miércoles, 8 de mayo de 2013
La estética en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona-Universidad Politécnica de Cataluña: fin (miércoles, 8 de mayo de 2013)
Camino de la Escuela, esperando el autobús, para impartir la última clase de estética del curso, caí en que sería también la última clase de estética. Ya no se impartiría más.
La Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona (ETSAB) es -o era, ya- la única en Europa, posiblemente en el mundo, que impartía esta materia, propia de facultades de humanidades o de bellas artes.
Fue instituida por Xavier Rubert de Ventós a principios de los años setenta, hace más de cuarenta años. Ha contado enseñantes como Eugenio Trías, Félix de Azúa, Luis Racionero, Tomás Llorens, Arnau Puig, o el propio Xavier Rubert de Ventós.
Desde hace años, sin embargo, los profesores que se jubilaban o fallecían ya no eran sustituidos. La Sección de estética llegó a contar cinco profesores que impartían docencia en varios cursos (asignaturas obligatorias y optativas) así como en cursos de tercer grado (doctorado, máster).
Desde hacía un año, ya solo quedaba uno.
Xavier Rubert supo, minutos antes de empezar la clase, qué ocurría. Su hermana, profesora en la misma escuela, le advirtió. Vino en moto. Como hacía siempre antes de jubilarse. Llegó puntual. Impartió clase, sentado entre los alumnos, con voz baja -nunca hubo tanto silencio-, durante un cuarto de hora. No hizo falta más. Fue como una lección de horas. Explicó qué aportaba la estética a la formación del arquitecto, cómo ayudaba a percibir el mundo, y cómo permitía trasmitir, de manera clara, lo que uno sentía -o descubría- ante -y en- una creación humana; cómo la estética, es decir la recepción sensible de una obra de arte, y su posterior comentario, generando consenso o discusión, es decir creando una comunidad de opinión, es capaz de sentar las bases del diálogo y la reflexión conjunta. La obra de arte es motivo de reflexión compartida.
Cuando partió, loa alumnos aplaudieron largamente. Algunos se levantaron.
La clase siguió dos horas y media más.
Concluyó con el inicio de la película La muerte en Venecia, de Visconti: una nave motorizada se abre paso en la niebla que lentamente se descorre sobre la laguna de Venecia, hacia no sé sabe dónde. Viaje en él el protagonista en busca de la belleza. No sabe lo que le espera.
Los alumnos salieron lentamente.
El ordenador se apagó; la pizarra fue borrada, la puerta del aula se cerró.
Para siempre.
Dedicado a quien fue mi primer maestro, que logró que los estudios de arquitectura fueran soportables, y quien me dio trabajo en la Universidad: el trabajo, casi siempre apasionante, e incierto -lo que lo hace aún más hermoso-, de enseñante.
Profesores que una vez dieron clases de estética en la Escuela de Arquitectura de Barcelona (1972-2013): Pedro Azara (UPC), Félix de Azúa (jubilado), Narcís Comadira (UdG), Albert Imperial (contrato no renovado), Ferrán Lobo (fallecido), Tomás Llorens (director de varios museos), Marta Llorente (ETSAB), Joan Batista Pont (contrato no renovado), Arnau Puig (jubilado), Josep Quetglas (jubilado), Mercé Riu (UB), Xavier Rubert de Ventós (jubilado), Ignasi Solà Morales (fallecido), Eduardo Subirats (New York University)), Eugenio Trías (fallecido), Gerard Vilar UAB)
Profesores y conferenciantes invitados:
Artes plásticas: José Manuel Ballester, Joan Rom, Pep Camps, David Bestué & Marc Vives, Vengamonjas
Teatro: Lluis Pascual, Marcel Borràs
Música. Francesco Tristano Schlimé
Novela: J.A. Molina Foix
Musicología: Carmen Pardo (UdG)
Danza: Iker Arrue, Laura Vilar
Poesía: David Leo García, Luis Bagué (U. de Alicante)
Cine: Agustín Villaronga
Cine de animación: Lorenzo Recio
Arqueólogos: Maria-Grazia Masetti (Universidad de la Sorbona, París), Jean-Claude Margueron (École Pratique des Hautes Études, París), Ricardo Mar (URiV), EvaSubías (URiV)
Filósofos: Gregorio Luri (UB), Jéssica Jaques (UAB), Karsten Harries (Yale University)
Historiadores de las religiones: Françoise Frontisi-Ducroux (Centre Louis Gernet, París), Gregorio del Olmo (UB), Luis Feliu (UB), Agustín García Calvo
Historiadores: Michel Mazoyer (U. de la Sorbona, París),
entre los que recuerdo
Tuvieron que anular al último momento:
Cine: Victoria Abril, Marisa Paredes
Ya no se llegó a tiempo para las conferencias de:
Música: Tuomas Toivonen (arquitecto y rapero)
Cine y teatro: Aina Clotet:
Becarios: Montserrat Domínguez (Premio Europan), Victoria Garriga (hoy en AV62Arquitectos), Lledó Gas, Lurdes Gaspart (beca de la Caixa), Carlos Guri (hoy en Guri&Casajuana Arquitectos), Marc Marín (beca Fundación Gerda Henkel), Laura Martínez, Miguel Orellana (beca de la Caixa), Belén Pineda, Blanca Pujals (arquitecta y comisaria de arte, beca del Ministerio de Cultura), Jaume Rovira, Eric Rusiñol, Gema Serch (hoy Serch&Gili Arquitectos), Claudia Schneider (arquitecta y mezzosoprano; estrena todas las obras de Carles Santos), etc.
