¿Qué artista joven, qué joven aficionado a las artes plásticas (pintura y escultura), en los años 80 y principios de los 90, no conoció y admiró a Rosa Queralt, la mejor, más humana, irónica, culta y honesta crítica de arte española? Comprensiva con las pequeñas miserias humanas (entre la natural envidia entre artistas en ciernes, el desánimo y pequeños golpes bajos, sin gran malicia, más torpes que dañinos) para salir a flote) e intratable ante las ambiciones desmedidas, la pedantería, la palabrería, la falsedad y el engaño. No se dejó engañar nunca por el brillo de algunos artistas (mezquinos pese a su talento).
Suyas son las mejores exposiciones a contracorriente, y los textos más lúcidos (no apreciaría esos comentarios que consideraría exagerados o impertinentes). Amiga de sus amigos, defensora de los artistas en quien creía, tolerante con quienes, creyendo prosperar con otros mentores, la abandonaban -temporalmente, regresando al cabo de poco, y siendo recibidos con tranquilidad y tristeza por el tiempo perdido.
Discreta, aunque su voz irónica pinchaba globos fatuos. Nunca quiso recibir regalos. Ni quisiera quiso coleccionar obras, temiendo que fuere comprada y no pudiera ser imparcial, justa o defensora de las ideas, las obras y los artistas en quien creía.
Su mirada lo decía todo.
Se ha cerrado.
No habrá nadie más como Rosa Queralt
Ha mort la meva gran veladora, amiga, la força per continuar com artista fora d'aquest mmòn corrupte, una inspiració de valors i honestitat. La ROSA QUERALT. Que descansi en pau i amb tot l'amor que es mereix de tots els que l'hem estimat. Pep Camps, 17 abril 2018 Parlavà
ResponderEliminarNo creo que nadie que hubiera tratado a Rosa Queralt no haya sentido ni sienta tristeza y sensación de pérdida y de injusticia. Su apoyo era tan generoso y desinteresado como callado, educado y humano
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