Una auténtica pena, el recuerdo de otras destrucciones, el eterno retorno de las barbaridades.., pero si el ser humano no es capaz de respetar la vida de otros seres humanos, tampoco va a respetar sus obras, lo dicho, una pena. Carmen,
Son ya muchos años de destrucciones en Siria e Irak. Mirando las imágenes también tuve la sensación que algunas piezas parecían de yeso, y me acordé del libro "El saqueo de Europa" de Lynn H. Nicholas, dónde describe el mercado negro de "arte degenerado" que montaron los nazis para financiarse.
Uno se siente herido por la herida. Todo lo que está pasando -en vidas y herencias históricas- será analizado por historiadores, pero ¿se acordarán estos de otorgar el justo valor al fanatismo religioso aliado con la agresividad humana y con las estrategias de tirios y troyanos? No es obra de descerebrados. Saben lo que buscan. Al fin y al cabo es probable que esos necios del terror lo justifiquen todo a su vez con el ejemplo (también bárbaro) que en su tiempo les dio Occidente. Hay que ver el daño que se puede hacer en nombre del dios monoteísta, todavía en estos tiempos.
Desde luego, no son descerebrados. Son personas formadas, educadas y a menudo de clases acomodadas. Quieren que el terror reine -para imponer su voluntad, por ansias de poder, seguramente- y saben que esas destrucciones son destrucciones de simbolos que atentan contra, no solo la esperanza, sino a la sensación de pertenencia a una comunidad, que desaparece y que no puede protegerlos. Es curioso que las destrucciones se lleven a cabo como denuncia de la idolatría, supuestamente, pero se pregonan en videos, divulgados por redes sociales, por internet, que es el lenguaje y el universo de la imagen -la imagen por la imagen- por excelencia.
Ayer lo vi por televisión, y enseguida pensé en usted y T8.
Así es, en mi desconocimiento a mí también me dio la misma sensación de que en su mayoría se trataba de figuras de yeso, de reproducciones. Incluso pensé que hechas ad-hoc para esta filmación propagandista de la barbarie. Porque salvajes sí, pero tontos no son, y saben que igual que pueden traficar con personas lo pueden hacer con las riquezas que ellos dicen aborrecer.
Aunque..., las degollaciones no parecen "reproducciones", según quienes las han visto.
Siempre tendemos a pensar, necesitamos pensar, que la estupidez criminal ha de ser cosa de ignorantes o de locos. O también de gente codiciosa. Usted mismo apela a su ansia de poder.
La estupidez humana y la estulticia del necio continúan siendo un misterio y un gran enigma cuando desde el nazismo pasando por las dictaduras latinoamericanas vemos que los mejores torturadores eran perfectos padres de familia que nunca albergaron ningún sentimiento de culpa por lo que hacían.
Con ello quiero decir que hay una especie de analfabetismo moral que no tiene nada que ver ni con la preparación intelectual de las personas ni tampoco con su salud mental ni siquiera con lo que hayan podido vivir en su inmediato entorno social o familiar. Es algo que no sé describir, pero que me aterra y me sume en el espanto.
A veces no sé qué pensar. ¿Creen de verdad esos destructores, en el poder de las imágenes, o en su "inmoralidad"? O, amén de su incultura o su indiferencia, ¿juegan con el miedo y la desmoralización que sus actor, bien planificados, causan cuando se proyectan? Desde luego, la destrucción no es fruto de un acto espontáneo, sino bien planificado, cuyos efectos deben de haber sido calculados. No, las advertencias del profeta de principios de la Edad Media son una simple excusa.
Mucha impotencia y mucha desesperación ver cómo se vá hundiendo todo
ResponderEliminarUna auténtica pena, el recuerdo de otras destrucciones, el eterno retorno de las barbaridades.., pero si el ser humano no es capaz de respetar la vida de otros seres humanos, tampoco va a respetar sus obras, lo dicho, una pena.
