miércoles, 5 de abril de 2017
HARIM AL-KARIM (1963): HIDDEN PRISONER (PRISIONERO ESCONDIDO, 1993-2007) (ARTE SUMERIO Y ARTE CONTEMPORÁNEO)
Lejanos ya los años del período de entreguerras -y los años cincuenta- en que el recientemente descubierto arte sumerio (Mesopotamia del Sur -hoy Iraq-, a mediados y finales del tercer milenio aC), por misiones arqueológicas anglo-norteamericanas, debidamente promovido en prensa, publicaciones y exposiciones, fascinó a artistas modernos que buscaban un nuevo primitivismo, alejado de las artes africanas y de Oceanía, en el que buscar formas que expresaran una "verdad" no mediatizada por el gusto, no embellecida o maquillada, del mundo.
Hoy, el arte sumerio sigue siendo tema de obras de arte, pero las figuras, a menudo fotografiadas, aparecen como metáforas de los conflictos en el Próximo Oriente.
La serie de trípticos de gran tamaño (más de tres metros de ancho) del artista iraquí Al-Karim, dedicada a rostros de conocidas estatuillas sumerias, hoy en los museos del Louvre de París y el Museo Británico de Londres, quieren simbolizar el desarraigo: estatuillas arrancadas a la tierra a la que estaban adscritas y destinadas -pero una tierra que ya nada tenía que ver con la que les vio nacer, y que, desde hacía milenios, había sido removida por guerras incesantes entre reinos vecinos-, llevadas a museos occidentales, como prisioneros, un destino que evocaría el exilio de tantas personas forzadas a dejar Iraq -Líbano, y Siria- por invasiones y guerras civiles.
Los rostros desdibujados, en los que apenas se distinguen las rasgos, se asemejan a la visión de unos ojos inundados de lágrimas, figuras que ya casi no se reconocen por la violencia o el desarraigo que han sufrido, y que miran, con su mirada ciega, intensamente a quienes quieren contemplarles.
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