El hecho que la Biblia no sea un libro escrito unitariamente, sino que conjuga textos de épocas (entre los siglos VI y II aC), culturas y autores diversos, en hebreo y en griego, que reflejan creencias que necesariamente variaron, puede explicar que no solo la creación del mundo se narre dos veces sucesivas, de dos modos distintos, sino que también recoge, en diversos libros, narraciones o explicaciones que no tienen porque coincidir con uno u otro de los mitos de la creación narrados en el Génesis.
El Génesis, en efecto, suma lo que posiblemente sean dos mitos, uno de tribus del sur, para las que la divinidadse llamaba Yahvé, con otro de tribus norteñas fieles a Elohim -nombre en plural pero que posiblemente refleje un plural mayestático-. Éstos, por otra parte, no son los únicos nombres que la divinidad de Israel, si es que se trata siempre de la misma, recibe.
El mito que concede la primacía a Yahvé sería el más antiguo, si bien es narrada en segundo lugar. La creación del universo es fruto de un laborioso trabajo artesano, en el que caben rectificaciones. El ser humano es modelado, la tierra es plantada y abierta, las aguas proceden de pozos abiertos esforzadamente. Es difícil saber si el texto refleja una creencia en un dios que trabaja manualmente como cualquier artesano, o si las descripciones de las labores divinas son metafóricas, mas, siendo éstas tan semejantes a las de otras culturas, mesopotámica, por ejemplo, es muy posible que, en una época más arcaica, Yahvé fuera un dios artesano cuya obra, el universo, era fruto de sus aptitudes manuales, de su trabajo físico con la materia.
El Génesis recoge una segunda versión de la creación, posiblemente más reciente, llevada a cabo por Elohim. Por razones que se me escapan, esta versión es la que aparece en primer lugar en la Biblia: se trata del primer texto. Elohim, en este caso, ya no es un artesano sino un orador. El mundo se hace según su dictado. El verbo divino es el que crea o nombra las cosas y los entes; éstos son engendrados, o se materializan, en cuanto son llamados. Esta versión no es insólita. Los mismos mitos mesopotámicos describen al dios ordenador del universo, a Enki, ya sea como un dos artesano que moldea a los humanos, abre canales y trabaja la tierra -amén de masturbarse para llenar los cauces secos de los ríos-, ya sea como un ordenador cuyo verbo, cuyas palabras son efectivas ya que logran que las cosas sean o se muestren.
Los mitos mesopotámicos, en ocasiones, insisten en la capacidad planificadora de los dioses. Éstos, antes de crear, idean. Las imágenes mentales son generadoras. Están en el origen de las formas materiales. No queda claro, empero, dónde se hallan estas ideas necesariamente divinas, si en las divinidades o por encima o fuera de éstas, como si fueran otras deidades, superiores incluso a las que materializan dichas ideas. La importancia de la idea no va en detrimento de la materialización de las formas y los entes. Ambos procesos son necesarios y son llevados a cabo por deidades, si bien, parece que la ejecución material es confiada a deidades menores, engendradas incluso para la ocasión.
Tal concepción tiene su reflejo o corre de parejo con lo que cuenta algún libro tardío del Antiguo Testamento con son los Proverbios. Aquí, Yahvé, definitivamente planifica. Posee sabiduría. No queda claro, tampoco en este caso, si la Sabiduría divina consiste en una facultad divina, gracias a la que Yahvé idea, o si ser trata de una segunda divinidad, quizá emanada de Yahvé. Pero esta Sabiduría es anterior a la creación. Parece haber sido establecida por Yahvé. Fue engendrada antes que el universo; no se precisa por quien; mas es esta Sabiduria la responsable de la creación. Piensa por Yavhé, o es el pensamiento de Yahvé quizá hipostasiado, a quien Yahvé confía la creación del universo. El texto ya no describe trabajos manuales; tampoco se refiere a órdenes dadas, sino al trabajo intelectual de Yahvé que idea el universo gracias a la presencia de la Sabiduria, que dota a Yahvé de la capacidad de imaginarse el universo. La Sabiduría es la razón de ser de la creación; es lo que otorga entidad, da cuerpo a lo que va formando el escenario cósmico. Éste "responde" a un pensamiento, y existe ya en tanto que es concebido mentalmente. Su proyección material no altera ni completa, como si no fuera necesaria, la creación. Una idea es ya una obra.
Este proceso, que, casualmente recuerda la evolución de la concepción de la creación occidental -desde la manualidad artesana al arte conceptual, pasando por una fase en la que el artista da órdenes a los arrtesanos y aprendices de los talleres manieristas y barrocos italianos sobre todo, refleja el tránsito de la Edad de Bronce, en la que el trabajo de la tierra era esencial para la supervivencia, a la Edad del Hierro, cuando los intercambios comerciales eran constantes y fluidos, y los productos eran manufacturados en países o talleres, cercanos a fuentes materiales o a condiciones de trabajo más favorables, pero que respondían al gusto, los requisitos, los deseos de cortes muy alejadas. Las obras ya no eran trrabajadas por quienes las ideaban, y era la idea la que caracterizaba la creación; la factura manual, todo y siendo necesaria, no intervenía en la importancia o singularidad de la obra.
