jueves, 10 de septiembre de 2009
¿Pero qué significa eso? (A Clue to Clooney)
La prensa rosa ofrecía ayer una noticia que planteaba un problema artístico: ¿es George Clooney homosexual?
Según las crónicas está afirmación se basaba en dos declaraciones de amigos del artista, Brad Pitt y Matt Damon,, quienes habrían sostenido que: "no me casaré antes de que Georges se case con su novio" (Pitt), y "Georges se debería casar con su novio" (Damon).
Las declaraciones dieron la vuelta al mundo. Y sorprendieron a todo el mundo.
No vamos a estudiar los gustos y prácticas de Clooney (aunque no dejaremos de admirar la morena estupenda que lo acompaña), sino preguntarnos por el significado de dichas frases. Esas son muy claras: no parecen frases con doble sentido. Exponen sin ambajes lo que quieren decir: Clooney tiene un novio y debe casarse con él, hecho que afecta a la boda de Pitt ya que el novio de Angelina quiere esperar a que su amigo se case para subir al altar.
Visitamos un piso para jóvenes o un piso patera. Exclamaremos: "¡Qué piso más grande!". Este frase no tiene vuelta de hoja. Afirma que el piso visitado es digno de una mansión del ¡Hola! -o de Clooney-. En este caso, la información decisiva no la aportan las escuetas palabras, sino el tono con el que se pronuncian, que no es solo exclamativo (o no lo es nada, pese a los signos que abren y cierran la sentencia). La ironía o el sarcasmo pueden lograr que una frase signifique lo contrario de lo que dice en apariencia. En el piso de muestra no cabe ni un alfiler.
Los modos de expresión, que son los que trasmiten la información (que las palabras no siempre vehiculan -intencionadamente o no), y que son propios de la expresión oral, no se reflejan en la transcripción escrita, ni en una pintura. Sin duda, Pitt y Damon se expresaron con una profunda ironía (lo que el conocimiento de la vida de Clooney permite discernir). Pero la fijación por medio de la escritura no puede denotar el tono empleado, salvo que se indique exprofesamente: "Y dijo Pitt, o Damon, con ironía: Clooney tiene novio". Si no se indica claramente que se habla con un tono determinado, la transcrición de las palabras, o el dibujo de la situación, no puede mostrar el tono que da la clave, en sentido musical, de lo que se quiere verdaderamente decir: Clooney es un ligón empedernido que no se aceptará nunca unirse a una misma persona. La ironía, en este caso, combate la obviedad. Permite matices, solo comprensibles entre quienes comparten un mismo manera de ver la vida, un mismo bagaje cultural.
En las artes plásticas ocurre lo mismo. La pintura no permite saber cuando estamos ante una imagen irónica de un tema serio, y cuando contemplamos un retrato realista de un motivo caricaturesco. Es esa misma ambigüedad, o esa misma incapacidad del arte de la imagen por captar tonos, que dificulta la comprensión y la valoración de los retratos de Carlos II el Hechizado, de Carreño de Miranda, o de la familia de Fernando VII, de Goya. Solo el conocimiento del papel del artista en la sociedad dieciochesca, y del poder absolutista de la corte, impide pensar que los retratistas se tomaban licencias para con la realidad, que "ironizaban" sobre ella.
Es posible que el arte kitch o camp, sobre el que tanto se ha teorizado en los años 60, haya logrado ofrecer un punto de vista irónico sobre la realidad. Pero no es seguro. No es seguro que la ironía no estuviera en el tema (banal) y no en su manera de reflejarla.
El "collage", como el que preacticaba Max Ernst, sí habría podido ironizar sobre el mundo. Pero esa plasmación irónica se ha logrado a costa de alejarse de la realidad. Los "collages" surrealistas pueden ser irónicos, sin duda. Pero las situaciones que muestran son irreales, ya que, para poder ofrecer un punto de vista desviado sobre el mundo, el "collage" o el surrealismo ha tenido que combinar absurdamente, sin respetar las leyes de la lógica, elementos sueltos. La ironía en el arte plástico es un disparate (en el noble sentido goyesco).
¿Clooney es gay? Lo único que se sabe es que Pitt y Damon son muy inteligentes y que los periodistas que reflejaron sus supuestas declaraciones no supieron distinguir entre la expresión oral y la escrita. El verbo siempre es más creador, verdaderamente dotador, es decir, dotador de vida. La palabra enunciada, como sostenía Platón, presenta unos matices, que la escrita, la letra, mucho más esquemática, nunca podrá captar. Capta la letra, pero no el espíritu.
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