(Segunda interrupción temporal del cierre vacacional)
Un próximo estudio histórico, por un reputado periodista, va a sacudir los cimientos de la historia: amén de afirmar que George Orwell era zoofílico ya que no aparece ningún ser humano en Animal Farm, y que los que describe en 1984 son unos cerdos, sostiene que el escritor no era inglés sino catalán (las granjas porcinos son un clásico en Cataluña), pero cuya verdadera nacionalidad fue ocultada por un turbio manejo de la pérfida Albión como venganza por sus críticas contra el imperio. Tal sorprendente pero demostrada afirmación, según la cual el verdadero nombre del escritor era Jordi Obó (u Obé), se basa en un dato objetivo, inevitable: George Orwell escribió positivamente sobre las calles y el arrojo de Barcelona y Cataluña y su gente en Homage to Catalonia, lo que constituye una indirecta (aunque obvia) crítica contra los pálidos y pusilánimes ingleses. El texto fue redactado en catalán, y la primera edición, publicada en inglés es una simple traducción, aunque no se guarde ningún manuscrito ni ninguna edición príncipe originales.
Un segundo estudio también revuelve las asunciones sin fundamento: Miguel de Cervantes era catalán (se llamaba Miquel Sirvent -¿no sería valenciano y tendría sangre de horchata-?) ya que escribió (en catalán) en términos positivos sobre Barcelona y los catalanes en la segunda parte del Quijote -y un complot castellano escondió este hecho y se apropió de la obra-, y le iban los cuerpos de guardia porque retrata a Dulcinea como una perdida (no aparece nunca) y solo describe a hidalgos -y a molinos (muy veletas).
Uno de estos dos libros no ha sido escrito (aún).
¡Hace días que no te decía nada por aquí u otro medio de comunicación! Así que aprovecho la temática que más me chincha -así escribo- para comentar algo... No es que no le dé importancia alguna al asunto de la 'nacionalidad'; cada uno tiene ciertas raíces -ya sea históricas, culturales, artísticas, lingüísticas o politicoides (siento el desliz subjetivo)-, y es algo que, parte intrínseca a nosotros, puede llegar a determinarnos -en parte- como lo que somos. Pero lo que me alarma y horroriza -siempre- es la imperiosa necesidad de apropiarse de tal o cuál logro. De no haber escrito lo escrito, a Cervantes no se le cambiaría el -teórico- origen. Ni a Colón, ni a Orwell. Propondría, yendo al límite, un Guillem Llança-agitada (shake-spear), un Albert de la Pedra (ein-stein) o vayamos a saber qué...!
ResponderEliminarPor cierto; ayer, en Dol de Bretagne, vi una vidriera en una iglesia con toda la temática vital de San Tomás (ya te pasaré! que me acordé de la optativa).
Y te envío una pregunta mailianamente!
Suerte!
PD: ¿Cuál de los crímenes dices que aún no se ha cometido?
Hola Ángel
ResponderEliminar¿De regreso de la ciudad de los osos?
Independientemente de las soterradas -o nada soterradas- intenciones de quienes publican, el hecho de descubrir la época, la lengua, la cultura, la nacionalidad de un artista y de qué pie calza ayuda o puede ayudar a valorar su obra. Que, no sé, Dan Gordon, por citar un escritor excelso, sea norteamericano y del siglo XX, y no un iconoclasta bizantino del siglo VIII, contribuye a que se enjuicie mejor El código da Vinci (claro que da Vinci no hacía nacido en el siglo VIII. ¿O sí?).
Por tanto, cualquier dado que sitúa a un artista en la historia es necesario y bienvenido.
Esta información reveladora puede llegar de dos maneras: a través de algún veraz testimonio gráfico o escrito que demuestre, por ejemplo, que Ossian no fue un bardo tardo-antiguo, comparable a Homero, sino el escritor dieciochesco Macpherson -quién atribuyó sus poemas a un vate legendario, inventado por él, para dar relevancia a sus versos-; o a través de un análisis del propio texto. Así, una cohorte de estudiosos llevan siglos analizando la Ilíada y la Odisea en busca de la "verdadera" personalidad de Homero. Y algo se ha descubierto; por ejemplo, que Homero -o un colectivo llamado Homero- fue un poeta (o un grupo de poetas) del siglo VII aC y no del XII aC como podría parecer de la simple lectura de las obras.
Por tanto, especular sobre quienes fueron Cervantes, Shakespeare u Orwell, es útil (si es que existen dudas sobre ellos), y los datos sobre sus gustos, manías y conocimientos son necesarios u oportunos para saber qué pueden significar sus obras. Si "La granja de los animales" la hubiera escrito un monje hinduista, y no un escritor de entre-guerras, significaría necesariamente algo muy distinto -y no podría ser apreciada del mismo modo-.
Lo que se tiene que enjuiciar, entonces, es el método interpretativo empleado por el historiador o el crítico para desvelar la identidad cuestionada del autor. El método, en los casos comentados, es cuanto meno pintoresco (y pintorescas son las conclusiones). Orwell también podría ser una abuelita amante -signifique lo que signifique esta palabra- de los caniches, como una Bárbara Cartland que hubiera virado del rosa al ácido. O no.
Me alegro que dudes sobre los crímenes cometidos -aunque no dudas, claro-. Esto significa que ambos ejemplos son igualmente absurdos. Pero uno es real. Es decir, se ha publicado.
Esto es lo que se edita y es noticia.
Este calor es insufrible y creo me ha ablandado el cerebro!!! Pero este texto es espeso, espeso!!!!!
ResponderEliminarBuen verano ......ah! y no olvideis vuestra identidad, ya conoceis aquello tan sabido de " quien pierde el origen pierde la identidad"
Ningún problema, Pedro! Tan sólo me quejo -a veces- de intentos -algo ciegos quizá, no lo sé- de hacer que algo perteneciente a una nacionalidad sea de otra, como dándose a uno la importancia del 'fuimos nosotros que...'.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo que se investigue sobre lo que interesa a cierto asunto, pero me da la sensación que suele ser posible en campos en que se puede dudar de hechos tangibles que cierta invención decante la balanza a subjetivismos nacionalistas sin basarse en la mera voluntad de -como dices- descubrir 'sobre' alguien...
Y lo digo defendiendo el que haya nacionalidad, origen, raíces, y que las tenemos. Y gusta tenerlas...
Pero supongo que a veces tiemblo sobre ciertos límites... ¡Ya sabes!
Por cierto, para practicar estoy -realmente- traduciendo el texto de Apolo delfíneo de alemán a castellano! -que tengo que activar de una vez el alemán-
¡Hasta pronto!
Las intenciones, deseos, voluntades que mueven la investigación no son siempre claras -ni limpias-, pero supongo que si el resultado es útil o clarificador, corrigiendo errores, desvelando hechos inéditos y que incrementan el conocimiento, la investigación es válida (aunque la motivación sea turbia).
ResponderEliminarNo siempre se halla lo que se busca, pero se desvelan hechos inesperados.
De todos modos, descubrir que Orwell no es inglés, o que no vivió en el siglo XX, o que Cervantes no nació, al parecer, en Alcalá de Henares es benéfico si incrementa o altera nuestro conocimiento, o nuestro juicio, de su obra.
¿Lo hace?
Por otra parte, ¿quedan fundamentados los descubrimientos anteriores?