Interesante repaso, aunque opino que el título en singular reduce el panorama histórico. Aquello fue una serie de civilizaciones, culturas, fases o períodos, como se quiera denominar, muy amplio, duradero y diverso. De ciudades estado, estados territoriales hasta imperios hubo de todo en el Creciente Fértil, el Levante y Persia. Queda tanto por descubrir e investigar, y encima las guerras del presente no dan tregua. Gracias por el vídeo.
Tiene mucha razón. El título debería ser las culturas del próximo oriente antiguo. Son cinco milenios, en un espacio inmenso, con altos montes nevados y desiertos, multitud de lenguas y religiones, imperios y ciudades -Estado, que lo único que tienen en común es su diversidad, aunque es cierto que ya en el primer milenio aC, en Persia y en Asiria, al este y al oeste, los monarcas tenían la impresión que sus antepasados se hallaban en las marismas y hablaban Sumerio, y que esta lengua ya muerte debía ser preservada y sus conocimientos estudiados y divulgados, como si la complejidad y diversidad del próximo oriente antigua provocara vértigo y se quisiera reducirlas a un núcleo originario del que se consideraban herederos y protectores, mirando siempre a este pasado común idealizado.
Interesante repaso, aunque opino que el título en singular reduce el panorama histórico. Aquello fue una serie de civilizaciones, culturas, fases o períodos, como se quiera denominar, muy amplio, duradero y diverso. De ciudades estado, estados territoriales hasta imperios hubo de todo en el Creciente Fértil, el Levante y Persia. Queda tanto por descubrir e investigar, y encima las guerras del presente no dan tregua. Gracias por el vídeo.
ResponderEliminarTiene mucha razón. El título debería ser las culturas del próximo oriente antiguo. Son cinco milenios, en un espacio inmenso, con altos montes nevados y desiertos, multitud de lenguas y religiones, imperios y ciudades -Estado, que lo único que tienen en común es su diversidad, aunque es cierto que ya en el primer milenio aC, en Persia y en Asiria, al este y al oeste, los monarcas tenían la impresión que sus antepasados se hallaban en las marismas y hablaban Sumerio, y que esta lengua ya muerte debía ser preservada y sus conocimientos estudiados y divulgados, como si la complejidad y diversidad del próximo oriente antigua provocara vértigo y se quisiera reducirlas a un núcleo originario del que se consideraban herederos y protectores, mirando siempre a este pasado común idealizado.
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