domingo, 29 de julio de 2012

Els Surfin´ Sirles / Joan Colomo: Anunnakis (2011)



Anunnaki es el nombre colectivo de los dioses superiores, hijos del Cielo (Anu) y la Tierra (Ki), en la mitología babilónica. Se oponían a los Igigi, divinidades primordiales anteriores en forma de pez que vivían en las aguas de los inicios, es decir en el vientre de Nammu, la diosa de las marismas, llamadas Abzu (Aguas de la Sabiduría, o de la Vida). Los Annunaki, por el contrario, ya eran antropomórficos. Para los devotos en religión marciana, los hombrecitos verdes son los antiguos Anunnaki.

Mitología mesopotámica: El diluvio

Tras haber sido modelados por el dios Enki, o haber brotado de la tierra, los humanos se multiplicaron. El ruido, o mejor dicho, la vibración que producían, ascendía y penetraba en las estancias celestiales donde dormitaban los dioses superiores. Este rumor era semejante al de las olas del mar: iba y venía, crecía y disminuía rítmicamente; pero no cesaba nunca. Era también idéntico al de la pulsión, o el ritmo de la tierra.

Los humanos vivían en comunión con la naturaleza. Habían sido compuestos con agua y arcilla, los elementos básicos que constituían las entrañas de la diosa-madre, mitad terestre, mitad acuosa, la diosa de las marismas, el espacio primigenio. Crecieron en el vientre de ésta, que los alumbró. La íntima relación de los humanos con la tierra que los había acunado, y con la que vivían en comunión, no sorprendía.

Bien lo sabían los dioses celestiales. Esta armonía entre la tierra y sus hijos irritaba al cielo. Por eso, An, el dios del cielo, y Enlil, el dios de las tormentas, decidieron romper este ligamen, el cordón ombilical que unía los humanos al vientre de la tierra. Lanzaron un diluvio, con gran dolor de la diosa-madre.
Todos los humanos se disolvieron, salvo uno, Utnapishtim, a quien el dios Enki pudo aconsejar cómo escapar de la disolución: construyento un arca estanca en la que guarecerse cuando el cielo se abatiera sobre la tierra.
Cuando cesó el diluvio, y la tierra pudo ser repoblada, el orden antediluviano cambió para siempre. Los hombres empezaron a honrar a los dioses celestiales, construyeron ciudades y parcelaron la tierra. Los monarcas tomaron a los dioses como modelos. Rompieron con su madre para adorar al padre celestial.
La diosa-madre nunca se recuperó de este golpe.

sábado, 28 de julio de 2012

Breve historia de la religión

La palabra religión viene del verbo latino religare: unión, atar, amarrar. La religión es la práctica que une lo mundano con lo ultramundano, lo humano y lo divino; que encadena los hombres a los dioses, y pone a éstos al servicio de las necesidades de los hombres.
La religión conlleva una manipulación del mundo ultraterreno. Mediante pregarias y ofrendas se trata de interceder ante los dioses. Se les suplica, se intenta comprar su voluntad, a fin que tuerzan el hado funesto,  desvíen o aparten el mal, o, por el contrario, lo hagan caer sobre nuestros enemigos. La religión implica un trato, una negociación, un trueque. A cambio de alimentos, los dioses se preocupan de los hombres. Como en toda transacción comercial, emocional, hay una parte de chantaje. La zalamería, y las lágrimas son de recibo. Se trata de utilizar todos los subterfugios posibles para obtener determinados fines, para lograr lo que se persigue.
La religión apareció con la ciudad, hacia el quinto milenio aC, en Mesopotamia. Antes, y a partir de finales del primer milenio aC, la religión no existía y desapareció.
Existían chamanes, magos o adivinos en el neolítico, antes de las ciudades. Éstos tenían la capacidad de averiguar lo que las potencias habían decidido. Pero no podían, ni habían pensado en torcer voluntades. El mundo ultraterreno, celestial e infernal, no era sometido a alteración alguna. La fuerza y la misión del chamán era anunciar a los humanos lo que iba a acontecer antes de que ocurriera. Pero no habrían querido ni podido evitar lo que ocurriría. Informaban, mas no manipulaban. por eso, el sacrificio, el ritual era inútil, inexistente. No era posible, concebible negociación alguna. Los hombres no trataban con las potencias sobrehumanas. Estaban sometidos a ellas y, sin duda, las admiraban o las temían: Pero no se sentían capaces de oponerse a ellas.
A mediados del primer milenio aC, la religión, tal como quedó instituída en la Edad de Bronce, entró en crisis. Los deseos y voluntades de los dioses no podían ser alterados. Lo que contaba era la Ley. En la cultura hebrea, y ya antes, en la amorrita,  los dioses escogían a su pueblo. El futuro de éste estaba decidido de antemano., Mientras éste siguiera los edictos de la Ley, nada le ocurriría. Mejor dicho, sabía de antemano qué iba a acontecer, y los acontecimientos, determinados, iban en favor de la vida del pueblo. Éste era el pueblo "elegido": los dioses lo favorecían. El bien, y una serie de valores, debían presidir las conductas humanas: valores que sin duda ya existían también en el platonismo. Los males no eran una consecuencia de un cambio de humor  de los dioses. Éstos ya habían anunciado a los hombres, a su pueblo, qué tenían que hacer: cuáles eran las acciones qué debían emprender, qué fines debían perseguir. Si el mal se abatía era porque el pueblo había faltado a la Ley. En este caso, la venganza divina era inevitable, incuestionable. Nada se podía hacer.

