National Gallery, Londres
Foto: Tocho, enero de 2023
La modernidad juega a veces, o acaso siempre, malas pasadas. Esta tabla es uno de los escasos cuadros de Miguel Ángel llegados hasta nosotros. Se exhibe en una rotonda de la Galería Nacional de Londres, acompañado de otro cuadro de Miguel Ángel y obras de Tiziano, Mantegna y Bellini, entre otros, constituyendo una de las salas más hermosas del mundo.
La singularidad del cuadro (inconcluso) de Miguel Ángel atrae la atención, amén del color y de la extrañeza que suscita la composición, que debió ser pintada para ser colgada a cierta altura seguramente encima de un altar.
Hasta 2007 este cuadro fascinaba. Hoy, la imagen de María Magdalena, en la izquierda, no se libra de una evocación molesta, vulgar y ridícula que no deja de rondar -pese a que se sabe que es una mera ilusión que nada tiene que ver con lo que Miguel Ángel quiso comunicar: María Magdalena parece absorta, como una adolescente, por un teléfono móvil mientras otros tratan de enterrar el cuerpo de Jesús, descendido de la cruz.
La maldición del móvil ha llegado hasta el Renacimiento, infectando el aprecio de sus obras maestras.
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