más indigestos, caducados, si fuera posible, alcohol de quemar o de garrafa,  y todo tipo de tóxicos y colorantes.
Algunos enchufes y antenas provocarían descargas, letales o no.
Los edificios carecerían de cualquier norma de seguridad. Se alternarían horas de calefacción extrema con refrigeración extrema. Una música para reventar tímpanos sería demasiado previsible, sin embargo.
Todo se filmaría en directo.
Se debería apostar; sobre seguro.
Con estas condiciones, ¿quién se opondría a estos grandes centros vacacionales y de ocio?
La vidas sería mucho más fácil y excitante.
Y las acciones, las nuestras, subirían como la espuma.
Ocio, ocio, oh cio

Agradecimiento a Julia Schulz-Dornburg por la invitación, y a Gustavo Gili por el envío de información.
Recomiendo la visita de la muestra Ruinas modernas, de Julia Schulz-Dornburg, en la sala de exposición del FAD, en la Plaza dels Àngels de Barcelona.

lunes, 28 de octubre de 2013

LOU REED (1942-2013): RED SHIRLEY (2010)



Red Shirley es el único documental dirigido y musicado por Lou Reed. Está dedicado a su prima Shirley Novick, una activista judía y asistente social, defensora de los derechos de los negros a principiosde los años sesenta. Había emigrado de Polonía a los Estados Unidos en 1930, y murió una año después de la filmación, a los ciento dos años de edad.
Dedica sus comentarios a la ciudad polaca de Brestovitz, arrasada por el ejército alemán.

La arquitectura, según Aristóteles

Arquitectura es un término que procede del griego antiguo. fue, al parecer, empleado por vez primera por Demócrito, en el s. V aC, y Platón lo solía utilizar.

Es Aristóteles, sin embargo, el que le dio un uso más recurrente. Le cambió el significado, empero, o le enriqueció. No solo lo empleó en sentido literal y habitual -arquitectura: el arte de dirigir a albañiles, el arte del maestro de obras-, sino metafóricamente. Lo arquitectónico calificaba una acción o una ciencia (un conocimiento, un método) que tenía un fin último, sin someterse ni servir a ningún otro método. El uso de dicho método desembocaba en un "producto", en una consecuencia finales.

Para Aristóteles, el arte o la ciencia por excelencia era el arte política. Ésta consistía en el justo gobierno de los seres humanos. Los seres humanos se distinguían de las bestias, los bárbaros y los dioses, porque vivían en una comunidad: en una ciudad (una "polis"). La ciudad hacía al ser humano. Reglas de convivencia eran necesarias. Perseguían en bien colectivo e individual, supeditando éste, o el de unos pocos, al bien común. No comentaremos, por ahora, que la ciudad podía albergar a seres humanos que no eran ciudadanos: los esclavos, los niños, los extranjeros y las mujeres, eran solo parcialmente ciudadanos. Sin embargo, no eran bárbaros ni bestias.  

La política era una ciencia cuya finalidad era instaurar y regular el orden comunitario (urbano, "político"). Regulaba las acciones humanas de modo que no turbaran dicho orden. Esta ciencia, política, podía recurrir a otras ciencias subalternas, la retórica, por ejemplo, necesaria para comunicar adecuadamente las reglas de convivencia, tal como destaca Aristóteles, tanto en la Ética a Nicómaco, cuanto en la Política, dos textos, quizá excesivamente morosos, pero esenciales para entender la concepción de la vida urbana -es decir, ética- en la Grecia antigua.
La arquitectura era, así, el arte de componer y articular diversas ciencias, artes o métodos, poniéndolos al servicio de una ciencia superior, con la finalidad de obtener un fin: la instauración y la defensa de unas normas justas en una comunidad urbana.

Aristóteles consideraba que la arquitectura era o es un arte de encaje que establece una relación necesaria entre una acción y su consecuencia, un beneficio colectivo. La arquitectura construye o trama las reglas que regulan la vida en común.

Toda vez que la arquitectura o "lo arquitectónico" nombra un hacer regulado con vistas a un fin, que exige sabiduría, un carpintero o un armero que fabricaba cascos podían ser arquitectos, según cuenta Aristóteles en la Física. Este uso sorprendente del término arquitectura revela que para Aristóteles lo arquitectónico se se limita a la proyectación y la construcción, sino a la ideación. Lo que el carpintero y el político tienen en común, que les permite ser calificados de arquitectos, no es el tipo de saberes y de obrar, ni la materia sobre la que obran, sino el obrar con vistas a un fin. la existencia de un plan, estuviera pensado o dibujado. El arte, la técnica o el método solo se subordinan a ningún otro proceder. Hacer arquitectura consiste en planificar, es decir operar según reglas con vistas a un resultado consecuencia del obrar, previsto y anunciado por éste. Por tanto, un arquitecto es quien logra establecer el orden, en la materia o en comunidades: ordenar el mundo y los humanos.

"En todas las artes y las artes (tais epistemais tais technais) el fin es el bien; por tanto, el mayor y más excelente será el de la suprema entre todas, y ésta es la disciplina política (politike dynamis); y el bien político es la justicia, que consiste en lo conveniente para la comunidad" (Aristóteles, Política, III, 12)

El uso metafórico de la arquitectura provendría de la contemplación del trabajo del maestro de obras; pero, al mismo tiempo, la lenta elevación del arquitecto, despegándose del artesano, y la comparación entre las divinidades supremas que edifican y ordenan el cosmos, y los arquitectos, podrían, a su vez, derivar de la comparación entre edificar y educar o regular establecida por Aristóteles.

Dotar de cualidades morales la acción elevadora no es nueva. Ya en Mesopotamia, un objeto recto, como un bastón de mando, simbolizaba la rectitud de las decisiones del rey cuando empuñaba la vara, así como la rectitud innata del monarca en tanto que formador y educador (buen pastor) de una comunidad.

