Los llamados clavos de fundación (temen, en sumerio, una palabra que vendría del indo-europeo, y que estaría emparentada con el griego temenos -recinto sagrado- y el latín templum -espacio acotado-, ambos en el origen de nuestra palabra templo) son estatuillas de cobre macizo que formaban parte de depósitos fundacionales mesopotámicos en el cuarto y tercer milenios así como a principios del segundo.
Se depositaban en las zanjas en las que se construían los cimientos de los edificios. Solían utilizarse en ritos fundacionales de templos y palacios. Se ubicaban en los ángulos de los cimientos.
La mayoría de los clavos terminaban en punta, precisamente; se hincaban en el tierra. No se sabe con qué fin.
La parte superior de los clavos comprendía imágenes antropomórficas -de dioses, reyes o sacerdotes- o teriomórficas -animales que simbolizaban a los dioses a quienes iba destinado el templo en construcción.
Estas esculturas de pequeño tamaño (entre veinte y cuarenta centímetros de alto), muy detalladas, no estaban realizadas para ser contempladas por ojos humanos. se enterraban y posiblemente estuvieran dedicadas a los dioses del subsuelo, a fin, quizá de contentarles. Después de todo, la obra, enraizada en la tierra, les robaba una parte de su espacio "vital".
El clavo más célebre representa al rey neo-sumerio (finales del tercer milenio) Ur-Nammu portando una cesta que contendría un ladrillo fundacional apoyada en la testa. Con este gesto, propio de un albañil, el rey se humillaba ante su dios. Se conocen dos ejemplares, en el Oriental Institute de Chicago, y en la Biblioteca Morgan de Nueva York.
Esta última pieza -expuesta en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona en 1997- sufre un proceso irremediable de corrosión.
Quizá como homenaje, la biblioteca Morgan presenta una exposición dedicada a clavos de fundación en colecciones norteamericanas. Entre éstas, destaca también una pieza desconocida que representaría a un sacerdote de rodillas.
Los clavos de fundación son figuras que responden a criterios distintos del arte occidental moderno. Son piezas mágicas que solo los poderes sobrenaturales pueden contemplar. Se ubican siempre en el espacio fronterizo entre la vida y la muerte, el mundo visible y humano, y el invisible y divino. Marcan precisamente los límites de las construcciones, que son una imagen del mundo visible o una proyección del mundo invisible o celestial. Esto es, los clavos señalan los límites del mundo asignado a los seres humanos. Los clavos son guardianes. Protegen el espacio humano, y le indican el umbral que no pueden cruzar. Semi-enterrados en el momento del inicio de la obra, se adentran en el infra-mundo, y asoman la cabeza en el mundo visible, a modo de advertencia -aunque no pudieran ser contemplados.
Fascinante. No tenía ni idea de estos clavos de fundación.
ResponderEliminarMe excuso por contestar tarde
ResponderEliminarSe trata de objetos comunes en Mesopotamia en los milenios cuarto, tercer y segundo.
Son de cobre pero también de piedra.
Creo que no existe ninguno en colección española alguna.
La mayoría se hallan en grandes colecciones públicas en Japón, Próximo oriente 8Siria, Iraq, Iran, Israel), Europa (Francia, Inglaterra, Italia, Alemania, Paise Bajos, que yo recuerde) y América del norte (Canada y EEUU).
Se desconoce su función. No existen textos antiguos que se refieran explícitamente a ellos.
Creo que no existe nada parecido en otras culturas antiguas
Creo que existen dos o tres de estos clavos fundacionales en la colección de Mesopotamia de Ifergan en Málaga, y uno -que al menos yo sepa- en la Real Academia de la Historia. Todos estos están hechos en arcilla cocida (terracota) y llevan inscripciones cuneiformes en sumerio que indican el ensi (gobernante/rey) que dedica la construcción en cuyas paredes se insertaba el clavo a alguna/s divinidad/es del panteón sumerio.
ResponderEliminarMuchas gracias por la información.
EliminarLos conos de terracota no son propiamente conos de fundación . No se hincaban o depositaban en el suelo, en la zanja de los cimientos, sino en el grosor de los muros, y ademas de objetos profilácticos eran también documentos de propiedad.
Me pregunto si la colección Ifergan se halla aún en Málaga ya que creo que leí que iba a ser dispersada o se ha dispersado en subasta; la Real Academia de Historia, al igual que el Museo Arqueológico Nacional poseen en efecto conos de terracota, más comunes que los conos fundacionales de cobre
Gracias de nuevo
Gracias por su pronta e interesante contestación. La colección de Ifergan de Málaga creo que ha estado abierta al público hasta 2019. Efectivamente subastó bastantes piezas, porque quieren renovar la exposición, que ahora está cerrada por la COVID, pero parece que quieren reabrirla para 2022... En cuanto a los clavos o conos de terracota, como bien indica, su origen parece ser que eran una especie de documentos de propiedad, de dónde derivaron estos, que se ponían en las paredes de los templos o edificios para dejar constancia que eran propiedad divina del dios a quien estaban dedicados y dar solidez mágica a las edificaciones. Interesante poder intercambiar opiniones sobre estos temas. Felicitaciones por su interesante publicación. Gracias.
ResponderEliminarMuchas gracias por las indicaciones sobre el futuro de la colección Ifergan.
EliminarMe maravillaron las imágenes de la misma, aunque no estaba seguro de la procedencia o legalidad de todas las piezas, de dónde, cuándo y cómo fueron adquiridas.
Existe o existía un museo con obras mesopotámicas y, en concreto, conos de terracota, el Museo Bíblico y Oriental en León. Recuerdos que su visita me decepcionó algo, pero poseía , creo recordar, entre otras obras (por ejemplo excelentes sellos cilindro) una estatua de un orante. Leo en internet que está cerrado permanentemente, quizá debido a la pandemia.
Atentamente
https://lh3.googleusercontent.com/proxy/1xC88KqdTX9NblqpCG9ofE-B4TbVOoQZCkE_lF4xcXUT4UY_BTjiCefvqzqbbfPP4pcK4TTEzdt0aksdpv4l61uZ76CeoQ0SqdofkE1VEQuRephqtSDlYAcmO-s_cd1ylBZxA0bc
EliminarEn este enlace se descubre un cono de terracota del museo bíblico y oriental de León
Atentamente