El nuevo Centro Botín de Santander expone una gran colección de dibujos de Francisco Goya, de principios del siglo XIX, de la colección del Museo del Prado de Madrid, después de que hubiera financiado su restauración.
Los títulos (palabras, frases hechas o populares, acertijos), a menudo escritos a lápiz por Goya, dan pistas sobre las escenas en ocasiones enigmáticas.
Dibujos de pequeño tamaño, procedentes de varios cuadernos, realizados con técnicas diversas -tintas, aguadas; manchas, finas ralladuras-, monocromos (negros, sepias) , con fuertes contrastes de luces y sombras, que sirvieron a menudo de bocetos para grabados.
Ilustran no sólo sobre la corrupción política, sino sobre la ceguera, la estupidez de los ciudadanos, aferrados a mitos inventados -o aferrados a ellos-, excluyendo a quienes no piensan como ellos, rechazándolos, desdeñosos, denigrantes, creyendo en falsedades comportándose como animales obtusos, siempre con la violencia a flor de piel, no siempre explícita pero siempre latente. Muestran la división, las falsas promesas, las historias fantásticas que llevan a engaño, la creencia en la superioridad de unos sobre otros, la manipulación religiosa y política, las mentiras intencionadas para obtener beneficios, y la beatería de quienes comulgan con ruedas de molino. El enfrentamiento intencionado.
Goya ilustraba sobre la sociedad española de principios del siglo XIX.
Me atrevería a decir que también ilustraba sobre la del siglo XXI, desgraciadamente.
ResponderEliminarSaludos, Carmen
En efecto, los dibujos parecen proféticos, ni siquiera el estilo a menudo lastra la "modernidad" de la denuncia
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