miércoles, 12 de junio de 2013
陈箴 (CHEN ZHEN, 1955-2000): PURIFICATION ROOM (2000; reconstruida en 2012)
Chen Zhen (nacido en China, aunque vivió en París hasta su fallecimiento por anemia) invierte el trabajo del arqueólogo. La estancia purificadora es, en verdad, una tumba, como bien dice el artista -el mismo término "puificación" ya alude a la muerte; los que persiguen purificarse y purificar a los demás, quieren librarles de su condición material, del peso de la materia, para convertirse o convertirlos en espírit: el ángel purificador sienmpre es un ángel mortífero-.
Zhen no excava para extraer trazas de la presencia y la actividad humana. Por el contrario, entierra objetos. los recubre de barro, sin que las formas propias se descompongan o desaparezcan. Zhen escribe que deja a los objetos tales como podrían ser descubiertos en el futuro.
El enterramiento alude a la muerte: son como ofrendas depositadas en una tumba, tras el paso de los siglos: objetos que no serán utilizados nunca -salvo por los espíritus. Han perdido el contacto con los humanos. el mismo desorden en el que yacen sugiere el tiempo que ha pasado, y su definitivo abandono. Son enseres que ya no sirven. La estancia purificadora es un basurero.
Mas el lodo que los recubre los devuelve, paradójicamente, a la vida. O, más bien, les concede una vida que no han tenido. Son todos objetos industriales, fabricados con materiales sintéticos (plásticos, sobre todo) y componentes electrónicos. Se hallan, pues, muy lejos de los cuatro elementos básicos de la vida: la tierra, el fuego, el aire y el agua. Han vivido desgajados de la tierra, ajenos a ella. Son productos artificiales, en todos los sentidos de la palabra. Su enterramiento los pone, por vez primera, en conexión íntima con ella. Y, por tanto, este sepultar los anima. Necesitan unirse a la tierra antes de poder atender a las necesidades básicas humanas.
Así pues, su enterramiento puede ser visto como un aparcamiento -se recogen y se entierran porque son nocivos e inútiles, como si fueran entes tóxicos-, pero también como una transmutación. La tierra anula sus singularidades, los une entre sí, y a la madre tierra, con la que o por la que los humanos, cuentan los mitos, han sido modelados. De este modo, dichos objetos se ponen, por fin, y de verdad, al servicio de los humanos.
Hay algo extraño, turbador y muy humano en el hecho que La estancia purificadora, creada por Zhen poco antes de morir, haya sido reconstruida, con la ayuda de su viuda, como si de un trabajo de arqueología, desenterrando una obra y devolviéndola a la vida se tratara, una obra que trataba y trata de la posibilidad o imposibilidad de preservar la memoria de las cosas.
También es interesante que el artista venga de una cultura que ha dado enterramientos tan importantes como el de Xian ¿no?
ResponderEliminarBuenos días
ResponderEliminarEn efecto, no había caído en los guerreros de Qin Shi Huang, de terracota y enterrados...
Es muy posible que exista una relación entre amas obras tan alejadas en el tiempo.
Gracias por el comentario.