 Esta concepción de las relaciones entre lo humano y lo divino sufrió una última mutación con el cristianismo ( y posiblemente el budismo), aunque ya fue anunciada por las religiones mistéricas orientales. Las diferencias entre hombres y dioses se abolieron. De algún modo, se puso fin a la religión. El cristianismo no es una religión: es una no-religión, pues presupone que hombres y dioses son iguales. La mediación no es necesaria, no tiene sentido, pues ambos bandos son idénticos. Los dioses no son superiores a los hombres. Los dioses no son dioses ni los humanos humanos. La ley tampoco se aplica. De hecho, Cristo abolió la ley. Vino para abolirla. Ésta ya no era necesaria. Los hombres podían tomar las decisiones que les convenían. La sabiduría les había sido inculcada. El espíritu les alumbraba.
Cristo se hizo hombre. Conoció la suerte de los mortales. Su acción tuvo una consecuencia que cambió la vida. Al asumir la muerte, liberó a los humanos de ésta. El dios se hizo hombre, y los humanos, al dejar de estar sometidos a la muerte, se volvieron inmortales. La vida eterna dejaba de ser una promesa. Ésta ya no se conseguía en el mundo ultramundano sino en la tierra. La edad beatífica, a la que se aspiraba si se seguía la Ley, ya no era una meta anhelada, sino que quedaba instaurada en la tierra. La divinidad había morado entre los hombres, se había convertido en un humano, y su presencia, su testimonio seguía entre los hombres. Ya no cabía esperar tiempos venideros con los dioses. Éstos estaban entre los hombres; eran hombres. Y, por tanto, los hombres eran como los dioses, eran dioses. La muerte ya no marcaba la diferencia entre los mortales y los inmortales. Los humanos ya no estaban sometidos a la muerte. El poder de ésta había desaparecido. Ya no llevaba a la nada. Con la resurrección de los cuerpos y las almas, se demostraba que la muerte no alteraba nada: no tenía poder alguno. La vida proseguía idéntica a sí misma.

Pero ocurre que para el poeta latino Cátulo, religare significaba también deshacer nudos. El cristianismo -y el islam- sí serían religiones, pues habrían roto las ataduras entre hombres y dioses. La religión sería libertadora. los hombres habrían alcanzado la plenitud, la vida plena, no sometida a restricción alguna, gracias a la religión. Las cadenas, físicas y emocionales, habrían quedado abolidas. Los ligámenes ya no serían necesarios. Habrían perdido poder y sentido. Los hombres ya no serían niños que necesitaran ser guiados por una cuerda.
Queda plantearse si este hecho, ineludible, ha sido beneficioso. O quizá sea mejor no planteárselo. No se puede.
 
