1919: Aline Barnstall, heredera de una compañía petrolera, multimillonaria, madre soltera por decisión, viajera empedernida, y promotora de las artes modernas, decide crear un polo de las artes en una colina ante el parque Griffith: un teatro, un cine, una casa de artistas.... Encarga el proyecto a Frank Lloyd Wright quien la convence de la conveniencia de disponer de una casa en medio de dichos espacios culturales.
Dos años más tarde , Wright ha gastado una fortuna en una casa -con una decoración inspirada en motivos mayas, pero también de Extremo Oriente- que Aline Barnstall no deseaba, y no ha producido ninguno de los proyectos encargados.
Aline Barnstall despide a Wright y contrata a un ayudante suyo, Rudolf Schindler, para acabar la obra (y proyectar la casa de invitados, a imitación del estilo de Wright): Hollyhook House, o Casa Malvarosa, la flor favorita de Aline Barnstall, cuya representación casi abstracta se multiplica por toda la casa y se convierte en un motivo estampado por doquier.
La casa, de estancias con altos techos de hormigón y madera, unidas por amplios pasadizos de techos muy bajos, carentes de puertas, nunca fue ocupada. Apenas terminada fue entregada al municipio de Los Ángeles. A Aline Barnstall no le interesaba asentarse y partiría siempre de viaje.
Algunos actos culturales, protagonizados, por ejemplo, por la nieta de Wright, la mítica actriz de cine Anne Baxter, sí tuvieron, y aún tienen, lugar en este casa.
La mansión fue expoliada en los años cuarenta. Una parte de los muebles desaparecieron, sustituidos por réplicas, a partir de fotografías. La casa aún está en restauración, y no se puede acceder al primer piso.
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