Pero fue, posiblemente Aristóteles, quien equiparó la labor del arquitecto con la del político (no cabe escribir "buen político", pues un político que merecía este nombre persiguía el bien común).
Todo político era un arquitecto: ordenaba el espacio e instauraba leyes con las que se regulaba la vida en la ciudad. Una vida que no resultaba de la suma de vidas individuales, sino una vida distinta, propia de una comunidad, que aceptaba dejar de lado necesidades o deseos particulares en beneficio de los de todos.

sábado, 26 de octubre de 2013

孙原 (SUN YUAN, 1972) & 彭禹 (PENG YU, 1974): OLD PERSONS HOME (EL HOGAR DE LOS ANCIANOS, 2007) & TEENAGER TEENAGER (2011-2013)




SUN YUAN & PENG YU from Mingyue Zhou on Vimeo.

Esculturas hiperrealistas de tamaño natural, que representan a líderes mundiales decrépitos, incapaces e incapacitados, hundidos en sillas de ruedas que, como auto choques automáticos, avanzan y retroceden sin rumbo, embistiéndose y dándose contra las paredes.
El público trata de cruzar la sala evitando ser atropellado

Véase la página web de estos artistas chinos
Véase también: http://www.saatchigallery.com/artists/artpages/yu_yuan_oldman_video_1.htm

Su última instalación: 少年 少年 (Teenager Teenager, 2011-2013), niños gateando penosamente, cubiertos por cajas de cartón, en la que orificios rectangulares apenas les permiten ver el exterior, moviéndose en un salón, en cuyos sillones y sofás Chester de piel se sientan, quietos, tiesos adultos -estatuas realistas de silicona-, con la cabeza metida en grandes bloques de piedra, vagamente antropomórficos.
En otras versiones, adolescentes, vestidos de futbolistas,  juegan a la pelota entre las esculturas, sin hacerles caso.



JAMES HOLDEN (1979): INTER CITY 125 (2013)



El título se refiere a un tren interurbano que avanza lentamente entre barrios y bloques.

Véase la página web de este compositor e intérprete de música electrónica.

viernes, 25 de octubre de 2013

PEDRO SERRAZINA (1968): ESTÓRIA DO GATO E DA LUA (HISTORIA DEL GATO Y LA LUNA, 1995)



El portugués estudió arquitectura.
Ésta es su primera animación, multipremiada.
Obra maestra.

Antoni Gaudí (1852-1926) en el Jardín de las Hespérides(1883-1887)





¿Cómo podría el anhelante dios-padre Zeus, pese a su omnipotencia,  vencer la resistencia  de Alcmena, una simple y casta humana, siempre fiel a su esposo Anfitrión, príncipe de Tirinto?  En cuanto Anfitrión partió a la guerra, Zeus,  se metamorfoseado en  aquél, simuló un regreso precipitado, y se unió durante tres días y tres noches a Alcmena, embarazándola de Heracles.  Ésta volvió a quedar encinta cuando el “verdadero” Anfitrión regresó, superada la extrañeza de su esposa ante este segundo regreso y su lógica falta de pasión. De este modo, Heracles pudo contar con un padre humano. Alcmena tuvo así gemelos, uno hijo de un dios, y el otro enteramente humano.
La diosa Hera, sin embargo, no podía tolerar la presencia de Heracles, hijo ilegítimo de Zeus. Una noche, mandó a dos serpientes descomunales a la cuna de los pequeños. Pero mientras su hermano humano se puso a llorar, aterrado, el hijo de Zeus redujo a los monstruos con las manos. Su destino estaba sellado.


Cuanto de horrible crea la tierra enemiga, cuanto el ponto o el aire produce de terrible, de espantoso, de pernicioso, de atroz, de fierro, ha sido quebrantado y dominado. Hércules se sobrepone a las desgracias y se engrandece con ellas (…). Por donde el sol vuelva a traer el día y por donde se lo lleva (…) se da honra a su indómito valor y por todo el orbe va de boca en boca como un dios.
Monstruos me faltan (habla Hera, la madrastra de Hércules que lo persigue con el odio) y menos trabajo le supone a Hércules cumplir lo que le mando que a mí mandárselo: con alegría recibe mis órdenes (…). Armado viene con el león y con la hidra” (Séneca: Hércules furioso)

Según un oráculo divino, un descendiente del héroe Perseo –vencedor de la Medusa Gorgona-, reinaría en Micenas y Tirinto. Éste tenía que ser Heracles. Pero la diosa madre Hera abominaba al héroe, fruto de una nueva infidelidad de su esposo, el dios padre Zeus. Hera logró atrasar el alumbramiento de Heracles en favor de su primo, el débil Euristeo –quien, según una versión, fue amante de Heracles-. Heracles tuvo que ponerse a las órdenes de su primo durante doce años. Éste le mandó tareas imposibles –con las que Heracles tenía que expiar el asesinato de sus hijos en un rapto de locura, creyendo, en verdad, que mataba a los hijos de Eristeo: constituyen los conocidos doce trabajos de Heracles.
El primero consistió en enfrentarse a un león monstruoso, devorador de seres humanos, hermano de la esfinge. Dotado de una piel indestructible, aterrorizaba a la región de Nemea, cerca de Tirinto. Fue vencido por Heracles cuando éste, mediante un ardid, lo acorraló en una cueva y se enfrentó a manos limpias hasta desgarrarlo. La piel, con la que Heracles se revistió, se convertiría en una armadura invencible, así como en su emblema, junto con la maza de madera de olivo que talló para enfrentarse a la bestia.

Heracles era un semi-dios, hijo de una divinidad (Zeus), y de una mortal. Asumía, pues, una doble condición (humana y divina), lo que le convirtió en un modelo, caracterizado por virtudes y vicios. Fue un mortal inmortalizado tras las doce pruebas: ascendió a los cielos, gracias a su padre Zeus.
La presente estatuilla reproduce el célebre bronce del escultor helenístico Lisipo (s. IV aC), artista predilecto de Alejandro Magno –la exposición incluye una réplica romana de otra célebre escultura suya: Eros tensando el arc). Heracles aparece bajo su condición más humana, cansado tras los doce trabajos, apoyado, la cabeza gacha, sobre su mazo de la que cuelga la piel del León de Nemea.