Nota: resumen de un diálogo con Maria-Grazia Masetti-Rouault, en su casa de campo, a quien agradezco sus lúcidas y agudas observaciones.


miércoles, 25 de julio de 2012

Ciudad de la Cultura, Santiago de Compostela (Gallaecia Petrea, 2012)




Se ha inaugurado la exposición  Gallaecia Petrea, en la Ciudad de Cultura, en lo alto de Santiago de Compostela.
Muestra obras locales labradas en piedra. Venidas de Galicia y del norte de Portugal, a un tiro de piedra del museo: "el visitante recorrerá la historia de la construcción de la cultura gallega a partir de un elemento tan icónico como la piedra", se explica.


Ha costado un millón ochocientos mil euros. Los honorarios de la dirección ascendían a cincuenta mil euros.
Se anuncia con una plancha de acero corten de unos diez metros de largo por dos de alto y tres centímetros de grueso taladrada. Es mejor no preguntarse qué ha costado. Ni las obras más monumentales de Richard Serra...

Pero uno se imagina que la muestra está altura de un centro, construido tras un concurso por invitación en el que los arquitectos invitados cobraron veinte mil euros por un boceto o una maqueta.

... de cemento armado.



Helena Tatay & Bet Cantallops: Cartografías modernas. Dibujar el pensamiento (Caixaforum, Barcelona, 2012)

Érase un emperador de la China que encargó a un prestigioso geógrafo europeo un mapa detallado de sus posesiones.
Tanto y tan bien se documentó el dibujante, recorriendo a pie el imperio durante años que, cuando se presentó ante el emperador y empezó a abrir el mapa, el monarca mandó de inmediato que apresaran y ajusticiaran al geógrafo. Éste había trabajado de manera tan minuciosa, registrando hasta el menor detalle del territorio imperial, que el mapa se había extendido hasta tal punto que, al ser desplegado, cubría toda China. Anulaba, escondía, escamoteaba el imperio. Todos los bienes del emperador habían quedado incluidos en el papel, sobre si el geógrafo se los hubiera robado y encerrado en el mapa. China había desaparecido sepultada por su proyección en el papel.

Un mapa, por tanto, reproduce el mundo. Pone el mundo al alcance de la mano. El mapa produce la ilusión que el mundo se reduce. Pero también lo turba hasta tal punto que entra en conflicto con él. Cuanto más preciso sea, más permite intervenir en el mundo. Para ordenarlo. O no.



Cartografías modernas. Dibujando el pensamiento es una compleja exposición dirigida por Helena Tatay, y brillantemente montada por Bet Cantallops, que se presenta en Caixaforum.
Muestra obras contemporáneas que utilizan el lenguaje de la cartografía. Éste se definió en Mesopotamia -los primeros mapas territoriales que se conservan son de finales del tercer milenio aC-, y se transmitió a Grecia.
En el siglo XVII, la manera "objetiva" de representar el mundo, sin tener en cuenta, en principio, el punto de vista del observador (aunque la orientación del mapa ya denota dónde se ubica el geógrafo), se extendió hasta "cartografiar" territorios íntimos: los caminos que componen la vida sentimental o emocional fueron trazados por vez primera por la novelista francesa Madame de Sevigné. Su célebre "Mapa de la Ternura" o de "los Sentimientos" (la "Carte du Tendre"), mostró que los mapas podían ayudar a orientarse en la vida o los espacios interiores. La novela dejaba de reflejar el descubrimiento del mundo para, sin salir del espacio interior, mostrar como el universo cabía en el alma, y como el alma reconfiguraba -y distorsionaba- el mundo. El mundo era las imágenes que nos evocaba, los sentimientos que despertaba en nosotros.

Ambos tipos de mapas son los que trabajan los artistas contemporáneos seleccionados. La documentación, la variedad de registros, la calidad de las piezas sorprenden. Su ubicación, las relaciones establecidas, inmejorables.

En algún momento se plantea alguna duda. No se distingue bien, pues quizá no se deba o no se pueda, entre mapa, proyecto, dibujo, boceto, esquema. Ente mapa y carta, si es que existe alguna diferencia. Algunas piezas, semejantes a viñetas, parecen difíciles de identificar como mapas o cartas. Dos bocetos de Paul Klee podrían ser figuras. Ocurre lo mismo con un par de animaciones.

