“Nuestra sensación de que estamos antes cosas “antiguas”
–histórica y prácticamente- está producida por la sensación que nosotros somos
“modernos”” (David Wengrow, arqueólogo e historiador inglés del Próximo oriente antiguo).
Pero ante el derrumbe moral de los tiempos
modernos, ¿no nos sentimos cansados, viejos, mientras que las obras del remoto
pasado nos parecen llenas de un inusitado vigor y frescura, como si fueran
radicalmente nuevas, modernas?
Quizá porque no pretendían hacer "Arte" ni se consideraban artistas en el sentido moderno de la palabra y desarrollaban su sentido de la belleza y la armonía pensando en el culto y en el adorno de templos y palacios sin autocensura, sin pensar si eso era moderno o no...
ResponderEliminarDesde luego, ser moderno, es decir distinto de lo anterior, era imposible o incomprensible, ya que se tenía que repetir, como un encantamiento, lo dicho y hecho desde un tiempo inmemorial. Los cambios acontecían sin que se buscaran.
ResponderEliminarEsta actitud es imposible hoy. La novedad manda. Nos cansamos muy rápidamente de lo hecho o visto unos años antes. Así, la crítica de arte no considera el arte que se practica hoy porque parece una revisión o repetición de lo que se hacía hace cuarenta años -y que yo, ingenuamente, pensaba que seguía siendo arte contemporáneo, vigente hoy.
Por supuesto ;una escultor sumerio no entendería el concepto de modernidad :-)Sólo quería explicar que la búsqueda de esa novedad que usted menciona es una tribulación más,no la única ,que se añade ahora al quehacer artístico.Es verdad que por un lado hay más libertad formal y más posibilidades de expresión ,pero algunas personas,sobre todo cuando empiezan en las escuelas de Bellas artes se quedan petrificadas por ese afán de ser modernos ,creado por críticos de arte ,galeristas,revistas de "estilo" ,etc.Creo que a alguna gente que empieza se le hace cuesta arriba encontrar un lenguaje propio.Claro,se supone que el verdadero artista es capaz de encontrarlo pese a los obstáculos
Eliminar"Modernidad" entre comillas,claro.
EliminarSu reflexión es exactamente la misma que realizaba una estudiante de Bellas artes hace unos años. La absoluta libertad técnica, formal, temática era paralizante. No sabía qué ni cómo hacer.
ResponderEliminarSin embargo, también ha acontecido un caso contrario. Recuerdo la respuesta de un conocido artista a una pregunta acerca de su fijación, selección, sumisión o elección a una manera dada de operar, y de por qué no ampliaba o variaba su manera de abordar la realización de la obra. La respuesta fue clara: podría variar, ciertamente, pero, toda vez que se le conocía, y se le apreciaba, por un determinado tipo de obras, no podía variar. Desconcertaría demasiado. Ya no "sería él", ya no "serían obras suyas".
Me parece un razonamiento curioso el de este artista porque mezcla la fidelidad a "sí mismo",con la capacidad de repetición y con el aprecio de la gente (me imagino que ,también ,posibles compradores) :-) A veces el artista se repite una y otra vez,como Giacometti y otras ,como Picasso no para de cambiar.En realidad,lo más lógico en un ser humano es la variación y a mí personalmente me resulta extraño cuando veo que alguien que se repite una y otra vez,pero cada cual tiene sus razones.Giacometi decía que se había dado cuenta de que ya sólo podía hacer un hombre andando y una mujer..Él lo vivía así y no podía hacer otra cosa,pero no creo que pensara en su público.Me resulta una reflexión,la de este artista que usted cita ,un poco desconcertante :-)
ResponderEliminarSobre la estudiante de Bellas Artes ,mi única experiencia es la de una escuela de artes y oficios .Las escuelas de Bellas artes sólo las conozco por referencias. Yo creo que lo peor es cuando se crea un ambiente en el aparentemente hay libertad pero luego el alumno no se siente libre para seguir su propio instinto o para encontrar este ,pues de una manera u otra los profesores le van encaminado a lo que creen que hay que hacer.Me parece que Gaugin decía que el profesor sólo debería de dar consejos técnicos y no de tipo artístico.
ResponderEliminarEs posible que un problema, hoy, reside en que la técnica no es necesaria. El artista no necesita "hacer" algo; lo puede encargar.
ResponderEliminarEs cierto es que si se tienen conocimientos técnicos el encargo será más preciso, pero las máquinas actuales son fáciles de manejar, y el acabado técnico no es de recibo.
Y me refiero tanto a pintura cuanto a escultura, vídeo, fotografía, música, incluso.
En las artes performativas, sin embargo, sí son necesarios conocimientos técnicos y adiestramiento.
Gracias por la observación
La muerte de homo faber ...
ResponderEliminarA mí me gusta la experiencia que suponen algunas instalaciones,performances, juegos.Es casi una manera de sustituir la experiencia religiosa de los ritos ,la teatralidad de una sesión chamánica etc .Pero pienso también en el arte como una necesidad casi física y como una búsqueda personal .
He leído esto y se me han puesto los pelos de punta.
http://www.laboralcentrodearte.org/es/recursos/articulos/la-performatividad-en-el-arte-y-la-produccion-de-presencia
Y lo peor es que creo que son estas personas las que se arrogan la potestad de decidir cómo tiene que ser el arte ( y cuanto hay que pagar por él),cómo hay que pensar y cómo hay que vivir.Mientras lo leía me venían a la cabeza,por contraste ,la pintura del paleolítico o ,sin ir tan lejos los trazos precisos de Kandinsky en el video que ha puesto.
Y creo que decir la muerte de Homo faber es como decir la muerte del Hombre...Por eso se vuelve al arte primitivo:porque está vivo
ResponderEliminarEs muy cierto. Somos humanos no solo porque pensamos sino porque somos capaces de dar cuerpo a nuestras ideas, de materializarlas (con nuestras manos).
ResponderEliminarUn atento saludo
Las "performances", y acciones, sustituyen, en efecto, al menos a mí también me lo parece, rituales; son lo más cercano a una experiencia sagrada, tanto por parte de los artistas cuanto de los espectadores, actuantes a veces también.
ResponderEliminarLa diferencia radicaría en que mientras los rituales seguían un plan establecido, como una ceremonia religiosa, incluso hoy, las performances, todo y estando pensadas y ensayadas, incluso, responden a criterios propios del artista, desconocidos por los espectadores. De este modo, el artista siempre domina a los asistentes. La sorpresa, proscrita en un ritual, es necesario en este caso.
Muchas gracias por la observación
El artista -pintor y escultor quien me confesó, a finales de los ochenta- que no podía realizar obras naturalistas aunque quisiera a veces porque se alejaría demasiado de su estilo reconocido, lo decía sobre todo por motivos económicos. Ya no sería reconocido.
ResponderEliminarEs cierto, en efecto, que coleccionistas e instituciones quieren o piden "un" X, es decir una obra representativa de un artista, dotada por tanto de todas las características más reconocidas de las obras más conocidas de un artista. Se adquieren así maneras, no obras.
Ero, obviamente, obliga el artista a ser "fiel" a su estilo, es decir, a repetirse.
Quizá solo Picasso escapó a esta maldición.