La fotógrafa iraní Tamineh Monzavi, que expone en estos momentos en Paris, ha retratado ruinas modernas en Afganistán y en Irán: edificios destruidos por la incuria, las guerras y la especulación inmobiliaria, que los sustituye por bloques de torres.
La artista, que vivió su infancia en una casa centenaria, siente que las piedras derrumbadas, las casas abandonadas, tienen, sin embargo, la capacidad de evocar a quienes vivieron entre y con ellas -las ruinas fueron otrora centros llenos de vida-, presencias fantasmagóricas que personas que posan entre las ruinas revelan, y que logren que, por última vez, las piedras aún no enmudezcan. El pasado, pese al letargo, aún no se apaga para siempre.
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