Novella Andrea, hija del catedrático de derecho Giovanni Andrea, de la Universidad de Bolonia, estudió leyes gracias a que su padre, contrariamente a la tradición, le permitió y le incitó a formarse, por lo que lo solía sustituirle impartiendo clases magistrales cuando aquél debía ausentarse.
Estamos en 1340.
Novella era una brillante enseñante. Sin embargo, a fin que su belleza no distrajera a los estudiantes, se tendió una pequeña cortina ante la cátedra, que le ocultaba el rostro.
(Cristina de Pisan: La ciudad de las damas (1402), libro II, xxxvi).
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