lunes, 24 de abril de 2017
LANGLANDS (BEN LANGLANDS, 1955) & BELL (NIKKI BELL, 1959): PLANTAS ARQUITECTÓNICAS (EL ORIGEN DE LA ARQUITECTURA)
La pareja de artistas ingleses Langlands & Bell, cuyo último trabajo (Infinite Loop) sobre el proyecto de la desmesurada nueva sede de la casa Apple se expone en esos momentos en una galería de arte de Londres, se dio a conocer en los años noventa con una serie de obras -que clasifican como esculturas- consistentes en plantas de distintos edificios -similares (como la serie dedicada a mezquitas) u opuestos funcionalmente-, recortadas en negativo y superpuestas. El resultado se asemeja a un yacimiento arqueológico (una cuidada excavación), a menos que evoque una visión cenital de los edificios desde el subsuelo.
Las plantas, así, aparecen como el verdadero origen de un edificio. No solo porque permiten implantar (enraizar) un edificio en un lugar -sin cuya planta quedaría en tierra de nadie, un edificio inexistente o imposible, tan solo un sueño-, sino porque son la base, en todos los sentidos de la palabra, de aquellos.
Los edilicios se sustentan en la planta y se alzan a partir y gracias a ella. Pero, al mismo tiempo, la planta -las trazas, ya sean de edificios inexistentes, que han desaparecido, y de los que quedan solo huellas, ya sea de edificios que están por venir, pero cuya presencia latente, aquí, ante nosotros, la planta anuncia- es el denominador común de todo edificio. La planta lo presenta, lo genera. La planta es el testimonio que el edificio está -o estará, pero la planta ya lo "presenta", lo hace presente- ante nosotros. Un edificio, se "reduce" a unas marcas fuertemente trazadas, excavadas, en la tierra.
La arquitectura necesita de la tierra para sustentarse, para existir, un plano, un volumen más bien, en el que el edificio se adentrará, como muestras estas "esculturas" que revelan que con la planta tan solo, perfectamente recortada, el edificio se "alza" ante nosotros.
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