Los héroes civilizadores y fundadores de ciudades, griegos y de otras culturas, solían tener una vida (desgraciada) similar. Venían al mundo precedidos por oráculos agoreros. No solían ser bienvenidos. Eran seres tan excepcionales que solían tener un hermano gemelo -signo de su carácter multiforme-, habían superado una prueba inicial, la llamada “exposición”  -la peor de las condenas, consistente en el abandono en un paraje salvaje como un bosque, a fin que murieran, porque su presencia podía causar desgracias o cambios radicales-, eran capaces de actos ante los que los humanos retrocedían horrorizados –tales como parricidios o infanticidios-, lo que se explicaba por su educación inhumana  a menudo gracias a animales), y tenían que expiar sus crímenes devolviendo la vida que habían robado bajo la forma de una  nueva ciudad en la que la vida pudiera reemprender a salvo. La fundación de la ciudad culminaba un largo proceso iniciático que debutaba con un viaje al santuario de Delfos a fin de lograr el perdón del dios Apolo, e implicaba un errático e incierto viaje por mar, y la lucha a muerte con toda clase de monstruos que ponían a prueba el valor del héroe.
Ésta fue precisamente la vida de Heracles. Fruto de una violación, perseguido por los celos de su madrastra (Hera), tuvo un hermano (mortal) gemelo, una condición doble (humana y divina, aunque, pese a su ocasional carácter violento, o a cause de éste, se puso siempre del lado de los hombres con los que se identificaba), sufrió la exposición cuando su madre humana, temiendo a Hera, lo abandonó en una pradera (de la que la diosa Atenea lo rescató), fue educado por el centauro Quirón (mitad humano, mitad animal), cometió crímenes, se enfrentó a monstruos, ascendió al encuentro de Apolo en Delfos quien le condenó a duras tareas para expiar sus crímenes que le llevaron a viajes sin fin por el Mediterráneo durante los cuales fundó un gran número de ciudades, desde Roma (según algunas leyendas) hasta Barcelona, cuanto atracó a los pies de Montjuich (según se contaba en la Edad Media). Heracles (Hércules en Roma, equiparado al dios fenicio Melqar ( que significa El Rey de la Ciudad), y uno de los modelos de la iconografía de Cristo) fue quien convirtió las costas y las islas mediterráneas en tierras habitables, sedes de ciudades consideradas como espacios en los que la vida pudo refugiarse y desarrollarse.  


Según un oráculo divino, un descendiente del héroe Perseo –vencedor de la Medusa Gorgona-, reinaría en Micenas y Tirinto. Éste iba a ser Heracles. Pero la diosa madre Hera abominaba al héroe, fruto de una infidelidad –una más- de su esposo, el dios padre Zeus. Logró atrasar el alumbramiento de Heracles en favor de su primo, el débil Euristeo –y, según una versión, amante suyo-. Heracles tuvo que ponerse a las órdenes de su primo durante doce años, quien le mandó tareas imposibles –con las que Heracles tenía, además, que expiar el asesinato de sus hijos en un rapto de locura, creyendo, en verdad, que mataba a los hijos de Eristeo: los conocidos doce trabajos de Heracles.
El primero, enfrentarse a un león monstruoso, devorador de seres humanos, hermano de la esfinge. Dotado de una piel indestructible, aterrorizaba a la región de Nemea, cerca de Tirinto. Fue vencido por Heracles cuando éste, mediante un ardid, lo acorraló en una cueva y se enfrentó a manos limpias hasta desgarrarlo. La piel, con la que Heracles se revistió, se convertiría en una armadura invencible, así como en su emblema, junto con la maza de madera que talló para enfrentarse a la bestia.


Heracles fue víctima de las disensiones matrimoniales entre los dioses supremos Zeus, su padre, y Hera, su madrastra, que se vengaba de su hijastro enloqueciéndolo a menudo, llevándole a cometer crímenes horrísonos (infanticidios, sobre todo), que tenía luego que expiar poniendo su vida en peligro. Las pruebas por las que pasó le convertirían en una figura casi crística: pruebas físicas que simbolizaron, a finales de la antigüedad, pruebas morales, con las que se ponía a prueba la entereza o la templanza anímica, y ganó un lugar en el cielo.
Heracles fue educado en el manejo del arco por el rey de Lidia Éurito, quien, a su vez, recibió el arma infalible del dios Apolo. El rey convocó un concurso entre arqueros  prometiendo la mano de su hija Ónfale al vencedor. Pero, los hijos de Éurito, temiendo que, en un habitual ataque de locura, Heracles, sin duda ganador del concurso, matara a hijos que tuviera con Ónfale, rechazaron el matrimonio, salvo Ífito, fascinado por el héroe. Pero fue precisamente éste la victima de la ciega locura del héroe. Tuvo entonces que convertirse en el esclavo de su esposa Ónfale, a fin de lograr el perdón por el involuntario crimen cometido. Mientras estuvo al servicio de Ónfale, no cesó de llevar a cabo nuevas tareas purificadoras del espacio habitado.

Grecia fue una tierra de monstruos. Equidna, mitad víbora, mitad humana, hija de la Tierra y el Infierno (Tártaro), fue quizá la más célebre, madre de casi todos las bestias infernales, como el Can Cerbero, la Quimera, el dragón que velaba el Vellocino de oro con el que Jasón se enfrentó, el León de Nemea, y la Hidra: con casi todos Heracles luchó, pese a que, cuenta una leyenda, fuera amante de la sibilina Equidna.
Un violento y draconiano Tifón, enfrentado a muerte con Zeus, fue el padre de la Hidra. Era una serpiente descomunal que poseía cien cabezas humanas que se reproducían cuando eran cortadas. Heracles tuvo que prender fuego a los bosques de alrededor para acorralar a la Hidra y cauterizar los cuellos sangrantes a fin de evitar el repuntar de las testas sesgadas. Mojó sus flechas, desde entonces mortíferas, en la sangre ponzoñosa de la Hidra.
Heracles mató al centauro Quirón con esas flechas, puesto que éste trató de raptar y violar a su esposa Deyanira. Años más tarde, Deyanira, perdido el amor de Heracles, y creyendo de buena fe que el Centauro le había entregado un filtro amoroso cuando en verdad le dio el veneno de la Hidra, tendió una bebida al distante Heracles en la que había disuelto unas  gotas de la pócima. Heracles fue presa del delirio; abrasándose, ciego de dolor, asesinó a sus hijos, antes de ascender a los cielos (gozando de la apoteosis), tras una terrible agonía, por intercesión de su padre Zeus.    

