Quizá el arte y la arquitectura sea eso: construir lo superfluo sin lo que no se puede vivir. En la intemperie, la indignidad con la que se les trata, el rechazo que despiertan, la negación del futuro, la falta de recursos, de pronto, una obra maestra : una capilla, hermosa levantada por refugiados etíopes en un descampado en Calais (Francia), que una madre con un bebé en brazos contempla, ante la que unos emigrantes sin nada se sientan, como si tuvieran algo grande, que da sentido, que posee la forma exacta que suscita una sensación de belleza en medio de un solar pelado. Un signo, seguramente inútil, de que aún se puede construir (un edificio, una vida) cuando no se tiene nada.
Sí, la necesidad de ordenar el caos en el que sobreviven, de crear de nuevo el universo, de establecer/establecerse en un centro, el axis mundi... , una imagen magnífica.
ResponderEliminarCarmen,
La vicisitud, el domos, la esperanza, el cobijo... Si cuatro lonas, y un símbolo, logran confortan esas necesidades tan humanas, bienvenidos sean. Luego llegará analizar. En primera instancia, para bien.
ResponderEliminarDudada de si escribir un breve comentario, o dejar que la imagen "hablara" ya que tenemos noticias del contexto en el que se inscribe esta frágil construcción.
ResponderEliminarMas, no añadir ningún texto significa no considerarla una obra de arte, ya que toda obra, incluso si suscita sentimientos sublimes y parece dejarnos sin habla, en verdad está en el origen de un sinfín de preguntas, interpretaciones, etc. Nos interroga y podemos dejar de responder.
Muchas gracias por los comentarios
ResponderEliminar