Pero esas dudas, que quizá los artistas hayan querido suscitar, no impide descubrir hasta donde se adentran los mapas, qué territorios "cubren", y cómo los mapas revelan la realidad, al tiempo que la confunden.
Como comentó lúcidamente Helena Tatay en la conferencia inaugural, los mapas son la mejor muestra de nuestro deseo de apoderarnos del mundo, y de nuestra incapacidad por satisfacer este deseo. Algo se pierde, inevitablemente, cuando pretendemos estudiar el mundo o estudiarnos. Mas, sin las mapas, nunca lograríamos acercarnos a lo que nos rodea, o nos compone.

Una exposición imprescindible, que da que pensar.
La mejor exposición del año en Barcelona

lunes, 23 de julio de 2012

La plaza más agradable de Barcelona: los jardines Mercé Rodoreda, en una terraza del Institut d´Estudis Catalans (1988)








Posiblemente no ganarían ningún premio en un concurso de jardines contemporáneos.
Sin embargo, el jardín, casi secreto, dedicado a la escritora Mercé Rodoreda, instalado en una terraza del edificio que acoge al Institut d´Estudis Catalans (la Casa de Convalescencia, del siglo XVI, que forma parte del antiguo Hospital de la Santa Creu, del s. XIV), al que se accede a través de una reja situada a un lado de las arcadas de una galería que rodea el piso del patio renacentista, sea, posiblemente, el espacio público más agradable de Barcelona. Sobrevuela en parte la densa trama urbana del casco antiguo de Barcelona. Se compone de unas pocas grandes jardineras de obra y dos pérgolas dispuestas en cruz ,con plantas aromáticas descritas por la escritora. Un estanque acoge plantas acuáticas. El suelo está simplemente pavimentado. Nada más.
No hay nadie; apenas se oye nada. Uno puede sentarse al borde del estanque. Y preguntarse dónde se halla.
Se recorren en grupos pequeños, tras concertar la visita gratuita: http://www.iec.cat/serveisgenerals/entrada.asp?sg_epigraf=2

domingo, 22 de julio de 2012

La Companyia Solitaria: Nòmades (2012), de Aleix Aguilà (1977), o la araña y el arquitecto




Si, por casualidad, encuentra un pequeño cartel pegado a una puerta, o lee, buceando por internet, la noticia que La Compania Solitaria está a punto de interpretar Nòmades, no lo dude: lea bien dónde tendrá lugar la actuación, reserve de inmediato entradas por internet, y corra. Quizá no tenga otra oportunidad.

La Companyia Solitaria, que deslumbró con su obra de teatro anterior, titulada con el mismo nombre que la propia compañía (Premio Beca Desperta, de la Nau Ivanow, Barcelona, 2011), presenta ahora Nòmades, del mismo autor Aleix Aguilà.

Una pareja se refugia "en el norte", dónde ya no es posible seguir más adelante, un paraje asolado por un terremoto, y a la espera de un tsunami, que socava todos los cimientos físicos y emocionales. Ella es arquitecta y trata de construir algo más que de edificios, pero solo logra lo que las arañas levantan: telarañas que no unen sino que atan, y de las que solo se puede escapar con un desgarro. Él es médico, y trata de salvar todas las vidas que puede, menos las suyas.
La obra escapa a casi todas las convenciones del melodrama. El diálogo sigue por vericuetos inesperados. Recuerda las aceradas réplicas de Jonathan Franzen, en Libertad. La risa burlesca se desata cuando uno espera previsiblemente el llanto, o lo peor.
Gran interpretación, sobre todo de Júlia Barceló.

El texto no es lo único sorprendente. Las funciones tiene lugar en espacios imprevisibles: terrazas (como ayer, en la terraza de un piso de un excelente actor y amigo en Sants), jardines; acaso cementerios.
Se programa gracias a la página web de la compañía, y a Facebook. Una vez se reúnen unas veinticinco personas, que pagan cinco euros por la entrada y una cerveza, la función se organiza.

