El reciente estreno de la película Blade Runner 2049 ha vuelto a poner de actualidad la figura del replicante.
Éste se define como una máquina, una creación humana, un robot con unas características formales y funcionales tales que lo convierten en un ser indistinto de un humano. Tan solo existe, en principio, una distinción "espiritual": carece de alma -aunque no de recuerdos, si bien éstos han sido programados. Tampoco pueden, que se sepa, reproducirse. Las diferencias son tan mínimas, que a menudo prestan a confusión y, de hecho, nunca queda meridianamente claro qué son -o quienes son.
La persecución que sufren cuando dejan de obedecer se convierte en una caza en la que no se sabe quién es el cazador.
¿Por qué se llaman replicantes, y no copias o dobles? ¡qué es una réplica, un término usual en el mundo del arte?
Copia, doble, imitación y réplica son sinónimos. Perca cada término introduce un matiz.
Doblar (o duplicar) y replicar son acciones que tienen una misma etimología. Se componen a partir del verbo latín plicare: doblar o enrollar (un pergamino, por ejemplo), que a su vez deriva del verbo griego plekoo: tramar, urdir, trenzar: un verbo que designa una acción constructiva en la que interviene un plan y cierta astucia gracias a la cual se combinan de manera armoniosa elementos antitéticos. El tejer o entrelazar aparece como la acción básica de toda construcción; ofrece la urdimbre de toda obra.
Replicar se diferencia de duplicar, sin embargo: en un caso se desenrolla un elemento, que se multiplica, mientras que la réplica conlleva un repliegue, una vuelta sobre si mismo. Un elemento se parte en dos, dando lugar a dos mitades que se superponen, la segunda cubriendo y, por tanto, escondiendo a la primera. A partir de entonces solo se descubre la cubierta. La primera mitad desaparece, queda anulada. Al mismo tiemplo, la réplica introduce cierta oscuridad gracias a la cual se cubre o se esconde la parte cubierta.
Una réplica posee ciertas características. La réplica es fruto de un diálogo. Dos entes se enfrentan pero mantienen una relación verbal. Ésta, sin embargo, no es pacífica. Una réplica es la devolución de un golpe. Contiene dicho golpe y lo reenvía. La replica contiene -en todos los sentidos del verbo: frena pero también engloba, es decir, neutraliza- lo afirmado anteriormente. Una réplica encierra el enunciado emitido y le da la vuelta. Lo gira a fin de inutilizarlo, logrando así imponerse sobre lo afirmado anteriormente. Una réplica vence más que convence. Tiene como finalidad acallar la conversación. Una réplica pone un punto final al diálogo. Éste es imposible, porque todo lo que se enuncia es devuelto, invertido: Una réplica pone patas para arriba cualquier afirmación. Ésta se niega. Una réplica es una negación que deja sin habla o respuesta posible. Solo queda una voz
Una réplica, en latín, replicatio, es una vuelta sobre sí mismo. A través de la réplica, se toma conciencia de lo que es o de quien se es. Se vuelva al principio, a los principios, al punto de partida. Las órbitas celestiales eran réplicas. Se desanda lo andado. Todo lo efectuado deja de tener sentido. O mejor dicho, todo de pronto cobra sentido. El sentido, oculto, se revela. Todo lo que se había efectuado sin consideración alguna se despliega. Se evidencia lo que ha tenido lugar. La réplica pone las cartas sobre la mesa. El juego se interrumpe. Se pone fin a todo lo emprendido. Las voces enmudecen. Ya solo queda replegarse y esperar el fin. La réplica es una vuelta que deshace lo realizado pero, al mismo tiempo, manifiesta la trama seguida. La réplica desvela la verdad. Verdad ante la cual ya no queda respuesta alguna.
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