miércoles, 5 de agosto de 2015
Souvenir, souvenir
y luego nos quejamos si los turistas se emborrachan hasta caer muertos y vomitan.
¿Cómo pueden reaccionar ante este recuerdo especialmente pertrechado?
Una cosa, chapa, pin, o pasta, en novedosa forma de corazón (¡ah! Milton Glazer, si hubieras previsto en qué habría acabado tu logotipo para Nueva York...), como un Mariscal para Carrefour, trufado de edificios pintorescos, como la barriga cervecera del hotel vela de Ricardo Bofill, la torre Agbar, tan bien integrada en la trama urbana, de Jean Nouvel, las colorísticos churros de la Sagrada Familia clavados en pleno centro del beato Gaudí, o la sutil mole del Palacio Nacional con su peineta de luces, y la misteriosa palabra FAD que todo turista sabe qué significa... Incluye el término Culture. Y la firma de Picasso. Falta Copito
Lo más fuerte es la mención al FAD.
ResponderEliminarPero tranquilo, que este engendro no creo que prospere.
Gloria a Milton Glaser.
Naranjito, que era peor, se comercializó....
EliminarSí, pero Naranjito fue el resultado de un encargo hecho por la organización del mundial: se encargó, se hizo, se aprobó y sirvió de identidad del campeonato, amén de comercializarse aplicado a un sinfín de objetos.
ResponderEliminarSi no estoy errado, este corazón es el resultado de un concurso urbi et orbi organizado por La Vanguardia con el supuesto beneplácito y compromiso por parte del Ayuntamiento de usarlo como promoción turística.
Pero al Ayuntamiento de Barcelona sólo le interesa que no se utilice el nombre de la ciudad en vano e impugna (casi siempre sin resultado) cualquier uso que considera indebido.