Fotos: Tocho, noviembre de 2024
El pabellón alemán en la Exposición Internacional de Barcelona de 1929 -y su reconstrucción en los años 80- es una construcción marina o submarina, un palacio bajo las aguas. A la figura de Venus emergiendo de las aguas, los dos estanques de aguas quietas -uno dotado de plantas acuáticas-, y a los reflejos en la superficies acristaladas y las columnas plateadas se suman las pronunciadas aguas de las extensas losas y placas de ónix, de mármoles de distintas tonalidades y de travertino que desdibujan y difuminan la casi infantil composición de líneas rectas del conjunto.
El escultor Alberto Peral ha creado una instalación escultórica en el pabellón que acentúa la condición acuática de la construcción, delimitada por dos saltos de agua.
La mejor y más sugerente intervención que se ha llevado a cabo en este espacio habitualmente desangelado.
Montaje arquitectónico: David Mesa
Quizá un día, la fundación la Caixa, un pozo, también acuático,,ubicada justo enfrente del pabellón, al que se desciende como en el hondo templo hindú de los infinitos escalones, pueda disfrutar de una instalación tan lúcida.
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