No todo es perfecto, ciertamente. El estrépito que asciende de las calles dificulta en alguna ocasión la audición -pero acrecienta la sensación de caos, y desamparo, que la obra evoca-; algún vecino, desde un balcón cercano, puede comentar en voz alta la obra. El viento hace tiritar por un momento.

Pero la obra, la interpretación, la calidez, la sorpresa y el poder asistir a una función bajo las estrellas, con la ciudad a los pies, una función sobre el desarraigo, desarraigo no buscado ( que destruye pero ayuda a saber quíen es uno y qué busca), supera con creces las posibles limitaciones. Como si de una obra, en tiempos pretéritos, se tratara.
No se añora el teatro cerrado.
Aunque el fin sea volver al teatro.

Imprescindible.

Quienquiera quiera ofrecer un espacio para esta obra, o quiera saber dónde tendrá lugar la próxima función, que consulte la web siguiente:

http://companyiasolitaria.blogspot.com.es/


Datos de contacto:
mail: companyiasolitaria@gmail.com
tel.:    666628279 / Natalia


y, también: http://aleixaguila.blogspot.com.es/


Quizá una próxima función acontezca en Tiana, cerca de Barcelona.

sábado, 21 de julio de 2012

Ignacio Tatay: Proyecto de Adhamiya en Bagdad (2011)



Video de presentación del proyecto ganador del concurso de arquitectura para la remodelación del barrio sunita de Adhamiya (unos 400000 habitantes) en Bagdad (2011-2012).
El proyecto debería empezar a construirse en 2013.

El proyecto es obra de AV62Arquitectos (Barcelona), Pedro García de Barrio (Córdoba) & Pedro Azara (Barcelona)
La financiación corre a cargo del Ayuntamiento de Bagdad con ayuda gubernamental.

(Próxima publicación) Arquitectures celestials (2012)






Arquitectures celestials


Pedro AZARA, Jesús CARRUESCO, Françoise FRONTISI-DUCROUX i Gregorio LURI (editors)

David CAPELLAS (coord.)


2012, Tarragona: Institut Català d’Arqueologia Clàssica
Documenta, 21
151 pàgines
Textos en francès, castellà, català i anglès, i resums en anglès
Amb la col·laboració de la Universitat Politècnica de Catalunya
ISBN: 978-84-939033-0-5
PVP: 29 €



Aquest aplec de 14 articles prové de les aportacions al Col·loqui internacional sobre arquitectures celestials, que va tenir lloc al Centre de Cultura Contemporània de Barcelona els dies 13-15 de setembre de 2006, organitzat per Pedro Azara (UPC-ETSAB), Françoise Frontisi-Ducroux (Centre Louis Gernet, París) i Gregorio Luri (Universidad Nacional de Educación a Distancia, UNED).

Se trata de las actas de un congreso sobre el tema de las arquitecturas celestiales, común a todas las culturas, centrado en el mundo occidental y del Próximo Oriente: moradas divinas, arquitecturas y ciudades ideales o utópicas, siguiendo los modelos del palacio aéreo que el patrón de los arquitectos, el apóstol Tomás, construyó (literalmente, levantó) para el rey de la India Gundosforo, de la Jerusalén celestial, el palacio suspendido en los aires del rey-sacerdote Juan, y de Laputa, la isla construida, situada en lo alto, que Swift describió en Los viajes de Gulliver
El congreso tuvo lugar en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona en 2007.
Las actas están financiadas por el Departamento de Composición arquitectónica de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), y el Instituto Catalán de Arqueología Clásica (ICAC).

De próxima aparición (septiembre de 2012)



Texto presentación:

(versión castellana)

La arquitectura se construye para albergar "almas" (una ciudad o un pueblo se compone de "hogares", está poblado de un número de "almas"; una ciudad vacía o adormecida es una aglomeración en la que no hay un "alma"), pero éstas no están necesariamente en la tierra.

De hecho, numerosos mitos y leyendas cuentan la existencia de arquitecturas, bien construidas, edificadas no en la tierra sino en los aires. El mismo patrón de los arquitectos, el apóstol Tomás, se convirtió en un arquitecto modélico precisamente porque levantó (en todos los sentidos del verbo) un palacio sorprendente, cuajado de piedras preciosas: suspendido en el cielo.

