Las casas del escultor minimalista Shapiro son diminutas construcciones cerradas, vueltas sobre sí mismas. ¿Modelos de casas, casas miniatura, o casas de juguete? Quizá moradas en las que proyectarse; proyectos de moradas. Algunos son como colmenas o casas de pájaros -no son bloques de alojamientos masivos, sino celdas personales, situadas en las alturas-. Su forma geométrica corresponde a la casa que un niño dibujaría. Se ubican en extensiones planas y desérticas, o contra las paredes, como si se protegieran. Constituyen núcleos de vida casi agazapados -algunas apenas se levantan del suelo-: casas densas de vida. Incluso cuando, como en las más recientes, han sido víctimas de un incendio. Aun conservan paredes que delimitan espacios protectores.
Una exposición en el Museo de Arte Moderno de Saint Étienne, en Francia, recuerda, hoy, la contribución de Shapiro al imaginario arquitectónico.
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