La revisión de las cuentas del fallido Fórum de las Culturas de Barcelona, en 2004, del que la ciudad aún no se ha recuperado -un "evento" que quiso ser una Exposición universal, tener el mismo eco que los Juegos Olímpicos de 1992, y acabó siendo una pesadilla entre el desinterés general- revela datos "sospechosos", cuenta la prensa diaria hoy.
Entre éstos, se mencionan 174000 euros pagados a una empresa que obtuvo el encargo de una exposición que no se llegó a hacer.
Sorprende que este dato aflore diez años más tarde. Algo parecido -quizá se trata del mismo hecho- se sabía desde 2002.
A finales de los años noventa, se organizaron concursos para escoger empresas que llevarían a cabo tres exposiciones sobre un tema dado de antemano.
Uno de los temas versaba sobre mitos mundiales.
El presupuesto era de dos mil quinientos millones de pesetas.
El contrato de la empresa ganadora, de quien había sido coordinador de Cultura del ayuntamiento de Barcelona durante diez años, en los años 80/90 del siglo pasado, fue anulado dos años más tarde, por indicación del responsable de las grandes exposiciones del Fórum, debido a que el proyecto seguía en barbecho. Al parecer, no tenía entidad. Poco se había hecho, se dijo. La indemnización subió a unos veinticinco millones de pesetas, si no falla la memoria.
El presupuesto descendió a ochocientos millones.
Se me encargó un proyecto alternativo que, todo y incluyendo obras de arte, no podía ser la simple continuación del proyecto anulado. Tenía solo dos años para desarrollar la exposición a partir de cero.
Los honorarios eran unas tres veces menos que la indemnización concedida a la empresa expulsada . Aún así, se trataba de unos honorarios excepcionales -salvo para comisarios muy conocidos.
El llamado Comité de Sabios exigía que la muestra incluyera cuadros de Rembrandt, Velázquez, etc., y Venus clásicas. Los préstamos estarían garantizados por la intervención de la Casa Real y del gobierno.
Meses más tarde, estas intervenciones se desvanecieron. La razón estribaba, se me comunicó, en que "a los políticos no les gusta recibir negativas", por lo que nadie iba a interceder para el préstamo de obras excepcionales.
La muestra pudo llevarse a cabo, con un guión de Eugenio Trías, Marta Llorente y mío. Se tituló La Condición Humana. La sombra de un sueño. La reina Sofía la inauguró en el Museo de Historia de la Ciudad de Barcelona, con un muy buen montaje del arquitecto Josep Llinás -quien recibió el encargo porque el Fórum no tenía "ningún Llinás".
El presupuesto final, que fue descendiendo a medida que los patrocinadores iban dando la espalda al Forúm, debido al constante goteo de malas noticias, fue unas nueve veces menos del previsto años antes.
Tuvo un número de visitantes discreto, adecuado al limitado espacio, muy lejos de las previsiones o las exigencias del Comité de Sabios, para quienes menos de diez mil visitantes diarios eran impensables e inaceptables -apenas caben dos mil al día en este Museo-, y el trabajo del arquitecto tenía que consistir en organizar las colas que, sin duda, iban a llegar hasta la Vía Layetana.
La experiencia de trabajar con Eugenio Trías, en el comedor de su casa, y Marta Llorente, fue el mejor, el más grato de los recuerdos, así como con el prudente y brillante Josep Llinás, y las personas del Museo.
Corramos un tupido velo sobre todo lo demás.
Sin duda fue la mejor de las cuatro "grandes" exposiciones organizadas por el Fórum, tengo entendido que a pesar de la poca colaboración que brindaron a los guionistas tanto la dirección de exposiciones del Fórum como la propia dirección del museo.
ResponderEliminarVioleta
Muchísimas gracias por su comentario. Estoy seguro que a Eugenio Trías, fallecido, le hubiera honrado.
ResponderEliminarVeo que sabe qué ocurrió.
En efecto, el director de exposiciones, cansado de que una persona a sus órdenes las incumpliera sistemáticamente, abandonó, siendo sustituido por la persona antes mencionada, favorable de quiénes habían sido expulsados. Ya puede imaginar qué ocurrió.
La dirección del museo sufrió un constante enfrentamiento con la dirección del Fórum. El ambiente, enrarecido. Quienes trabajábamos no sabíamos a quien encomendarnos, cogidos entre dos fuegos
Realmente un excelente guión acompañado de interesantes piezas. Efectivamente la nueva persona encargada de la dirección de exposiciones no estaba a la altura de las exposiciones ni a la de su predecesor
ResponderEliminarVioleta
... ¡No me la recuerde....!
ResponderEliminar¡Qué diferencia con Albert García Espuche!