Hubo un tiempo en que Zeus amó a la diosa Hera, que era al mismo tiempo su hermana y su tercera esposa. El día del enlace, Gea, la tierra, regaló a Hera unas manzanas de oro. Eran tan deslumbrantes, que Hera las colgó en un árbol de su jardín en los confines del mundo, ya sea en África, ya sea en las antípodas, en el norteño País de los Hiperbóreos, allí donde moraba  el dios Atlas que sostenía el mundo sobre sus espaldas. Mas las hijas de Atlas solían asolar  el jardín de la diosa, por lo que Hera confió la guardia de las manzanas doradas a un dragón, parecido a la Hidra, dotado de cien cabezas inmortales. Las Hespérides, tres muchachas lucientes como estrellas, también velaban al atardecer.
Heracles emprendía una nueva prueba. El jardín de las Hespérides estaba situado acaso en África, acaso por las costa mediterránea occidental, por donde se pone el sol, cerca de las Columnas de Hércules (Gibraltar), donde el dios Atlas sostenía el mundo sobre sus espalda –y, por un momento, el mismo Heracles, mientras Atlas descansó-.  En camino, mataría al ladrón y criminal Cicno. 
Las ninfas de las aguas eran seres ancestrales que tenían un conocimiento casi absoluto de lo que la tierra atesoraba. Fue a éstas a quiénes Heracles inquirió por el buen camino. Las ninfas le respondieron que el único ser que le podría indicar dónde se hallaba el mítico jardín era Tritón, una divinidad marina de los principios de los tiempos, tan antigua que aún tenía un cuerpo serpentino o, más bien, que aun no tenía una forma definida, por lo que podía adoptar cualquier forma. Eso es lo que hizo cuando Heracles trató de reducirlo a fin de pedirle que le orientase. Cambiaba de forma constantemente, escurriéndose, hasta agotar todas las formas, entre los brazos de Heracles.
Las manzanas de oro eran el botín que Euristeo, sabedor que nadie podía volver con vida del encuentro con el dragón, encargó traer a su primo Heracles. La primera dificultad fue hallar el camino. Heracles recorrió el orbe en todas las direcciones, liberando incluso al encadenado Prometeo en el monte Cáucaso,  hasta saber dónde el Sol, que lo guió en su barca, se ponía cuando el cielo se teñía de oro.  Vencido -la leyenda no quiso contar cómo-, el dragón se convirtió en la constelación de la Serpiente.

Una vez llevadas las manzanas aúreas a Eristeo, éste, asustado quizá, las devolvió a Heracles quien las entregó a Atenea. La diosa volvió a colgarlas en el perdido Jardín de las Hespérides al que, desde entonces, los humanos tratan, en vano, de llegar. 

El temible toro de Creta, que escupía fuego por el hocico, con el que Heracles se enfrentó en uno de sus doce trabajos, era, se contaba, el mismo en el que Zeus se metamorfoseó para raptar a la princesa fenicia Europa (o era el toro con el que Zeus se llevó a la joven hasta unirse a ella en Creta, dando nacimiento a Minos, el mítico rey). Otros, por el contrario,  sostenían que se trataba del toro con el que la reina cretense Parsifae, esposa de Minos, dio cumplida satisfacciones a sus deseos bestiales suscitados por el dios Poseidón para avergonzar y deshonrar al rey Minos, puesto que éste se había negado a sacrificar el toro más hermoso de su rebaño al dios, pese a que la isla de Creta estaba bajo la protección de Poseidón. Una vez derrotado, Heracles,  subido a lomos del toro, lo trajo a Grecia por mar.

El mito de Heracles en el Jardín de las Hespérides es un relato fundacional. cuenta cómo el héroe griego -o Mediterráneo- recorrió las costas de este a oeste, hasta donde el sol se hunde cada noche, desvelándolas y civilizándolas.

El poeta catalán Jacint Verdaguer recreó la leyenda en su largo poema épico la Atlántida, a finales del siglo XIX Se trataba de un encargo del conde Güell, mecenas del arquitecto Antoni Gaudí. Verdaguer dedicó la obra al suegro del conde de Güell, Antonio López, infausto naviero que hizo fortuna con el tráfico de esclavos. El poema fue concluido en una finca del conde Güell.

"Lo cimeral del arbre per abastar, s' hi atança,
quan llest descaragòlas lleig drach d' ulls flamejants,
y en roda la gran cua brandant com una llança,
tantost ab gorja y urpes li copça abdues mans.

Ell, sortejantlo, aixafa d' un colp de peu sa testa,
y 'l monstre deixa caure ses ales y son vol;
sanchnós verí espurneja les flors, y sa feresta
mirada va apagantse com llum d' un sech gresol.

Morint, al tronch del arbre se nua y caragola,
á cada revifalla fentlo cruixir d' arrel;
quant veuhen les Hespèrides que fil á fil s'escola,
llur crit de verge s' alça planyívol fins al cel" (Jacint Verdaguer: L´Atlántida, canto II)

El conde Güell encargó a Gaudí construir pabellones de entrada a su finca, la finca anteriormente citada -gran parte de la cual fue posteriormente ofrecida para que se construyera un palacio real, con motivo de una visita de Alfonso XIII, del que Barcelona carecía-. Gaudí proyectó una entrada monumental delimitada por dos pabellones. Una verja de hierro la cerraría. Sobre ésta, se desplegaría un dragón gigantesco de hierro, las fauces bien abiertas, que defendería un jardín interior, plantado de manzanos y naranjos, cabe una fuente, en cuyas aguas olmos, álamos y sauces se mirarían, donde jugarían ninfas -la fuente se encuentra, hoy, no en el recinto de las caballerizas Güell, sino en medio del parque colindante del palacio de Pedralbes-.
La composición del cuerpo alado del dragón se dispuso de tal modo que reproducía las posiciones y formas respectivas de las constelaciones de la Osa Mayor, la Osa Menor y el Dragón.
En la Grecia antigua, la constelación de la Osa Mayor era vista, no como una osa, sino como un manzano en cuya copa brillaban tres estrellas refulgentes como manzanas deslumbrantes; la Osa Menor acogía a siete hermanas, las Hespérides. en el centro, la constelación del Dragón, las defendía.
La diosa Hera se sintió humillada. No solo los frutos de oro -manzanas o naranjas- habían sido mancillados, sino que las ninfas, las Hespérides, no habían cumplido con el cometido: impedir que nadie se aproximara al tesoro de la diosa madre. Por eso, Hera, furiosa, metamorfoseó a las Hespérides en olmos, álamos y sauces, para que pasaran la vida con la testa inclinada, avergonzadas, sin poder alzar las ramas hacia el sol.    