Buenas tardes,
ResponderEliminarMuy interesante el artículo.
Yahvé, dios escogido por los hebreos entre otras deidades del panteón semita y originarias de mesopotamia como por ejemplo: Baal, Astarté, Dagón, Anath (esposa de Yahvé) etc.para crear una comunidad monoteísta o según los relatos bíblicos, Yahvé escogió a los hebreos, del cual a Abram de Ur de Caldea y a su esposa -media hermana- Saray para iniciar un largo camino vigente a nuestros días en algunas religiones/tradiciones.
He aquí la diferencia, de El - Elohim. Desconozco un poco, pero mi curiosidad va más allà: analizando el origen de algunos nombres propios semitas, muchos llevan la palabra "El", significando "dios"; Por ejemplo el origen etimológico del nombre de Raquel, sobrina nieta de Abraham, patriarca, hija de Labán y esposa predilecta de Jacob: Rah-El, oveja de dios, fue además pastora de ovejas, madre de José (el que siembra) y de Benjamín (hijo de la felicidad); Raquel a punto de morir de parto quiso llamarlo Bennoni ( hijo del dolor) pero Jacob/Israel (el que lucha con dios y vence) le cambió el nombre. Una fuerza suprema bendice los nombres propios dando una gran importancia al culto del Todo. Además, los nombres "esconden" mensajes claves de los personajes narrados para aprender también sobre los acontecimientos del momento y de la zona.
Pero hay un dios creador, guerrero, a veces cruel con "sus elegidos", si éstos no le rinden culto. He aquí, quizás, el punto de encuentro de dos entidades distintas?
Gracias y saludos.
Esther
Buenas tardes
ResponderEliminaren efecto, El entra a formar parte de varios nombres, por ejemplo de los arcángeles: Rafael, Gabriel, etc.
También es la raíz de dioses como Alá (Alá es, directamente, El).
Elohim es, en verdad, un plural (de El), pero sin duda un plural mayestático. Quizá signifique dios de dioses. Eso no quiere decir necesariamente que se pensara que existían otras divinidades -aunque la lucha, por ejemplo, entre Yahvé y Baal, narrada en el AT, bien demuestra la existencia de otros dioses, considerados solo inferiores; no se les niega la divinidad, solo la omnipotencia.
Aunque siempre es difícil saber qué significan los nombres propios, que pueden haber sido alterados, la mayoría de loscasos sí tienen sentido, aunque es posible que éste ya no hubiera sido de recibo cuando los relatos se pusieron por escrito.
Desde luego, la relación entre el AT y los mitos mesopotámicos ha sido y está siendo muy estudiada, aunque es muy posible que existan parcelas por desbrozar, y nuevas interpretaciones que ofrecer.
¡Muchas gracias por este esclarecedor texto!
Muchas Gracias!
EliminarLeer sus artículos y relatos me hacen recordar lo leído además de aprender más y agradezco compartir conocimientos. Los relatos bíblicos siempre me han interesado y los leía a nivel personal des de pequeña viéndolos como unas historias "mágicas".
Además, la mitología (el puente de conexión) es el basamento de las ciencias y de las artes, punto de partida para el estudio. Poco a poco fui descubriendo la cultura casi olvidada de Mesopotamia y también la entrelacé con las narraciones semitas comprendiendo un poco más sus misteriosas e interesantes historias.
Como no acordarse de los arcángeles de dios! sobre todo Miguel del cual su figura se adoptó más tarde con la de San Jorge matando al dragón. Miguel vence al demonio y es la representación del hombre venciendo a sus miedos, a sus demonios, el que se vence a sí mismo, toda una metáfora.
Acordarme además de la lucha entre Baal y Yahvé en época del rey Acab y su "malvada" esposa Jezabel. La tierra sufría sequía; Elías el profeta y amigo de Yahvé retó a los sacerdotes de Baal con altares; mas Yahvé contestó con fuego y los seguidores de Baal mataron a los sacerdotes de éste viendo su inferioridad y volvieron a adorar, por un tiempo, a Yahvé; y la lluvia volvió(más o menos creo fue así).
Gracias de nuevo y un atento saludo.
Esther
¡Muchas gracias por este comentario!
ResponderEliminarEn efecto, las relaciones entre el AT y los mitos mesopotámicos son cada vez más evidentes, incluso entre AT y los mitos de Canaan -mal conocidos, sin embargo, salvo por los textos de Ugarit.
Estos mitos proporcionaron motivos y estructuras. El sentido quizá sea distinto, pero esta manera de narrar debía de ser necesaria no solo para que lo escrito fuera más aceptable o aceptado, sino porque debía de ser la manera que se tenía de narrar.
Al parecer el tema de San Jorge y el Dragón deriva de la lucha de Ninurta y el Dragón, una figura que está en la base de la constelación del Dragón, en efecto siempre perseguida por la constelación del Carro, imagen de Ninurta.
Gracias de nuevo