El casco antiguo estaría mucho menos afectado de lo que se pensaba a raíz de las imágenes que llegaban. La ciudadela está intacta. El palacio del gobernador (Governorate) y una escuela, al pie de la ciudadela, han quedado arrasados, y no pueden restaurarse.
Solo una pequeña área del zoco o bazar está destruido. El minarete de la mezquita principal ha caído.
Pero el resto de las estructuras estarían en buen estado, y Alepo no sería la ciudad de edificios y calles devastados que nos imaginábamos.
El bazar vuelve a estar abierto.
La restauración corre a cargo de la fundación Aga Khan con fondos cedidos por diversas instituciones.
Las imágenes habrían documentado realidades parciales que se habrían extrapolado al resto de la ciudad.
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