Sin insistir en la evidente miseria, muestra la armónica relación entre el pequeño barrio, que parece no planificado -pero que sin embargo, se ordena al pie de los riscos, sacando un partido "arquitectónico" de la disposición de las rocas, apenas talladas- y el entorno natural, y el uso del espacio exterior, convertido en una área de juego recorrida sobre todo por niños, felices en un paisaje de construcciones blancas, y de colores, que ponen coto a la aridez de las rocas, y que parecen dispuestas para azuzar la imaginación y la aventura, olvidándose del día a día.
martes, 24 de marzo de 2020
CARLOS PÉREZ SIQUIER (1930): LA CHANCA, ALMERÍA (1953-1963)
Sin insistir en la evidente miseria, muestra la armónica relación entre el pequeño barrio, que parece no planificado -pero que sin embargo, se ordena al pie de los riscos, sacando un partido "arquitectónico" de la disposición de las rocas, apenas talladas- y el entorno natural, y el uso del espacio exterior, convertido en una área de juego recorrida sobre todo por niños, felices en un paisaje de construcciones blancas, y de colores, que ponen coto a la aridez de las rocas, y que parecen dispuestas para azuzar la imaginación y la aventura, olvidándose del día a día.
Que precioso, REcuerda Bodrum, toda la costa turca, Grecia...y Ibiza. Recuerda el barrio marinero de Ibiza antes de que lo tomaran los vendedores de estupefacientes. Cuanta compañía me hace tu blog estos días, Pedro, 1 abrazo
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