"Chi vol vedere come l´anima abita nel suo corpo, guardi come esso corpo usa la cotidiana abitazione"
"Quienquiera saber cómo el alma habita en el cuerpo, debe observar cómo el cuerpo usa su habitación habitual"
(Leonardo de Vinci)
El alma no se opone al cuerpo; ésto no es una cárcel, como en Platón. por el contrario, el alma vive y mora -vive porque mora- en el cuerpo, y esa unión perfecta, esta vida perfecta, esas vivencias deseables, son idénticas a las que establecemos o poseemos con nuestro hogar. Somos porque habitamos. Somos almas en el mundo porque moramos. La casa -nuestro espacio- nos convierte en almas en la tierra: nos asienta sin desterrarnos ni castigarnos. Nos redime, y nos permite hallar nuestro lugar en la tierra, sin convertirnos en almas en pena.
La hermosa, turbadora y clarividente -tan moderna, también- cita de Leonardo en el texto fundamental de Benoît Goetz: Théorie des maisons. L´habitation, la surprise, Verdier, 2011, p. 27
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