La inevitable y perfecta recreación en impresión 3-D de grandes estatuas recientemente destruidas de los yacimientos arqueológicos Palmira (Siria) y Nínive (cerca de Mosul, en Iraq) que se están llevando a cabo -ya se han reproducido los toros alados del palacio neo-asirio de Nínive, destruidos a martillazos por el Estado Islámico hace dos años- suscita alguna pregunta: ¿cómo percibir esas obras indistinguibles de los originales? Y una segunda: ¿esa pregunta tendría sentido si no distinguiéramos entre original y copia y valoráramos más el original, como ocurre en Occidente?
¿Existe alguna diferencia entre esas recreaciones mecánicas y la producción escultórica tradicional?
¿Qué es una estatua original?
Los artistas firmantes de estatuas de mármol no suelen tallarlas personalmente. Los casos de Miguel Ángel y de algunas de Bernini -que trabajaron personalmente las estatuas aunque contaron con ayudantes de taller- son excepcionales. El gran maestro de la talla en mármol, el italiano Cánova, delegaba esta tarea a los tallistas profesionales de Carrara, los mismos que han producido las pulidas estatuas de mármol de Arp o Miró, por ejemplo.
Sin embargo, una estatua de mármol aun cuando no haya sido cortada por quien firma la obra, puede ser de gran interés. Así, la mayor parte de las obras canónicas del arte occidental, las obras maestras de escultores griegos como Praxíteles, Escopas, Lisipo, Policleto, Fidias, etc. solo se conocen a través de copias anónimas romanas, seguramente más imperfectas, pero sin embargo, invaluables, que los "originales" perdidos -originales que no necesariamente fueron tallados por los artistas a quienes se atribuía la creación. Por ejemplo, es imposible ue Fidias hubiera podido efectuar todas las estatuas y todos los relieves del Partenón. Éstos son obras de taller bajo la dirección, al menos parcial, de Fidias.
Las estatuas de bronce y de terracota son obras realizadas a partir de moldes,. en ocasiones reutilizables, que permiten producir un cierto número de ejemplares, considerados todos originales. Esta producción seriada hoy se numera; el número de ejemplares se controla y no se suelen permitir más de cinco ejemplares. Acontece a menudo que dichas ¿copias? -dichos bronces se producen tras el fallecimiento del artista, como ocurre con tantos bronces de Rodin. Es cierto que se suele distinguir entre obras producidas en vida del artista y obras producidas por sus herederos -aunque los ejemplares sean visualmente indistinguibles-, pero también es cierto que todos los ejemplares se han creado mediante moldes, sin que los ejemplares sean tratados como copias, sino originales (siempre que se haya controlado y certificado el número de ejemplares producidos).
Este comentario también se aplica a estatuas en adobe y en terracota, siempre producidas a través de moldes.
Se suelen valorar más las estatuas de bronce, consideradas originales, que las de mármol, consideradas copias .-salvo si están firmadas por el supuesto autor-, pero en todos los casos nos encontramos ya sea con réplicas de obras "originales", en el caso de réplicas en mármol de obras de bronce o de mármol, réplicas que acaban siendo aceptadas "como" originales si los originales se han perdido -como ocurre con la estatuaria griega-, ya sea con obras seriadas, como son las estatuas de bronce, que carecen de un original, si el prototipo ha sido modelado en barro ya que la fundición en bronce obliga a la destrucción de aquel. Si el "original" se ha realizado en yeso, se puede conservar, pero no se puede exponer: es demasiado frágil, por lo que lo que se juzga y valora es la ¿copia? en bronce.
Por tanto, ¿qué diferencia existe entre una réplica en 3-D y una copia en mármol tallada a mano -o a máquina- o un ejemplar en bronce -producido necesariamente de manera mecánica? Es posible que la diferencia resida en la época en la que la réplica se produce. Es imposible que aceptemos como una obra genuinamente asiria una réplica del siglo XXI. Pero también es cierto que entre las estatuas "originales" perdidas de Mirón o Policleto y las copias romanas pueden haber pasado siete u ocho siglos. ¿Pertenecen a una misma época? Las solemos considerar obras de la antigüedad, pero entre el "original" y la copia media el mismo intervalo de tiempo que entre una obra medieval y una contemporánea.
Supongo que la gran diferencia reside en nuestra mirada. Sabemos que se trata de una copia actual y no podemos dejar de evaluarla como un producto industrial, carente del "hálito" que concedemos al trabajo artesanal -aunque vamos viendo que dicha aura es una construcción mental. Sabemos que las estatuas romanas son copias tardías, pero el tiempo que ha pasado entre su elaboración y nosotros es suficientemente extenso para que nos parezcan obras de otra época y, por tanto, obras "genuinas".
Pero dichas diferencias entre originales y copias y la sobrevaloración del original son convenciones originales que se basan en juicios y prejuicios que determinan cómo miramos las obras, y no en su forma o cualidades.
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