Buenas noches,
ResponderEliminarMuy bonita dedicatoria.
Gran tarea explicar, enseñar con entusiasmo; Así surge un vínculo muy especial entre docente y alumno del cual ambos intercambiarán puntos de vista distintos uniendo varios ángulos de percepción. Comprender el arte, la estética es muy importante para aprender sobre las estructuras antiguas y construir en armonía con la naturaleza. Es pues, una base, una herramienta indispensable de construcción para comprender además el entorno a través de su simbolismo.
Un atento saludo,
Esther Castañeda
¡Buenas tardes!
ResponderEliminarLa estética también puede ser útil para tratar de saber cómo situarse ante obras contemporáneas, a veces tan enigmáticas como fetiches antiguas, y qué esperar de ellas.
La estética tiene la virtud de enseñar a detenerse ante una obra y a establecer un posible diálogo con ella, enseña no solo a mirar sino sobre todo a escuchar, y por tanto, ayuda a responder, con calma, a obras que a veces gritan (inútilmente)
Muchos recuerdos
¡Muy buenos días!
ResponderEliminar¡Si! La estética le da un soplo de vida tanto a la arquitectura antigua como a la arquitectura contemporánea. La construcción, una de las grandes creaciones artísticas, es nuestro reflejo rescatado del inconsciente hacia el consciente externo: materializar la parte sensible de nuestro ser "imitando" a la naturaleza con sus formas geométricas en perfecta armonía con las estrellas, todo está conectado; un mundo fascinante con ganas de mostrarse más!
Es una disciplina indispensable para los arquitectos que ayuda a recordar un legado que se nos ha sido transmitido desde nuestros inicios.
Muchos recuerdos.
Esther
La estética enseña a mirar y a hallar sentido a las cosas, sobre todo a las cosas hechas por los humanos. No ayuda directamente a hacer o construir, pero el conocimiento que aporta sobre cómo se puede interpretar una obra puede facilitar la creación; el hacedor (artesano, artista, arquitecto) sabe cómo lo que opera será recibido o podrá ser recibido, y sabrá como conformarlo de tal modo que el sentido que quiera comunicar llegue más claramente.
ResponderEliminarEnseñar a ver y a pensar son buenas técnicas para enseñar a hacer. Para operar hay es necesario pensar.
¡Gracias por el comentario!
Sigo con los ojos humedecidos por las lágrimas de profunda tristeza).
ResponderEliminarPara mi también, en algún momento, la asignatura de estética "logró que los estudios de arquitectura fueran soportables"...
Gracias, especialmente a Pedro Azara y Ferrán Lobo.
Gracias.
ResponderEliminarLa pérdida de Ferrán Lobo fue horrible. Algo desapareció para siempre, supongo que el trato directo e intenso con los alumnos, de segundo y tercer ciclos, la enseñanza oral "vivida".
Aún recuerdo el día que, terminadas las clases de doctorado del curso 2001-02, salimos con él algunos alumnos a tomar algo (no encontramos nada mejor que una taberna irlandesa cerca de la Rambla). Cuando nos despedíamos, Ferran nos dió un afectuoso apretón de manos, y nos dijo: "No me dejen solo...". Ya no volví a verle.
ResponderEliminar¡Qué extraño tuvo que ser!
ResponderEliminarFerran nunca dijo nada, pero debía intuir qué ocurría. Vino a trabajar hasta dos días antes.
Nunca se quejó, y tampoco ironizaba. Hacia lo que consideraba que tenía qué hacer y decir.
Aún hay cosas suyas en "su" despacho. Allí están visibles, algún libro y vídeos
Gracias por el comentario
Que noticia más triste, cuando la leía el sábado no podía creermelo.
ResponderEliminarComparto una de esas noches fin de doctorado con Ferran Lobo, en la taberna irlandesa cerca de la Rambla, creo que "The quiet man". Pero a la mente también me vienen las primeras clases de Rubert de Ventós después de su periplo en Nueva York, el siempre irónico Félix de Azúa, las palabras apasionadas de Pedro Azara...
Un día de estos me tomaré una pinta de cerveza en "The quiet man" a la salud de los grandes momentos vividos gracias a los excelentes profesores que nos invitaron a descubrir el alma de la arquitectura.
¡Muchas gracias!
ResponderEliminarYo también disfruté mucho tanto con alumnos y becarios cuanto con las maravillosas clases de Eugenio Trías y las a menudo irónicas y siempre agudas y sorprendentes explicaciones de Xavier Rubert. El ánimo, en mi caso encogido por algunas asignaturas técnicas (sin duda, por mi culpa), y la a veces exagerada autoestima y seguridad en uno mismo de algunos profesores de proyectos que te hacían sentir pequeño, se ensanchada en sus clases. Era cómo de estar de fiesta. No parecían "clases" en el más rígido significado del término.
Le deseo una feliz y nostálgica copa. Si Ferran y Eugenio lo ven esbozarán una sonrisa pilla.