Es una preciosidad.No hay nada más triste e inquietante que una casa abandonada.
Es cierto; una casa vacía, abandonada, con las ventanas tapiadas incluso, da mucha pena, y es inquietante. Nos recuerda que allí vivieron personas que ya no están, y que nosotros también pasaremos.
Es una preciosidad.
ResponderEliminarNo hay nada más triste e inquietante que una casa abandonada.
Es cierto; una casa vacía, abandonada, con las ventanas tapiadas incluso, da mucha pena, y es inquietante. Nos recuerda que allí vivieron personas que ya no están, y que nosotros también pasaremos.
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