Ayer intenté durante unas horas comportarme como una ciudadana responsable y con sentido común y no salir de casa pero al final fué imposible El cruce de Gran via con Alcalá se había convertido en una escena de Brueghel y el paseo del Prado en el bosque de Narnia
Si;la verdad es que pasados la primera sorpresa y el entusiasmo apareció el infierno:cortes en los medios de transporte,problemas para acceder a los hospitales ,sanitarios doblando turnos ,comercios desabastecidos etc y para colmo el hielo .Si ya es complicado hacer una vida algo normal con el virus,ahora dá pánico salir a la calle .Además el peligro no es sólo caerse sino ocupar una ambulancia y un lugar en unas urgencias y unos hospitales ya casi desbordados por el covid. Por no hablar de las personas si techo o en infraviviendas. Al lado de todo eso ya es casi anecdótico la cantidad de árboles que se han roto.Como dicen los budistas,un don vá acompañado de un contra -don.Para una cosa buena que ocurría... :-)
Pero el hecho de la ciudad blanca no resulta inquietante,al menos para mí .Quizá porque estaba llena de gente.En cambio si resultaba inquietante la ciudad vacía del confinamiento.Supongo que porque lo impòrtante de la ciudad es la gente.
Cuando pensaba en una situación inquietante me refería a la situación descrita en el comentario anterior suyo: dificultad para salir de casa y sobre todo la vida imposible en la calle para los sintecho . Aunque , desde luego, una ciudad como Barcelona a partir de las diez de la noche y los últimos fines de semana, una ciudad muerta, provoca tristeza y temor. Muchas gracias por sus impresiones.
Ayer intenté durante unas horas comportarme como una ciudadana responsable y con sentido común y no salir de casa pero al final fué imposible El cruce de Gran via con Alcalá se había convertido en una escena de Brueghel y el paseo del Prado en el bosque de Narnia
ResponderEliminarMucha envidia -y algo de inquietud- da el paisaje de Madrid....
EliminarLo que hubiera dado por vivirlo....
:-) le habría encantado ,literalmente .Una pausa entre tantos problemas
ResponderEliminarUna ciudad blanca. Debe de ser fascinante -y un infierno....
EliminarSi;la verdad es que pasados la primera sorpresa y el entusiasmo apareció el infierno:cortes en los medios de transporte,problemas para acceder a los hospitales ,sanitarios doblando turnos ,comercios desabastecidos etc y para colmo el hielo .Si ya es complicado hacer una vida algo normal con el virus,ahora dá pánico salir a la calle .Además el peligro no es sólo caerse sino ocupar una ambulancia y un lugar en unas urgencias y unos hospitales ya casi desbordados por el covid. Por no hablar de las personas si techo o en infraviviendas. Al lado de todo eso ya es casi anecdótico la cantidad de árboles que se han roto.Como dicen los budistas,un don vá acompañado de un contra -don.Para una cosa buena que ocurría... :-)
ResponderEliminarPero el hecho de la ciudad blanca no resulta inquietante,al menos para mí .Quizá porque estaba llena de gente.En cambio si resultaba inquietante la ciudad vacía del confinamiento.Supongo que porque lo impòrtante de la ciudad es la gente.
ResponderEliminarCuando pensaba en una situación inquietante me refería a la situación descrita en el comentario anterior suyo: dificultad para salir de casa y sobre todo la vida imposible en la calle para los sintecho . Aunque , desde luego, una ciudad como Barcelona a partir de las diez de la noche y los últimos fines de semana, una ciudad muerta, provoca tristeza y temor. Muchas gracias por sus impresiones.
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