Véase: http://sac.csic.es/astrosecundaria/es/astronomia_en_la_ciudad/drac_porta_gaudi.pdf

JEANNE MANDELLO (1907-2001): MONTEVIDEO Y BARCELONA

El arquitecto y catedrático de la Escuela de Arquitectura de Montevideo (Uruguay) envía la dirección de la página web de una fotógrafa judía alemana, Jeanne Mandello, marcada por la Bauhaus -utilizó a menudo la "solarización", descubierta por Man Rey-, exiliada en Uruguay durante la Guerra Mundial, donde desarrolló su carrera -memorable su serie sobre cines de Montevideo-, antes de volver a Europa para instalarse en Barcelona donde murió olvidada: http://jeannemandello.com/
























URUGUAY











 BARCELONA

¡Gracias, Jorge!

Home, Sweet Home (o Arquitectura y pastelería)



Las monas de Pascua de chocolate tienen a veces forma de la casita de Hansel de Gretel pero, hasta ahora, la pastelería había sido un territorio vetado para los arquitectos, salvo metafóricamente. Pero los arquitectos estamos "sobradamente preparados". Por eso, esta última barrera ha caído.

Dentro de un parque temático dedicado al chocolate, ubicado, dónde si no, en las tres torres con boina que acogen al casino que Las Vegas Sands -responsable de Eurovegas- levantó en Singapur, el "BCN-Asia Sweet Connection ligará la cultura pastelera de Cataluña" -sin ironía, supongo- "con la asiática con acciones gastro-artísticas (sic) como poner a decenas de pasteleros a elaborar en un dragón que mezcle (¿el dragón?) las técnicas pasteleras del mundo".

En el centro, cerca de una "pasarela por la que desfilarán modelos (negras, espero) con ropa comestible (...), con una estética como Moulin Rouge" -no pronunciarás la palabra "estética" en vano-, "un edificio de ocho metros de altura y tres plantas (¿para enanos o niños?) cuyos dos primeros pisos tendrán miradores". Acogerá una "cafetería-tetería". Todo de chocolate o de piezas comestibles, obra del arquitecto Enrique Ruiz.
Aunque la mona se vista de seda...

¿Crisis?; ¿austeridad? Conceptos trasnochados. Vuelve la alegría. Y las arcadas.
Falta una bañera con leche de burra. O no.
Parecía que no había fondos para viviendas de protección oficial.
Y luego decimos de los jeques árabes. Cuando nos ponemos....

Información en el enlace siguiente

martes, 22 de octubre de 2013

Foucault y el Ayatolá


"Es la insurrección de hombres de manos desnudas que quieren levantar el peso formidable que carga sobre cada uno de nosotros, pero en particular sobre ellos, estos labriegos del petróleo, estos campesinos en las fronteras de los imperios: el peso del orden del mundo entero. Es quizá la primera gran insurrección contra los sistemas planetarios, la forma más moderna de la revuelta más loca": ¿una proclama de algún clérigo iluminado?
No, se trata solo de un texto delirantemente laudatorio de Michel Foucault para el ayatolá Jomeini, publicado en el Corriere della Sera, de la que Foucault era corresponsal, en 1978.
No sé ni siquiera si es condescendiente, insultante, sin darse cuenta, o ignorante, cuanto trata un país con una cultura tan urbana como Irán, de mundo de campesinos.
La insurrección nos liberaba, y les liberaba. Ya.

http://mobile.lepoint.fr/invites-du-point/daniel-salvatore-schiffer/iran-quand-les-intellectuels-francais-encensaient-les-fous-d-allah-12-02-2013-1626554_1446.php


علی اکبر صادقی ALI AKBAR SADEGHI, 1937: سبع مدن SIETE CIUDADES, 1971


Seven Cities por zachariah-rush

Las siete ciudades, como las siete fortalezas del cielo: siete etapas por la que el caballero, en busca la verdad, pasa, hasta la ciudad del amor, desolada.

Véase la web del artista

Este cortometraje de animación del artista iraní Sadeghi nos puede recordar que solemos pensar que determinadas costumbres y credos de o en los países árabes y persa, de religiones hebrea, cristiana, musulmana y zoroástrica -pero, sobre todo, de las personas de fe musulmana- son propias o culturales, y por tanto dignas de ser preservadas -siempre que no se impongan a los demás-; no caemos, a veces, que, entre los años cincuenta y setenta, mientras que el gobierno de España era una dictadura militar de origen facista, que Italia estaba entregada a la Democracia Cristiana, que Francia estaba embarcada en  guerras coloniales en el sudeste asiático y en el norte de África, que en los Estados Unidos se practicaba la segregación racial, y que en la llamada Europa del Este y en la Unión Soviética imperaban los goulags, algunos de los países del Próximo Oriente y del norte de África (Irán, Israel, la República Árabe Unida, La Federación Árabe de Irak y Jordania, principalmente) solían ser gobiernos laicos, presidencialistas, o militares, que poco o nada tenían que ver con muchos de los regímenes clericales que se establecieron a partir de finales de los setenta, en ocasiones con la complicidad de regímenes o de intelectuales europeos y norteamericanos (véase entrada siguiente).

