domingo, 1 de enero de 2017

Año Nuevo (Concepciones del tiempo)

El tiempo pagano se desarrollaría circularmente, el cristiano según una recta orientada hacia el final de los tiempos, el día del juicio final.
Esta visión, esquemática, es a la vez cierta e incierta.

Cierta porque en el Judaísmo y el Cristianismo, el tiempo perfecto acontecería al final de los tiempos, con la llegada del mesías (según el judaísmo) o su retorno (según el cristianismo, para el cual, en verdad, los tiempos ya serían perfectos, tras la asunción de la muerte con la muerte del Hijo de dios, a los que sucederían mil años más tras la vueltas del Hijo de Dios, que desembocarían en el fin de los tiempos y el juicio final)

Incierta, sin embargo, por varios motivos:

El tiempo pagano no es uniforme, ni dibuja un círculo perfecto en todas las culturas antiguas.

Los mesopotámicos distinguían los tiempos de la creación, siempre imperfecta, y de la recreación a cargo de uno de los hijos del Dios supremo (Enki -dios artesano, mago y arquitecto-, hijo de An -el Cielo-), quien completaba y perfeccionaba la inicial creación paterna. Las fiestas de año nuevo babilónicas recreaban los largos tiempos de los inicios. El tiempo humano, cuando el año nuevo, trataba de evocar el tiempo de la recreación, no de la creación. Por otra parte, la acción del hombre no degradaba el tiempo, sino que proseguía con la tarea perfeccionadora de Enki, el hijo de(l) Dios An. La llegada del año nuevo ponía fin a las tareas humanas a fin de que se evitara que los humanos se creyeran los iguales del Hijo del dios creador -y pudieran prescindir de él. Con el Año Nuevo, el mundo volvía a los tiempos de los inicios, imperfectos, que requerían la acción divina y luego humana para completar una creación incompleta.

Los griegos distinguían el tiempo de los dioses, el tiempo de los héroes y el tiempo de los humanos. Los dos primeros tiempos ocurrieron en los inicios y no volvían nunca. Solo quedaba el tiempo de los humanos, mucho más degradado que los tiempos míticos anteriores. El año nuevo, que variaba en cada ciudad, tenía menor importancia que las fiestas en honor de la divinidad protectora de la ciudad que recordaban su nacimiento o su llegaba a la ciudad, así como las fiestas en honor de las grandes divinidades reconocidas por todas las ciudades, fiestas que aseguraban la íntima relación entre la ciudad y su divinidad.

El tiempo romano se iniciaba, no en el tiempo del mito, sino en la historia. Tras la Edad de oro bajo Saturno, la llegada de Eneas, principio troyano, nieto de Venus, a las costas itálicas, y la fundación de Roma por sus sucesores Rómulo y Remo, determinaba el inicio del tiempo humano.  Las fiestas del año nuevo estaban, desde Julio Cesar, dedicadas al dios Jano, dios de las puertas, que protegía de la llegada de los seres y días infaustos. Dado que las puertas de su templo se abrían o se cerraban en función del inicio o el final de la guerra -en tiempos de paz no era necesario que Jano oteara-, las fiestas en honor de Jano constituían el equivalente de unas fiestas de año nuevo.

Las fiestas de año nuevo cristiano -que coinciden con las fiestas de Jano- permitían la renovación de los tiempos, según una concepción arcaica, pero los tiempos no retornaban al tiempo de los inicios según una concepción circular sino que volvían a un eje vertical que unía el tiempo del Mesías con el tiempo de su retorno, de modo que el tiempo cristiano se desarrolla según una espiral, es decir se dirige, dando vueltas hacia no la renovación de los tiempos -ya renovados con la llegada del Mesías- sino hacia su conclusión con el Juicio Final que anula el desarrollo del tiempo, tiempo cuyas circunvalaciones no desesperaban ya que se pensaba que el día final era próximo y el camino a él dando vueltas solo ayuda al fiel a prepararse.  

En las religiones paganas, salvo en Mesopotamia, el tiempo es un error que degrada la creación o la recreación del mundo, mientras que en el Cristianismo, el tiempo es lo que permite la encarnación y la resurrección del Hijo de dios que abole el tiempo, paradójicamente, o lo lleva en línea recta hacia su conclusión, tiempo que solo posterga el día del Juicio.

