La Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) solía otorgar una beca para estudiantes de último curso de carrera que quisieran realizar un trabajo de investigación en un departamento.
Se concedía una beca por departamento. Pero muchos departamentos carecían de candidatos. Las becas no otorgadas se repartían entonces entre los departamentos con más de una solicitud.
El departamento de Composición Arquitectónica de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona (ETSAB) había llegado a recibir seis o siete becas algún año.
Las becas se solicitaban en septiembre; la decisión se tomaba en octubre, y el importe íntegro se concedía en diciembre. El trabajo concluía en junio.
La universidad sigue concediendo esta beca de colaboración. El importe ha descendido de 2700 a 2000 euros (véase este hecho con el de dos entradas anteriores). Se exige que los candidatos tengan, no ya una nota media de la carrera de 5,5, como ahora, sino de 7.
Casi ningún alumno puede llegar a semejante media. La ETSAB puntúa bajo. Por otra parte, solo se permite la concesión de un 5% de Matrículas de Honor, es decir, apenas cuatro en cada grupo.
Las becas que no se concedan serán recuperadas por la Universidad.
Un alumno ha comentado que podría ser peor. Ciertamente. Los alumnos, como quienes trabajan en algunos despachos de arquitectura, podrían tener que pagar por investigar en ciertos departamentos, o con ciertos profesores.
Hum, idea, idea....
Aunque los problemas de la Universidad -entre ésos, la falta de becas- se solucionarán con la maravillosa propuesta de apadrinar, amén de baobabs y gorilas, por ejemplo, a estudiantes. Como mascotas, no sé, no sé...
¿Para qué, así, la engorrosa universidad pública?
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