Fotos 2 y 4: Tocho, Museo Benaki. Colección de Arte Islámico, Atenas, 2015
La fiesta consistía en un banquete comunitario. Los invitados se intercambiaban unos objetos de cerámica vidriada (loza): eran maquetas de casas habitadas, en las que los personajes banqueteaban. El color azul reluciente manifestaba que el espacio había sido renovado, purificado. La luz volvía a inundar el interior, a dispersar la noche.
Las maquetas actuaban como símbolos que sellaban el encuentro pacífico bajo la luz. Los invitados habían compartido mesa y techo con los dueños de la casa, y se llevaban un doble en miniatura del espacio en el que habían sido acogidos, todo y regalando una imagen de su hogar en el que se celebraría la fiesta del siguiente Nuevo Año.
Pocas fiestas han dado tanta relevancia al espacio de acogida.
Nota: La fiesta del Día Nuevo se sigue celebrando hoy, pero los regalos ya no incluyen maquetas.
Estas cuatro maquetas van a estar expuestas en la muestra sobre cerámica y arquitectura, en el museo del Diseño de Barcelona durante el cuarto trimestre de este año, y en la muestra sobre arquitecturas celestiales en Nueva York durante el segundo cuatrimestre del año próximo.
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