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Documental sobre la Biblioteca Nacional de Francia en París.
Fundamental
domingo, 31 de enero de 2016
Dios no juega siempre a los dados
El Club de Fútbol Barcelona escogió a diez equipos de arquitectos nacionales e internacionales para que proyectaran el nuevo palacio de deportes.
El concurso acaba de fallarse.
Uno de los equipos estaba asociado a una empresa de ingeniería relacionada con la Obra.
Dios no obra en vano.
Este equipo ha sido declarado vencedor.
Los dioses siguen siendo arquitectos.
El concurso acaba de fallarse.
Uno de los equipos estaba asociado a una empresa de ingeniería relacionada con la Obra.
Dios no obra en vano.
Este equipo ha sido declarado vencedor.
Los dioses siguen siendo arquitectos.
La destrucción de ciudades ( Medina Azahara)
La excelente exposición permanente, muy bien presentada, del museo del recinto arqueológico de Medina Azahara, cabe Córdoba -la fugaz capital de nueva planta del califato que fundara Abderamán III cuando se proclamó califa sin dejar de ser aliado del califato de Damasco en la primera mitad del siglo X-, incluye esta turbadora cita del poeta satírico andalusí de Granada, del siglo XI, sobre la reconstrucción de ciudades y edificios -que da qué pensar- provocada por la dolorosa visión de la destruida capital y la nostalgia por su pasado, por su vida esplendorosa ; las ciudades son organismos vivos y, por tanto, tenemos que aceptar que mueren. Es la propia ciudad, como el espectro de un ser viviente, quien se dirige al poeta para certificarle que las ciudades deben morir como los humanos; no resurgen de las cenizas.
jueves, 28 de enero de 2016
El poder de las imágenes
La pequeña ciudad de Sición se hallaba cerca del Istmo de Corinto. Homero ya la mencionaba.
Fue el principal centro artístico en la Grecia antigua. El inventor del arte del retrato, el ceramista Butades, quien modeló la sombra del perfil del prometido de su hija proyectada en pared, y fue el primero en ornar los templos con acróteras con figuras, era de Sición, al igual que el escultor Lísipo, el retratista de Alejandro. El motivo iconográfico de un dios o un héroe portando una oveja sobre los hombres, de tradición mesopotámica, y que tanta influencia tuvo en la imagen del Buen Pastor cristiano, fue obra del escultor arcaico Canaco, hijo de esta ciudad.
El general Arato, en el siglo III aC, liberó a la ciudad de la tiranía de Nicocles. Su gesta fue recompensada: se le heroizó y se le construyó un santuario en el ágora de la ciudad.
Pero el gesto por el que es recordado y le honra respondió a la súplica del pintor Nealces. Arato había ordenado destruir todas las imágenes de los tiranos atesoradas en la ciudad. Una de los grandes retratos del tirano, subido a un carro de combate, era obra del pintor Apeles, el artista más célebre de la historia, amigo de Nealces. Éste rogó a Arato que "hiciera la guerra contra los enemigos, mas no contra las obras de arte". Y Arato accedió.
Fue el principal centro artístico en la Grecia antigua. El inventor del arte del retrato, el ceramista Butades, quien modeló la sombra del perfil del prometido de su hija proyectada en pared, y fue el primero en ornar los templos con acróteras con figuras, era de Sición, al igual que el escultor Lísipo, el retratista de Alejandro. El motivo iconográfico de un dios o un héroe portando una oveja sobre los hombres, de tradición mesopotámica, y que tanta influencia tuvo en la imagen del Buen Pastor cristiano, fue obra del escultor arcaico Canaco, hijo de esta ciudad.
El general Arato, en el siglo III aC, liberó a la ciudad de la tiranía de Nicocles. Su gesta fue recompensada: se le heroizó y se le construyó un santuario en el ágora de la ciudad.
Pero el gesto por el que es recordado y le honra respondió a la súplica del pintor Nealces. Arato había ordenado destruir todas las imágenes de los tiranos atesoradas en la ciudad. Una de los grandes retratos del tirano, subido a un carro de combate, era obra del pintor Apeles, el artista más célebre de la historia, amigo de Nealces. Éste rogó a Arato que "hiciera la guerra contra los enemigos, mas no contra las obras de arte". Y Arato accedió.
miércoles, 27 de enero de 2016
WAFAA BILAL (وفاء بلال, 1966): ASHES (CENIZAS, 2002-2013)
Ashes (Cenizas) es el título de una serie fotográfica que el artista iraquí Bilal, nacido en Najaf, y des finales de los años noventa, profesor de arte en Nueva York tras huir del régimen de Saddam Hussein y haber perdido parte de la familia durante la Segunda Guerra del Golfo en 2003, tardó diez años en realizar pues las minuciosas vistas de interiores devastados -que incluyen imágenes de palacios de Saddam Hussein abandonados- son fotografías de maquetas que reproducen interiores reales. Bilal construyó ruinas: siempre de entornos domésticos, o de espacios apreciados (el peatonal callejón de los libreros en Bagdad, destruido por un suicida-bomba y reconstruido en 2009, en el que libreros de viejo exponen libros y revistas al aire libre, es casi un interior).
Las cenizas corresponden a muros y enseres quemados, y a seres humanos Son ruinas y cementerios. Y sin embargo, el artista no detalla morbosamente la pérdida sino que trata de evocar la vida que allí existía, a través de imágenes que suscitan más nostalgia que horror, como si la vida se hubiera detenido -no queda claro si los espacios han sido abandonados o destruidos-, y pudiera retornar.
Solo por información, fotografías de 2009 del palacio saqueado de Saddam Hussein y del palacete para visitantes notables en Babilonia (entero), y de la reconstruida Mutanabi, la calle de los libreros, cerca del bazar central en Bagdad. El café tradicional Shabandar, al igual que toda la calle, también fue destruido en 2007
(Fotos: Tocho, Bagdad, 2009-2010)
martes, 26 de enero de 2016
La cultura del ladrillo: arte y ladrillo
Daniel G. Andrújar
Jordi Mitjà
(Refugio)
Jorge Méndez Blake
La preparación de la exposición De obra. Cerámica y arquitectura en el Mediterráneo, de la antigüedad hasta nuestros días, en el Museo del Diseño de Barcelona (edificio Dhub), que se inaugurará el 13 de septiembre de este año hasta el 29 de enero de 2017, ha llevado a hallar un cierto número de obras contemporáneas, algunas incluidas en la exposición, que utilizan el ladrillo para referirse críticamente a la construcción desaforada, a la manera de construir y de habitar.
El ladrillo se convierte en una buena imagen de la obra sin sentido, pero también, debido a su sencillez, del hogar, de un refugio, como si fuera tanto lo que queda de casas rotas como el pilar de un espacio habitable sin ostentación. El ladrillo construye obras, imágenes de obras fracasadas, que no hubieran tenido que construirse nunca, o de obras esenciales, las únicas que deberían levantarse.
Varias de estas obras contraponen textos y restos, libros y tochos, y muestran cómo las obras aplastan los textos de pensamiento pero también como un simple texto puede descolocar a una obra implacable.