Lluís Gelpí Vintró (1927-2016): muro de contención y acceso al montículo sobre el que se encuentra la Villa Romana de la Torre Llauder, 1978. Foto: Tocho, marzo de 2023
La comparación del muro de contención del montículo sobre el que se encuentra la Villa agrícola Romana de Torre Llauder, en Mataró , y el acceso a ésta desde ls calle, con un estadio de fútbol no es gratuita, ni se trata de una broma o una mirada despreciativa. Una de las mejores obras de arquitectura brutalista española fue proyectada por el arquitecto Lluis Gelpi, que trabajó con el arquitecto Francesc Mitjans en el proyecto del estadio del FC Barcelona en los años 50, y cierto parecido con la arquitectura italiana de los años 50 y 60 tampoco es casual. Lluís Gelpi trabajó con el arquitecto Gio Ponti, en Milán, en el proyecto de la célebre torre Pirelli milanesa, considerada como el rascacielos europeo más hermoso.
Aunque los actuales responsables municipales de Mataró miran con malos ojos a esta obra, desatendida, lo cierto es que logra aislar en su cumbre un espacio tranquilo, separado de la periferia industrial de Mataró, la vía del tren y la carretera nacional, alrededor de las ruinas de una villa agrícola Romana imperial, definitivamente abandonada en el siglo VI, dedicada a la fabricación y el comercio del vino, de la que se conservan unas termas, mosaicos, parte del peristilo, el atrio, e incluso unas letrinas, unos restos protegidos por una cubierta de tela tensada que empieza a deteriorase. Esculturas y cerámicas están expuestas en el Museo de Mataró.
El nombre con el que se conoce el recinto ya nada tiene que ver con lo que acogía hasta los años 70: una mansión del siglo XVII , adherida a una torre renacentista, ambas derribadas porque se consideró que empalidecían ante las ruinas de una villa Romana. Si la arqueología documenta la destrucción que el hombre y el tiempo causa a la creación y a sus moradores, también sus logros son frutos de una destrucción hasta llegar a los restos. Todo lo que se construyó, a lo largo de milenios, sobre los restos, es barrido, destruido, mutilando, deformando así la historia de un lugar, dotándolo de una historia irreal o ficticia, como si, en este caso, la Villa Romana siempre se hubiera mantenido en un espacio virgen, sin historia.
Sin ser una villa excepcional, la ubicación, el entorno, y la sensación de haberse retirado de un entorno escasamente alentador, logren que la visita devenga una experiencia muy placentera -asumiendo la tergiversación de la historia- cuyo logro recae, en gran medida en el brillante proyecto del arquitecto Lluis Gelpi.
Agradecimientos a la arquitecta Ana Noguera por la visita y las explicaciones
Al menos intentan conservar las ruinas de la villa. En otro lugar la destruirían sin más.
ResponderEliminarSaludos,
J.
Es cierto. Las ruinas están bien preservadas y se sigue excavando. La protección se va a incrementar y mejorar próximamente
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