Uno de los museos españoles (y quizá europeos) mas extraños es el dedicado al pintor cordobés de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, simbolista, Julio Romero de Torres.
Mas allá del “porno-simbolismo” religioso de sus grandes composiciones, realizó una serie de retratos, casi siempre femeninos, despojados, libres de elementos simbólicos, vistos de frente, centrándose en los ojos remarcados, de pequeñas dimensiones de mirada hipnótica.
La arquitecta Victòria Garriga los compara justamente con los retratos Romano-egipcios de El Fayum. Y, en efecto, un austero y funerario, sereno y contenido, y sin embargo, vital -la triste y contenida asunción del final- hálito los embarga.
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