¿Damasco, 2010? o ¿Bagdad?
No, España, a finales de los sesenta y principios de los setenta (Foto: Cristina García Rodero).
Pero, entonces, el cubrirse enteramente en rostro, ¿no es acaso una costumbre o tradición perteneciente al islam? Las interpretaciones de las religiones monoteístas ¿dan lugar a lecturas parecidas -y leyes impuestas similares?
Mas, si la "tradición" se ha "perdido" en España, ¿no cabe pensar que puede o debe acontecer también en ciudades árabes -donde situaciones como las que retrata García Rodero son frecuentes? ¿Se acepta o se defiende la "pérdida" en un caso, y en otro esta "característica" es vista como parte de la "tradición" -que debe ser preservada?
O, acaso, ¿deberíamos volver a la "tradición? -y exigir, en nombre del respecto a las costumbres y las raícers, que las mujeres vuelvan a enlutarse de la cabeza -o, mejor dicho, el rostro- a los pies?
A taparse, que son dos días. Quedaría étnico. Y tan arraigado.
Supongo que se tratará de una escena de Semana Santa, tal vez un Viernes Santo.
ResponderEliminarNo obstante el uso del velo ha sido una constante en los pueblos mediterráneos bastante anterior al Islam, prueba de ello son los relieves de Palmira que enseñan a mujeres envueltas en velos muy similares a los que usaban hasta no hace mucho las mujeres en Malta, o la tradicional "cobijada" de Vejer de la Frontera.
Un saludo.
Muchas gracias por la observación.
ResponderEliminarDebe de tratarse, en efecto, de una escena de Semana Santa, llevada a un extremo.
Es cierto, como oportunamente señala, el uso del velo por parte de las mujeres en el Mediterráneo antiguo, no solo en Palmira, donde se refleja la tradición romana -o donde se mezclan tradiciones romana y semita- sino también, por ejemplo, en Grecia, donde el velo era de rigor en las mujeres casadas -y en la iconografía funerararia cuando la difunta se "esposaba" con la muerte.
Pero, en ningún caso, se cubría el rostro en su totalidad, sino solo la cabeza. Con la mano, la mujer se cubría parcialmente el rostro, corriendo y descorriendo la tela. Los ojos nunca se cubrían.
No obstante, el rostro enteramente cubierto -por un velo traslúcido- aparece, excepcionalmente, en unos bustos griegos de los siglos V y IV aC de la colonia griega de Cirene, uno de los grandes santuarios apolíneos (trataré de aportar una imagen en una entrada posterior). Se trata de una iconografía única que causa problemas interpretativos aún no resueltos, por la falta de precedentes y de imágenes con las que se puedan comparar. Lo único que se puede asegurar es que se trata de una iconografía funeraria -por tanto, en relación con lo anteriormente comentado- (los bustos se han hallado en una necrópolis), pero no se sabe si representan a la diosa Démeter, divinidad agraria de los cereales, y del Hades (después de que su hija Perséfone hubiera sido raptada por Hades, el dios del inframundo), que se vela el rostro para significar su alejamiento del mundo, o a mujeres difuntas, cuyo rostro enteramente velado significa tanto que cierran los ojos al mundo cunato que se entregan matrimonialmente al dios del inframundo. La iconografía, entonces aunaría rasgos matrimoniales y funerarios.
Esta insistencia en la ocultación de los rasgos y, en particular de los ojos, debía ser muy importante porque una parte de los bustos femeninos funerarios de Cirene (que no se sabe si responden a una iconografía griega -única, no hallada en ningún otro asentamiento griego- o si fusionan ragos griegos y de tradiciones nativas) posee una cabeza consistente en un volumen "ahuevado" enteramente liso, semejante a la cabeza de un maniquí, que, por cierto, y no es casual, inspiraron al pintor italiano metafísico de Chirico, en los años 15 o 20 del siglo pasado (Libia, donde si situa Cirene, era una colonia italiana) para sus célebres imágenes urbanas desoladas al atardecer pobladas de seres maquinales sin rostro.
Gracias por la puntualización
Tocho