NOT VITAL (1948): EDIFICIOS (2000-2007)













Not Vital es un excéntrico escultor suizo -compañero de Schnabel, por ejemplo-, cuyas esculturas son grandes y caras, pero cuya obra arquitectónica, compuesta de unos pocos edificios, ninguno gratuito o decorativo, escapa, embargo, a cualquier aspecto ostentoso.

Son, en la mayoría de los casos, casas construidas en Níger -donde Not Vital tiene o tuvo un estudio. Casa levantadas con tierra, dedicadas a funciones que no son imprescindibles, pero sí, de algún modo, se revelan curiosamente necesarias cuando se las contempla o se piensa en ellas. Así, una casa, ceñida por escalinatas, cuya única razón de ser consiste en albergar quien quiera ver la puesta de sol -la cara está encarada al sol poniente-, o una torre que ofrece una terraza elevada, delimitada por altos muros, solo para mirar la luna llena.
También una escuela para nómadas.

Véase la web siguiente: http://foundation.notvital.com/

JACQUES DROUIN (1943): LE PAYSAJISTE (EL PINTOR DE PAISAJES, 2007)



Hermoso -por la historia, la imagen y el movimiento- y terrible cuento.
¿Para qué tratar de contar, con más o menos fortuna, la Poética de espacio, de Gaston Bachelard -con su análisis de la casa natal, del nido y del refugio-, en clase de una escuela de arquitectura, cuando se puede mostrar este corto de animación?. Todo está dicho y evocado.

domingo, 20 de octubre de 2013

Historia del arte (las palabras y las cosas)

http://hematocritico.tumblr.com/

Agradezco a Joan Borrell tan instructiva web.
La historia del arte como deberían habérnosla contado

Albacete sur mer



Un clásico

sábado, 19 de octubre de 2013

Alma y ciudad (Prudencio: Psychomachia)





El diálogo La República  de Platón quizá comprenda la primera metáfora arquitectónica del alma. La República que Platón describe es, al mismo tiempo, una ciudad-estado ideal, y una evocación de cómo debería formarse tanto el Alma Cósmica cuanto el alma humana. un modelo de estado, y de comportamiento.
El mismo buen orden, el mismo buen gobierno debería presidir el Cosmos, la Ciudad y el Alma. Cada una de estas entidades se reflejan mutuamente. el mundo, la ciudad y el espíritu tienen que componerse del mismo modo. Asimismo, la armonía en una de las entidades destiñe en la otra. Gobernar bien una ciudad equivale a ejercer un control efectivo sobre los dislates anímicos. El alma es una ciudad en miniatura, del mismo modo que la ciudad es una versión reducida del mundo. Los dioses, que moran y rigen el cosmos, también presiden o velan por el buen funcionamiento de la ciudad y alientan el alma humana.

Este juego de espejos entre las tres entidades bien compuestas -o que deberían estarlo- se enriqueció en la mística musulmana y, posteriormente cristiana. El mundo, en los inicios era un paraíso. La Jerusalén celestial era la imagen de dicho paraíso -o lo acogía. En ella, brillaba el Templo, ideado por Yahvé -y construido, por orden divina, por Salomón. El templo, así como la ciudad de Jerusalén, eran imágenes de la perfección cósmica de los inicios. En cada una de estas entidades, lucía la presencia o el resplandor divino. en los inicios, incluso, la Jerusalén terrenal era  una proyección de la Jerusalén celestial. entre la Ciudad de dios y la Ciudad de los hombres, no existía diferencia alguna, salvo que la primera era intemporal. Finalmente, el alma humana actuaba de espejo: en ella se miraba la perfección de la creación divina. por tanto, el alma era una ciudad , una fortaleza o un templo en miniatura, tan resplandeciente y ordenada como la Jerusalén celestial. Este juego de analogías, estas correspondencias entre el cielo y la tierra, y esta misma organización espacial fue ampliamente desarrollada  en la mística, siendo Las moradas interiores, de Teresa de Jesús, uno de los últimos textos sobre la estructura arquitectónica del alma.