4 comentarios:


  1. ¡Feliz año ¡
    No m e queda claro si en Mesopotamia había dos tipos de celebraciones: una para revivir la creación del cosmos y otra para la de los humanos y su mundo.
    En las sociedades arcaicas suelen ir juntas pues no se concibe al humano fuera del cosmos. Cuando se crea el mundo se crea el lugar para el hombre y las leyes que regirán su sociedad.En el Génesis mismo,todo parece subordinarse a la creación del hombre y el jardín en el que vivirá y el cual que tendrá que cuidar ;quizá una reminiscencia de esa idea sumeria de los hombres como sirvientes de los dioses .
    No sé si era durante las celebraciones del fin y principio del año cuando los dioses proclamaban los “ me”,las normas que regían el mundo y el lugar y la función de cada ser.
    En muchos lugares,como Europa, se solapaban fiestas del ciclo agrícola y el del pastoril ,que son diferentes y además estaba la relación de ambos ciclos con el astronómico .Por ejemplo,la celebración romana del nacimiento de Sol invictus en el solsticio de invierno, el encendido del fuego nuevo tanto en Eurasia como en el ártico (los Inuit) .El caso es que en todas partes ,incluso en Grecia y Roma , hay fiestas populares de vuelta al caos y renovación del cosmos y de la sociedad humana ,a menudo incluyendo la vuelta de los antepasados.
    Muchas veces los ritos de paso de la adolescencia se celebran a la vez que los del nuevo año renovándose a la vez , llenándose de energía y sacralidad –M.Eliade - la sociedad humana y el cosmos. Es también el momento en el que el ser supremo o su delegado –hijo ,héroe civilizador ,animal totémico,ancestro –enseña a las nuevas generaciones el saber técnico y religioso necesario para que la sociedad pueda seguir adelante en armonía con el resto del cosmos.
    Es decir ;pienso que habría que distinguir entre celebraciones “populares” -tradicionales y celebraciones d que surgen por decisiones de los templos o las instituciones políticas en Mesopotamia,Grecia y Roma

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    1. Siento haber sido confuso
      La distinción entre creación y recreación en Mesopotamia solo tenía sentido entre los dioses. Ambos ejecutores eran divinidades, An, y Enki.
      Ocurre que se contaba que los hombres -es decir, los reyes- construían -reconstruían, perfeccionaban la creación, o mejor dicho, la recreación divina- con la ayuda de dioses como Enki y divinidades menores al servicio de ésta.
      Pero los humanos, los reyes incluso, no podían evitar la degeneración de la creación, por lo que debían invocar a los dioses regeneradores -Marduk, hijo de Enki, en Babilonia (a finales del II milenio), quien, contrariamente a lo que había ocurrido en las tierras del sur un milenio antes, llegó a ser un dios creador y regenerador- para que devolvieran la prestancia al mundo -con la ayuda de reyes y sacerdotes.
      Esta ayuda no implicaba que los humanos se alzaran hasta los dioses, ya que eran conscientes de que eran esclavos de aquéllos.
      Tiene mucha razón en señalar que el texto es confuso.
      Muchas gracias por el resto de las precisiones

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  2. ¡Gracias! Al no conocer bien la religión en Mesopotamia me entró la duda.
    Entonces ,los reyes seguían las instrucciones de Enki ,eran grandes constructores y por ello podían ser tentados a sentirse como dioses( reminiscencias en la Biblia también).Tenían que tener claro que el cosmos era mantenido sólo por los dioses.

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    1. Los reyes mesopotámicos trabajaban ayudados por los dioses o en nombre de éstos. A diferencia de los faraones y de los emperadores romanos, empero -salvo quizá algunos emperadores acadios como Naram-Sin y quizá algunos del periodo neo-sumerio de Ur III-, no se consideraban divinidades. Pero incluso en los casos antes citados, marcaban una diferencia con las divinidades. Si bien se representaban con la tiara divina (de menor tamaño, eso sí), su nombre no venía precedido, como el de los dioses, del determinado divino (un signo cuneiforme en forma de estrella) por lo que cabe pensar que su condición divina estaba menguada.
      También cabría precisar que los faraones egipcios no se consideraban dioses sino que lo divino era la función faraónica. Ellos pasaban, el cargo permanecía
      Un atento saludo

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