A principios del siglo XX, William Randolph Hearst (1863-1951), magnate de la prensa -dueño de la mayoría de los periódicos norteamericanos-, productor en la naciente Hollywood, y aviador -que Welles retrató en la película Ciudadano Kane, en 1941-, viajó a Europa con "su" arquitecta, Julia Morgan (1872-1957) -la primera arquitecta de la historia-. Se trataba de un viaje de documentación sobre arquitectura con vistas a la construcción de una mansión en San Simeón, en lo alto de una colina, al norte de los Ángeles, en California.
Hearst compraba castillos, iglesias, monasterios, en ruinas o no, medievales y renacentistas. También adquiría estancias completas, o elementos sueltos. Los edificios eran desmontados y enviados a California. Cuando no era posible, la arquitecta tomaba las medidas y dibujaba con vistas a construir una réplica a la vuelta a los Estados Unidos. Así, no pudo adquirir, incomprensiblemente, la fachada de la catedral de Guadix.
El castillo de Hearst junta, en un puzzle que se anticipa a todos los movimientos modernos, desde Duchamp hasta Koons, salones renacentistas franceses sacados de algún castillo del Loira, con una imponente silleria tallada monacal del medioevo, un artesonado manierista del que cuelgan coloristas banderolas de algún equipo de fútbol americano, y, sobre una mesa de madera noble, botes de Ketchup que, por ser de los años treinta, son cuidados como verdaderas piezas de arqueología.
El castillo, hoy, se visita, en grupo, con guía, en un trenecito eléctrico que recorre la propiedad, a fin que los humos de los coches no afecten esta joya del arte y la arquitectura. Comprende un taller de restauración puntero donde las piedras ancestrales de hace ochenta años son restauradas regularmente, incluso reemplazadas.
Un sala de cine, para unas quinientas personas, un parque zoológico al aire libre -que albergó a leones-, dos piscinas romanas, exterior e interior, son algunos de los detalles de este "castillo".
Éste es el lugar donde se ha filmado el vídeo-clip de la última canción, sobre el "machismo", de Lady Gaga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario