lunes, 12 de enero de 2015
Ritual de fundación neolítico
Foto: Tocho, Roma, enero de 2015
En el fondo del lago de Bracciano, en una hondonada volcánica, al norte de Roma, a siete metros y medio de profundidad, se halló, en 1989 -y se excava sub-acuáticamente desde entonces- el poblado neolítico más antiguo de la Europa occidental en un enclave llamado La Marmotta. Data del 5700 aC; duró unos quinientos años. Una inundación acabó con él. Se han encontrado siete casas distribuidas ordenadamente, y se ha podido documental que el pueblo vivía de la ganadería (cabras) y del cultivo del lino, utilizado para hilar y tejer telas.
Destaca una pieza. Es incomparablemente más pequeña que las grandes barcas que han podido ser sacadas a flote -y que forman el conjunto naval más importante y antiguo del mundo. Una estatuilla femenina de esteatita verde de cuarenta y ocho milímetros de alto. Recuerda ídolos paleolíticos. Se trata de una figura esteatopigia -caderas, muslos y pechos muy desarrollados, evocando quizá fertilidad. Es única en el mundo por su ubicación. Estaba enterrada debajo de una vivienda. Formaba parte de un depósito fundación. Podría ser la "imagen" de un antepasado o de una diosa-madre. Seguramente tenía una función protectora. Asegurar, desde el subsuelo la prosperidad de la casa, amén de sumarse a las imágenes femeninas que el hogar quizá suscitase. No solo era la "diosas" del hogar, sino que lo simbolizaba. Al mismo tiempo, enraizaba la casa en la tierra, convirtiendo el hogar en la morada de los vivos y los muertos, haciendo las funciones de cuna y de tumba.
Esta figurita, que demuestra la antigüedad de los depósitos de fundación, ofrece una maravillosa imagen de los valores del hogar en un entorno dominado por densos bosques: una imagen bienhechora, receptora y dadora de vida.
Se expone en una muestra temporal sobre las excavaciones sub-acuáticas de La Marmotta en el Museo Nacional Prehistórico y Etnográfico "Luigi Pigorini" en el EUR de Roma.
Es verdaderamente bueno contemplar cómo antaño las casas tenían su origen en los lugares en que se implantaban, sobre todo ahora que parece que las obras de los arquitectos estrella son intrusos vistosos en un contexto que siempre les será ajeno.
ResponderEliminarSiempre hubo artesanos nómadas. Grupos que viajaban y se ponían al servicio de las necesidades o gustos de señores o comunidades, mucho antes de la Edad Media.
EliminarLo ostentación también se buscaba.
Pero también es cierto que el tiempo que se tardaba en construir permitía una mayor implicación en un lugar y, por otra parte, parece que los edificios se integraban mejor en conjuntos ya existentes y en el suelo, toda vez que creencias religiosas o mágicas facilitaban -u obligaban- a este engarce.
Muchas gracias por la observación