domingo, 19 de febrero de 2012
La ciudad nacida de las aguas y la ciudad descendido del cielo: la ciudad sumeria
¿Calle, canal o curso de agua erosionando el tell sobre el que se asienta la ciudad sumeria de Tello (Iraq)?
Foto: Tocho, noviembre de2011
Los estudios previos, tras la visita del yacimiento arqueológico de Ur, en Iraq, de planos topográficos realizados en los años veinte, imágenes aéreas y tomas de datos recientes, que Marc Marín (UPC-ETSAB) está llevando a cabo para la preparación de una gran maqueta de aquella ciudad sumeria (que será incluida en la muestra sobre arte sumerio que Caixaforum, de Madrid y Barcelona, prepara para finales de 2012-mediados de 2013), ponen de manifiesto que los dos tipos de mitos acerca del origen de la ciudad en Sumer reflejan lo que posiblemente aconteció en realidad.
Aunque son muy escasas las tramas urbanas sumerias excavadas (dos barrios en Ur -hoy en mal estado por la lógica degradación de la arquitectura de barro-, un barrio en Kish, y trazas inapreciables en Uruk: ninguna extensamente), ya que las primeras misiones arqueológicas anteriores al final de la Segunda Guerra Mundial se centraban en grandes estructuras y no en el tejido urbano, de la que se pensaba pocas obras de arte notables podían desenterrarse, el estudio de los planos topográficos permite emitir algunas hipótesis.
Las ciudades como Ur se alzaban sobre colinas o montículos (tells) artificiales que destacaban en la planicie. Éstos resultaban de la acumulación de estratos de asentamientos (pueblos y primeras ciudades) en un mismo lugar desde el neolítico (Uruk remonta al VI milenio aC, Ur al V, como mínimo) cuyos muros de adobe se desmoronaban regularmente, lo que hacía subir el nivel del suelo. Cada nueva reconstrucción tenía que llevarse a cabo en un suelo ya hollado; los mitos pronosticaban toda clase de males a los reyes que se atrevieran a construir en un terreno virgen, perteneciente a los dioses. la topografía del terreno era artificial. Cada nueva ciudad se adaptaba al terreno. Las calles, las canalizaciones y los canales (si es que había canales en las ciudades) se abrían paso en un terreno ondulado, con cumbres y hondonadas. Las vías seguían las trazas del curso de las aguas de lluvia. Éstas marcaban fuertemente el terreno, y señalaban las mejores vías de evacuación. Las calles, entonces, se disponían de manera arborescente, o como una red de curso de agua con una multitud de afluentes, como si de una red de nervaduras o de venas se tratara. Esta red era similar a la que aún se encuentra en la base de los cascos antiguos de medinas como las de Mosul o Irbil en Iraq. Las callejuelas zigzaguean para amoldarse a la orografía. De este modo, se facilita la evacuación del agua.
Son los curso de agua los que están en el origen de la trama urbana. La ciudad se asienta sobre una multitud de pequeños cauces que aún hoy se descubren (algunas ciudades sumerias decayeron o desaparecieron a finales del tercer milenio aC, por lo que los restos arqueológicos hallados corresponden a los últimos niveles urbanos. La orografía actual, descubierta debajo de capas de sedimentos extraídos, no es muy distinta de la orografía que ciudades como Ur presentaban cuando el declive del mundo sumerio.)
Unos mitos cuentan que la primera ciudad, la Uru-ul-la, estaba desde los tiempos primigenios asentada en o cabe las aguas primordiales. Nació de las aguas y alumbró, a su vez, al cielo. Esta ciudad primordial estaba, entonces, en íntima asociación con las aguas. Daba cobijo a las almas, negros espectros de una ciudad negra que se miraba en las oscuras aguas de los inicios. Aguas que cubrían o acogían al mundo de los muertos que nacían de las aguas en la ciudad de los inicios.
Esta concepción está en relación con la imagen que, muy posiblemente, tuvieron las primeras ciudades, sentadas en una tupida red de canales naturales abiertos en las marismas del delta del Tigris y el Éufrates, y con la imagen de las ciudades ya históricas, construidas sobre los tells, respetando el surco de las aguas de lluvia, los cuales constituyeron la base de la trama urbana.
Sin embargo, otros mitos contaban que las ciudades descendieron de los cielos en tiempos antediluvianos. Estructuras majestuosas que se posaron en la tierra. Estas formas, necesariamente geométricas, de planta rectangular o cuadrada, se inscribieron en una trama arborescente. Dos modelos, orgánico y geométrico, se encontraban y se enfrentaban.
Este segundo modelo también se halla en las ciudades sumerias. De hecho es prácticamente el único que ha sido excavado. Se trata del que subyace al extenso barrio de templos, espacios comunitarios o asamblearios y palaciegos . Este conjunto estaba bien delimitado por una o unas murallas de planta regular, que contrastaban con la muralla de la ciudad, perfectamente adaptada, anmoldado al perímetro curvo de la colina artificial.
Mientras que las casas formaban un conjunto casi de escamas sostenidas por la red arborescente de las callejuelas, los grandes equipamientos públicos y religiosos se desmarcaban y se inscribían en formas que nada tenían que ver con la orografía de barro de la que brotaba la ciudad. Eran edificaciones "abstractas" que podrían ser calificadas de cristalinas si no se hubieran levantado también con ladrillos de adobe. En todo caso, eran formas ajenas a la orografía. Reflejaban las formas puras celestiales.
La ciudad sumeria, entonces, resultaba de la unión del cielo y la tierra, o de las aguas y el aire, es decir del trabajo conjunto del dios de las aguas subterráneas, Enki, y el dios de las aguas celestiales y del aire, Enlil. Actuaba como cópula entre la tierra y las aguas primordiales, y el empíreo (que parece descansar sobre la inmensidad que, desde los tells, se descubre a la redonda en el sur de Iraq).
Agradecimientos a Victoria Garriga (AV62Arquitectos) y Marc Marín por sus observaciones.
Hace un tiempo que vengo siguiendo tu blog y hasta ahora no te había dicho nada. Aprovecho este apunte sobre Sumeria para hacerlo. Me produce una emoción especial leerte sabiendo que has recorrido estas desdibujadas tramas urbanas, unas de las primeras trazadas en la historia de la humanidad.
ResponderEliminarTe felicito por el blog. Ofreces una perspectiva muy interesante sobre la arquitectura. Es un placer leerte.
Un saludo.
Estimado Enric H. March
ResponderEliminarMuchas gracias por el comentario.
Sorprende que se haya excavado tan poco, y casi nada de las tramas urbanas. Pero, en verdad, es lógico. Se excava desde hace cien años, los niveles sumerios están debajo de metros y metros de tierra, los yacimientos son extensísimos, y , por otra parte, si se hubieran ya puesto al descubierto, se habrían perdido. La arquitectura de adobe se desmorona de año en año, y es difícil o imposible restaurarla o protegerla (sin que quede un pastiche, como la rehabilitación de la "casa de Abraham" en Ur)
Un cordial saludo
Pedro