jueves, 16 de agosto de 2018
ROLAND SCHWEITZER (1925-2018): LA CASA DE MADERA
Si Jean Prouvé no hubiera vivido, el arquitecto Roland Schweitzer, fallecido hace una semana, discípulo suyo y de Auguste Perret, hubiera sido probablemente el mejor arquitecto francés.
Pese a ser escasamente conocido en España, Schweitzer, cuyas obras quizá nos recuerden a las primeras construcciones colectivas de Miguel Fisac (centros de investigación, conventos), que construyó no solo en Francia sino también en Alemania, y era admirador de Aalto y de la arquitectura doméstica japonesa, construyó sobre todo viviendas sociales, casas de colonias, escuelas, albergues de juventud y centros asistenciales para la tercera edad, de hormigón y madera sobre todo, insertadas en bosques.
Pese a que su padre admiraba a Le Corbusier, tuvo el gusto, a partir de 1953, de proyectar modestas moradas para el cuerpo y el espíritu, casi siempre espacios sociales, de acogida (para emigrantes) y de educación, alrededor de claustros muy bajos, apenas visibles entre los árboles.
Solo a final de su vida llegó a la ciudad. Suyas son las viviendas del nuevo barrio de París cabe la Gran Biblioteca Nacional, a lo largo del río Sena: construcciones que aún guardan el recuerdo de los árboles con los que talló y trenzó sus casas.
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