jueves, 14 de abril de 2016

El espacio en la Grecia antigua

Tratar de la noción del espacio en la Grecia antigua es difícil o imposible, ya que los griegos no poseían esta noción No existe ninguna palabra que e pueda traducir directamente por espacio, sobre todo tal como lo entendemos hoy.
La palabra khôra es la que se suele traducir por espacio; también por lugar. Mas, ¿qué significaba o evocaba realmente?

Khôra designaba un "lugar específico: las tierras cultivables y cultivadas circundantes, que rodeaban a la ciudad. La khôra no se concebía sin la ciudad. Se trataba de un "espacio" opuesto pero ligado a aquélla. La khôra desde luego designaba los campos: la tierra fértil cuyos frutos alimentaban a los campesinos y sobre todo a los ciudadanos. La tierra se cultivaba precisamente para que la ciudad viviera y prosperara.

Para Platón, khôra se convierte en una noción "metafísica", de difícil comprensión, tal como él mismo reconoce en el diálogo tardío Timeo. La khôra es una noción paradójica puesto que cuestiona la existencia de solo dos "entidades", las formas inmutables -celestiales- y el Devenir -o el paso del tiempo- que afecta a las formas cuando se "materializan". La khôra se inserta entre estas dos nociones. Se trataría del lugar que acoge a las formas materiales. No se trata de un espacio abstracto, indiviso, ni de una entidad o sustancia, sino de "algo" que no se concibe mentalmente ni se percibe sensiblemente, sino que se intuye en sueños. Un lugar que acoge a las cosas pero que existe solo en tanto que y mientras acoge a las cosas. Éstas no existen fuera de la khôra, ni ésta tiene sentido o realidad" sin la penetración o inscripción de las cosas o formas materiales, de los seres y las cosas.

Platón describe la khôra en términos que se han calificado de metafóricos. Pero quizá no fueran metáforas. Platón compara, equipara o describe la khôra como una madre, una nodriza que acuna y alimenta a los seres: nodriza y receptáculo (Tim., 49 b). Alumbra a los hijos que mantienen una estrecha relación la madre, la cual conserva la impronta, la huella de sus hijos. La imagen o descripción evoca irresistiblemente la diosa-madre nutricia tanto de la culturas del Próximo Oriente -el Abzû sumerio, la diosa Nammu de las marismas del delta del Tigris y el Eúfrates, el Noun egipcio- como de la misma Grecia antigua -Chaos, o Gea, diosas o entidades divinas que estaban en el origen del universo puesto que alumbraron y alimentaron a los dioses, sus hijos, a los que también albergaron. La relación sensible o sensual entre el espacio (la madre) y las cosas (los hijos) se acentúa cuando Platón se refiere a la relación que un perfume mantiene con la base o excipiente (Tim., 50e), que preserva y difunde el buen olor. El olor es un signo de vida, de vitalidad. Manifiesta su presencia, distingue a las cosas. El espacio es lo que proporciona cualidades a las cosas, lo que les concede sabor y olor, lo que las hace apetecibles de modo que puedan atraerse (o repelerse), inter-actuar, sentir y sentirse vivas.

Del mismo modo que la ciudad se asiente en la tierra y se nutre de ella, el espacio solo existe para acoger y alimentar a los seres, para darles cobijo, protegerlos y mantenerlos en vida. El espacio no es silencioso, vacío o abismal, sino acogedor. No se puede vivir sin la tierra o alejado de ella. Pero, al mismo tiempo, la tierra es yerma si no acoge y mantiene a los seres que son sus hijos porque brotan de ella o se enraízan en ella. Y su hijo predilecto es la ciudad.
La khôra es una noción alejada de nuestro moderno concepto de espacio. Se acerca más al de lugar: un espacio propio, personal, un lugar que el ser humano hace suyo y sin el cual, desterrado, o errante, no puede vivir.
Es posible, así, que esta noción aún resuene en nosotros.

2 comentarios:

  1. Fascinante! Queremos más sobre "khôra".

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  2. Buenos días, Jorge

    ¡Muchas gracias!

    Te remito parte de la respuesta del helenista Jesús Carruesco (URiV, Tarragona) a quien consulté sobre la posible relación entre khôra (espacio, campo cultivado) y khoros (coro y escenario para coros y procesiones):

    "Respecto a lo que me preguntas, no lo podemos afirmar taxativamente [la relación entre ambos términos], porque no hay textos antiguos que establezcan explícitamente la relación entre chorós y chôros/chôra. Pero hay numerosos indicios que permiten afirmar que era así, efectivamente. Para mí esa relación es un elemento fundamental para mi teoría de la coralidad como paradigma básico de la cultura griega, que he ido desarrollando en diversas publicaciones (...) El libro de D. Boedeker, aunque tangencialmente, dedicó un anexo de su obra Aphrodite's Entry in Greek Epic y es en mi conocimiento el único tratamiento del tema antes de nuestro artículo."

    Muchos recuerdos

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