Si Platón fue quien equiparó las estructuras deseadas del alma y de la ciudad, fue posiblemente Prudencio, el mejor poeta hispano-romano cristiano (nacido en Calahorra a finales del siglo IV), el que describió el alma como si fuera la Jerusalén celestial, y que está en el origen de la concepción y la construcción del templo cristiano, gótico sobre todo, como una plasmación tanto del alma -se trata de un espacio interior, en el que la luz solo se descubre en el interior de la nave- cuanto de la Jerusalén celestial. Se podrá decir que la catedral gótica era, exteriormente, la Jerusalén celestial, y el alma humana iluminada por la divinidad interiormente.
La Psychomachia es un hermoso y largo poema épico, compuesta a imagen y semejanza de la épica greco-latina. Virgilio y, en último término, Homero, son los modelos. Del mismo modo que, ya a finales de la época clásica, hubo autores griegos, como Pródico de Cos, que realizaron una lectura alegórica de la Odisea, mostrando que Ulises era un alma, y que las pruebas a las que le sometió el dios de los mares Poseidón, envites con los que el alma se enfrentaba en su trascurso terrenal, Prudencio construye un relato alegórico, en el que los héroes y los monstruos que se enfrentan son Virtudes y Vicios. Ambos combaten, como Ulises y las Sirenas, Hércules y la Hidra, o Perseo y la Gorgona. por un lado, la rectitud heroica; enfrente, la oscuridad que el monstruo o el vicio trae consigo.
La lucha entre el Bien y el Mal, que acontece dentro del alma humana, concluye con su edificación. El alma ha quedado liberada de males. Éstos ya no la asedían. Puede entonces edificarse, a imagen de la Jerusalén celestial, tomando como modelo, cuenta Prudencia, la titánica labor elevadora de Salomón al construir el Templo de Jerusalén (Psychomachia, 805). ¿De qué serviría la victoria de la virtud, cuenta Prudencio, si el alma yaciera en desorden? La divinidad no podría anidar en ella. La lucha habría sido en vano. La noche retornaría.
Pues el alma liberada y edificaba se construía de tal modo y con materiales tales que se hacía la luz en ella. Literalmente, el alma quedaba alumbrada. Renacía. Se convertía en un templo refulgente, inundado de luz, y emisor de luz. Era una construcción luminosa y radiante, hecha de luz, que transmitía luz e iluminaba, así, a todo lo que la rodeaba: el ser humano en el que moraba. Siendo la luz una emanación divina, el alma, como un espacio sagrada, quedaba al amparo del cielo, se convertía en un espacio celestial entre los hombres. El ser humano se equiparaba a la divinidad.; ésta lo rescataba de la caída originaria (en la oscuridad del mal).
Concordia, sigue Prudencio, ayudó a la reina -la Virgen María- a asentar los cimientos del templo de planta cuadrada. Lo midió y lo escuadró, de modo que se levantara de manera perfectamente simétrica, sin que nada desluciera dicho equilibrio. El templo se construyó no piedra a piedra, superponiéndolas, sino vaciando un bloque; el templo se levantó anulando la materia. Fue excavado en la roca, como si ésta cediera ante el avance de la luz que lentamente la penetraba a través de las ventanas y las puertas abiertas al este, el sur y el oeste. Piedras preciosas enquistadas iluminan los paramentos. Siete pilares de cristal de roca sostienen la cubierta.
El capítulo cuarto de la Psychomachia describe en lento avance de la luz hasta la Sabiduría que se asienta en lo alto del alma edificada. El modelo que Prudencio escogió para componer el espíritu fueron las construcciones celestiales dispuestas en lo alto, a modo de estaciones espirituales, que profetas como Elías ya cruzaron, y de las que la Jerusalén celestial constituye el ejemplo más brillante.
El alma se constituye así como el palacio al que se accede tras la victoria de las virtudes. Palacio inaccesible, a menudo, pero que no se halla en el cielo sino en lo hondo del ser humano.
Prudencio uníó en una misma imagen la ordenada y virtuosa república platónica, basada en un perfecto juego de proporciones matemáticas, en la que los números ordenaban el espacio, y la descripción de la celesrial henchida de luz, descrita en el Antiguo Testamento.
La ciudad luminosa se hallaba en, o era, el alma edificada. La luz que poseía provenía del Bien que acogía, Bien que también reverberaba en el cosmos.
De algún modo, Prudencio fue el primero que unió la perfección matemática griega, con la lumínica oriental, encuentro que se produjo en el alma. El alma fue el lugar donde el Bien en tanto que orden se encontró con el Bien en tanto que Luz.

Léase La Psychomachia, en edición bilingüe latín-inglés en, por ejemplo: http://ecommons.luc.edu/luc_theses/372/ 

Andreas M. Dalsgaard (¿1982?): Cities on Speed: Bogotà Change (Ciudades lanzadas: El cambio de Bogotá, 2009)



El último documental sobre la vida urbana, del danés Dalsgaard, The Human Scale (La escala humana), de 2012, debería proyectarse en todas las escuelas de arquitectura.

Este último documental viene precedido por el  "trailer" siguiente:

 
The Human Scale Trailer 2013 from Final Cut for Real on Vimeo.

viernes, 18 de octubre de 2013

jueves, 17 de octubre de 2013

STROMAE (PAUL VAN HAVER, 1985): BIENVENUE CHEZ MOI (BIENVENIDA A MI CASA, 2010)



Agradezco a Joan Borrell el descubrimiento de este cantante rapero belga, conocido por el tema triste Alors on danse

La democracia ateniense en la Grecia antigua

Antes del siglo VI aC, la ciudad-estado de Atenas tuvo gobiernos parecidos a los de cualquier cultura antigua con escritura: una monarquía en época micénica, hasta finales del segundo milenio (el palacio del rey o basileo se ubicaba en lo alto del Acrópolis, y el título de basileo se convirtió en el nombre de un magistrado religioso en época clasica), gobiernos oligárquicos o aristocráticos hasta el siglo VII presididos por arcontes (cargos políticos y religiosos), y una sucesión de tiranos hasta Pisístrato, a finales del siglo VI -un tirano, en Grecia, no era necesariamente un dictador ni un mal gobernante, sino un demagogo que se hacía con el poder con la ayuda del pueblo cuya voluntad compraba, y cuya legitimidad estaba cuestionada-.

Fue a durante el siglo V cuando una serie de reformadores, desde Solón hasta Pericles, instauraron una serie de profundas reformas sociales y políticas hasta la instauración de la democracia, un tipo de gobierno hasta entonces inédito en cualquier parte del mundo.

Hasta entonces la sociedad se dividía, como en cualquier sociedad arcaica, en clanes, cuyos miembros estaban unidos por lazos de sangre o familiares. Clístenes desmontó esta estructura patriarcal. Atenas se organizó a partir de diez clanes o tribus, cada uno encabezado por un héroe mítico escogido al azar, y compuestos por miembros unidos, no por lazos familiares sino vecinales: Los clanes comprendían ciudadanos escogidos entre distintos barrios o "demos", en los que convivían personas y familias que no guardaban ningún parentesco. Cada clan incluía miembros de los terratenientes, de los moradores de las montañas (pastores), y de los habitantes de la costa (pescadores, marineros). La división se cuidó para que no coincidiera con la posesión de ningún clan familiar. De este modo, se evitó que clanes familiares, compuestos por familias nobles, siguieran ostentado el mando de la ciudad.
Cada barrio escogía a unos representantes; y éstos entraron a formar parte en una organización política radicalmente distinta.
Hasta entonces, los aristócratas, que gobernaban, se reunían en una asamblea llamada el Areópago, ubicada en uno de los montes rocosos que puntean el territorio de Atenas,  llamado también Areópago: la Roca de Ares -o de las Erinias. Una segunda asamblea, la Ecclesia, se limitaba a cumplir las órdenas aristocráticas del Areópago.

El Areópago perdió competencias; éstas se cambiaron. Se convirtió en un tribunal de justicia para crímenes con sangre, amén de garante de la moralidad y las buenas conductas. La conversión estaba justificada. Un mito contaba que Ares, el dios de la guerra, fue condenado allí por haber matado a un hijo de Poseidón, el dios de los mares; y las Erinias, que eran las diosas de la venganza, que velaban por el honor familiar, supuestamente estaban asentadas en lo alto de este risco. Allí defendieron al héroe Orestes, enjuiciado por haber asesinado a su madre Clitemnestra en venganza porque había matado a traición al padre de Orestes, Agamenón.

