"Collage" de aparatos de medir sobre una cabeza de maniquí (con cara boba, ojos vacíos y boquita de piñón).
El pensamiento controlado, taladrado. Condicionado por innumerables instrumentos de control externos.
Para Hausmann, un símbolo de la estupidez de nuestros tiempo. Una cabeza incapaz de pensar por sí misma.
Un símbolo más válido que nunca en ciertas parcelas (de poder) cercanas.
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