"Para un polis [una ciudad-estado compuesta por una capital, ciudades secundarias, pueblos y haciendas, campos cultivados, y naturaleza salvaje] la concordia entre los ciudadanos era mucho más importante que la independencia; y eso se refleja claramente en la religión de las ciudades. En griego, independencia se decía "autonomia", la concordia "homonoia": la "autonomia" no fue nunca divinizada y no mereció nunca fiestas religiosas, mientras que la "homonoia" fue personalizada y elevada al rango de una diosa a la que se le rendía culto, sobre todo al final de la época clásica y en la época helenística [siglo IV aC]"
(Mogens H. Hansen: Polis. Une introduction à la cité grecque, Les Belles Lettres, Paris, 2008, p. 153)
La ciudad griega divinizó igualmente a la Dèmokratia, convertida en una diosa a la que los stratègoi (los estrategas o generales que en época clásica también eran políticos que governaban la ciudad-estado, como Pericles en Atenas) rendían culto anualmente.
¿Qué ha quedado de este saber hoy?
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