Se crearon o se reformaron entonces dos asambleas, dotadas de más poderes. La Ecclesia, ubicada inicialmente en el ágora, se traslado a la Pnyx, una colina vecina a la del Areópago, entre el Acrópolis y el ágora. Esta asamblea, poderosa, asumía el poder legislativo. Dictaba leyes, y debatía de los asuntos de la comunidad, que eran votados a mano alzada por todos los asistentes. Se trataba de una democracia directa y no representativa. Se componía de todos los ciudadanos (varones y libres). Comprendía entre 5000 -el número mínimo para que las decisiones fueran aprobadas y fueran legales- y 20000 asistentes, que debatían en un amplio espacio al aire libre dispuesto a modo de teatro griego. La Ecclesia escogía a diez estrategas -generales al cuidado de la defensa de la ciudad-, uno por distrito, entre los que sobresalía aquel con una mayor facilidad de palabra, que se convertía en el general principal, y en en gobernante de la ciudad. Pericles fue, por ejemplo, un estratega que se mantuvo en el poder durante años gracias a que  la Ecclesia le votó reiteradamente. También escogía por votación a los miembros del tribunal popular.

   La Boulé, asentada en el bouleuterion, era la asamblea ejecutiva. Estaba ubicada en el ágora. Aplicaba las leyes dictadas por la Ecclesia, se ocupaba del funcionamiento diario de la administración, y velaba por la rectitud y el acierto en la puesta en práctica de las decisiones emanadas de la Ecclesia. La Boulé sometía cualquier tema o problema a la consideración de los miembros de la Ecclesia. El gobierno de la ciudad se basaba en la detección de los problemas y en propuestas por parte de la Boulé, su estudio, aceptación o rechazo, y resolución por la Ecclesia, y su puesta en práctica por la misma asamblea que los había propuesto, la Boulé, con la autorización de la Ecclesia. El poder de la Boulé era, pues,  inferior al de la Ecclesia.
La Boulé se componía de quinientos representantes de los clanes o barrios. A A fin de agilizar las tareas administrativas diarias, cincuenta miembros de la Boulé, diez por cada tribu, llamados los pritanos, eran los encargados del gobierno de la ciudad. Este comité estaba dirigido por un presidente, que cambiaba cada día. La presidencia del gobierno, la posesión de las llaves de Atenas, cambiaban de mano cada veinticuatro horas. Cada pritano podía, de este modo, asumir durante un día la máxima responsabilidad gubernamental. Se trataba de una tarea, delicada y difícil, que solo se podía llevar a cabo un par de veces en la vida. El trabajo del presidente de gobierno consistía también en organizar la agenda de los temas a debatir tanto de la Boulé cuanto de la Ecclesia.
Los cincuenta pritanos representativos se encontraban diariamente en el pritaneo: un tholos, es decir, un edificio de planta circular, junto al bouleuterion, donde banqueteaban mientras discutían. El pritaneo se organizaba alrededor del fuego sagrado de la ciudad cabe un altar de Hestia, la diosa de los hogares público y privado, junto a estatuas de Apolo y Hermes: Las tres divinidades formaban una especia de "Sagrada Familia"; Hestia simbolizaba el centro, el punto fundacional de asentamiento y raigambre con las profundidades donde moraban los antepasados, mientras que Apolo era el dios de la apertura de caminos junto con el establecimiento de fundaciones y cimientos, y Hermes guiaba a viajeros y comerciantes por los caminos trazados por Apolo, y a las almas, por el buen camino.
  Finalmente ambos edificios, bouleuterion y pritaneo,  lindaban con el Metroon, el archivo municipal, que era a la vez un santuario dedicado a la madre tierra que daba fe de las bondad de las leyes enunciadas por la Boulé.

Al ágora también acogía a la Heliea, el tribunal de justicia popular, al aire libre, compuesto por cinco mil miembros elegidos por la Ecclesia. Los crímenes de sangre y los que atentaban al honor eran transferidos al Areópago.

Esta división del poder, entre el poder político, subdividido entre los poderes legislativo y ejecutivo, y el poder judicial (con dos tribunales, popular -Heliea- y Supremo -Areópago-), se completaba con el poder religioso, asentado en el Acrópolis. Eso no es óbice para que la ciudad acogiera diversos templos, relacionados con las funciones que se llevaban a cabo en los barrios. Así el ágora, dedicada a los negocios y la gestión de la ciudad, comprendía un templo dedicado a Hefesto, el dios de los artesanos. El poder religioso estaba subordinado al poder civil, toda vez que no existían sacerdotes, como en Egipto o Mesopotamia, sino que el mantenimiento del culto, consistente en sacrificios diarios a los dioses, practicados en los altares situados ante la fachada de los templos, estaba a cargo de magistrados electos que se turnaban cada mes, y a los que no se les exigía especiales conocimientos teológicos, sino el conocimiento y la aplicación de la ley acerca del cumplimiento de los ritos.

Una característica única de la ciudad griega es la ausencia de palacios, así como de recintos sagrados cerrados. Existían mansiones y talleres, pero la ciudad del primer milenio nunca se organizó alrededor de la doble polaridad del templo y del palacio. El poder, civil y religioso -mayoritariamente civil- estaba disperso por la ciudad, y los diversos poderes se equilibraban.

Esta organización, con altibajos, y golpes de estado, a veces violentos, de oligarcas, se mantuvo durante los siglos V y IV, hasta que en el 322, Macedonia conquistó Grecia, y el rey Filipo II, a quien sucedió su hijo Alejandro el Grande, depuso a los magistrados e instauró la monarquía que perduró hasta la conquista romana.
La democracia, esta manera de gobernar única, en la que el poder estuvo en manos de cualquier ciudadano, independientemente de su linaje e incluso su fortuna  -los cargos empezaron a ser pagados con dinero público en el siglo IV para evitar que solo los pudientes gobernaran- no volvería hasta el siglo XVIII en Francia.