La Fundación Tàpies, de Barcelona, expuso, en 2007, quizá por vez primera en Europa, fotografías de un desconocido -aquí- fotógrafo iraní, Bahman Jalali, en una muestra dirigida por Catherine David.
Desde entonces, esta artista, pese a su temprana muerte, no ha caído en el olvido. Ha retratado ciudades en el desierto, ciudades "desertizadas" durante la guerra entre Irán e Iraq, y ciudades convertidas en un desierto cultural tras la ilusión que generó la revolución de Jomeini tras los primeros días del golpe de estado.
El Institute for the Study of Ancient World (ISAW) de Nueva York prepara una exposición sobre fotografía iraní en el siglo XIX, y su legado, para noviembre de este año. La obra de este gran fotógrafo volverá a ser recordada, toda vez que se inspiró en las terribles imágenes de ejecuciones y torturas, pero también de ruinas en el desierto, que fotógrafos europeos e iraníes, entre los que destacaba el propio shah, tomaron en la segunda mitad del siglo XIX, cuando la fotografía era un género o un medio artístico sin gran prédica en Europa.
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