Las mascotas de acontecimientos deportivos internacionales merecerían un estudio psicoanalítico.
El inmortal Naranjito español, cuando la Competición mundial de fútbol, a principios de los años ochenta del siglo pasado, parecía insuperable. El rey de las mascotas.
Tarracus -creo que así se llama- parece decidido a arrebatarle el puesto. Varios diseñadores se habrían conjurado para pertrechar esta criatura celestial, con motivo de los próximos Juegos Mediterráneos en la ciudad de origen romana Tarragona.
La sonrisa petrificada -y los grandes ojos asustados- de la mascota parece denotar que es bien consciente de su imagen...
El mundo de las mascotas sigue librando perlas.
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