ResponderEliminarCarmen,
Destrucciones como éstas han ocurrido siempre, pero estando en el siglo XXI siempre se tiene la impresión de que la barbarie no volverá.
EliminarSon ya muchos años de destrucciones en Siria e Irak. Mirando las imágenes también tuve la sensación que algunas piezas parecían de yeso, y me acordé del libro "El saqueo de Europa" de Lynn H. Nicholas, dónde describe el mercado negro de "arte degenerado" que montaron los nazis para financiarse.
ResponderEliminarCreo que la evocación del "arte degenerado" es muy pertinente, pues los ataques en Mosul son, en verdad, fascistas
EliminarUno se siente herido por la herida. Todo lo que está pasando -en vidas y herencias históricas- será analizado por historiadores, pero ¿se acordarán estos de otorgar el justo valor al fanatismo religioso aliado con la agresividad humana y con las estrategias de tirios y troyanos? No es obra de descerebrados. Saben lo que buscan. Al fin y al cabo es probable que esos necios del terror lo justifiquen todo a su vez con el ejemplo (también bárbaro) que en su tiempo les dio Occidente. Hay que ver el daño que se puede hacer en nombre del dios monoteísta, todavía en estos tiempos.
ResponderEliminarhttp://laantorchadekraus.blogspot.com.es/2015/02/post-scriptum-el-terror-de-los-necios.html#comment-form
Saludos. Enhorabuena por lo que nos descubres con el blog.
Desde luego, no son descerebrados. Son personas formadas, educadas y a menudo de clases acomodadas. Quieren que el terror reine -para imponer su voluntad, por ansias de poder, seguramente- y saben que esas destrucciones son destrucciones de simbolos que atentan contra, no solo la esperanza, sino a la sensación de pertenencia a una comunidad, que desaparece y que no puede protegerlos.
EliminarEs curioso que las destrucciones se lleven a cabo como denuncia de la idolatría, supuestamente, pero se pregonan en videos, divulgados por redes sociales, por internet, que es el lenguaje y el universo de la imagen -la imagen por la imagen- por excelencia.
Ayer lo vi por televisión, y enseguida pensé en usted y T8.
ResponderEliminarAsí es, en mi desconocimiento a mí también me dio la misma sensación de que en su mayoría se trataba de figuras de yeso, de reproducciones. Incluso pensé que hechas ad-hoc para esta filmación propagandista de la barbarie. Porque salvajes sí, pero tontos no son, y saben que igual que pueden traficar con personas lo pueden hacer con las riquezas que ellos dicen aborrecer.
Aunque..., las degollaciones no parecen "reproducciones", según quienes las han visto.
Un saludo esperanzado.
Siempre tendemos a pensar, necesitamos pensar, que la estupidez criminal ha de ser cosa de ignorantes o de locos. O también de gente codiciosa. Usted mismo apela a su ansia de poder.
ResponderEliminarLa estupidez humana y la estulticia del necio continúan siendo un misterio y un gran enigma cuando desde el nazismo pasando por las dictaduras latinoamericanas vemos que los mejores torturadores eran perfectos padres de familia que nunca albergaron ningún sentimiento de culpa por lo que hacían.
Con ello quiero decir que hay una especie de analfabetismo moral que no tiene nada que ver ni con la preparación intelectual de las personas ni tampoco con su salud mental ni siquiera con lo que hayan podido vivir en su inmediato entorno social o familiar. Es algo que no sé describir, pero que me aterra y me sume en el espanto.
Saludos.
A veces no sé qué pensar. ¿Creen de verdad esos destructores, en el poder de las imágenes, o en su "inmoralidad"? O, amén de su incultura o su indiferencia, ¿juegan con el miedo y la desmoralización que sus actor, bien planificados, causan cuando se proyectan? Desde luego, la destrucción no es fruto de un acto espontáneo, sino bien planificado, cuyos efectos deben de haber sido calculados. No, las advertencias del profeta de principios de la Edad Media son una simple excusa.
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