Este tipo de construcciones no son infrecuentes: desde las moradas divinas -los dioses siempre viven en construcciones refulgentes suspendidas- hasta LaPuta, la ciudad utópica descrita por Swift, el tema de la arquitectura no marcada por el peso, la gravedad de la materia, ha rondado el imaginario humano en casi todas las culturas.

Arquitecturas Celestiales recoge una parte de las ponencias presentadas en un congreso, organizado por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona y el Institut d´Humanitats en 2007, sobre arquitecturas aéreas en el mundo antiguo, desde Mesopotamia y el templo flotante de Apolo en Delfos hasta la Jerusalén celestial, tanto la descrita en la Biblia cuanto sus representaciones medievales. Estas arquitecturas, soñadas, se "alzan" como sueños, modelos inalcanzables y siempre deseados. Hacen soñar y son fruto de ensoñaciones. Activan el deseo de vivir plenamente. Son, por tanto, necesarias.


(versión catalana)

L'arquitectura es construeix per albergar "ànimes" (una ciutat o un poble es compon de "llars", està poblat per un nombre d’"ànimes", una ciutat buida o adormida és una aglomeració en què no hi ha cap "ànima") , però aquestes “ànimes ” no estan necessàriament a la terra. De fet, nombrosos mites i llegendes expliquen l'existència d'arquitectures, ben construïdes, edificades no a la terra sinó en l'aire.

El mateix patró dels arquitectes, l'apòstol Tomàs, es va convertir en un arquitecte modèlic precisament perquè va aixecar (en tots els sentits del verb) un palau sorprenent, ple de pedres precioses: suspès en el cel. Aquest tipus de construccions no són infreqüents: des de les morades divines -els déus sempre viuen en construccions refulgents suspeses- fins Laputa, la ciutat utòpica descrita per Swift, el tema de l'arquitectura no marcada pel pes, la gravetat de la matèria, ha rondat l'imaginari humà en gairebé totes les cultures.

Arquitectures celestials recull una part de les ponències presentades en un congrés, organitzat per l'Escola Tècnica Superior d'Arquitectura de Barcelona i l'Institut d'Humanitats el 2007, sobre arquitectures aèries al món antic, des de Mesopotàmia i el temple flotant d'Apol·lo a Delfos, fins a la Jerusalem celestial, tant la descrita a la Bíblia com les seves representacions medievals. Aquestes arquitectures, somiades, "s'alcen" com somnis, models inabastables i sempre desitjats. Fan somiar i són fruit de somnis. Activen el desig de viure plenament. Són, per tant, necessàries.





viernes, 20 de julio de 2012

David Butler (1894–1979): Just Imagine (1930)



Nueva York en 1980 tal como era soñada en 1930

Charles Olson (1910-1970): "Restoration of the human house" (1951)

La ciudad, unión de conocimiento y cultura, según Olson:

Ya escribimos hace unos meses acerca de la importancia del poeta norteamericano Charles Olson en la reevaluación del arte sumerio como fuente de inspiración para el arte contemporáneo, en los años cincuenta. amigo de John Cage y Robert Rauschenberg, organizó la que quizá fuera la primera "performance" de la historia, en el Black Mountain College donde enseñaba junto con aquéllos.
Su entusiasmo por las "formas" compositivas sumerias (que descubrió a través de las traducciones de textos sumerios, de Samuel Noah Kramer) determinó su propia poética, que está en el origen de algunas de las formas artísticas contemporáneas más valoradas hoy, desde el Letrismo hasta los Situacionistas y Fluxus.

Los textos teóricos de Olson -un escritor volcánico- no han sido aún mayoritariamente publicados.
Su ensayo fundamental, editado finalmente en 1965, se titula Human Universe. Postula una "restauración de la casa humana", una vuelta al hogar común, que pasa, necesariamente, no tanto por Grecia, cuanto por Mesopotamia, considerada la cuna y la fuente de la civilización, el origen de de cómo el hombre habilitó el espacio y se hizo humano habitando.

Olson escribía lo siguiente -la cronología no era lo suyo, pero pese a los errores, perdura el deseo de retornar a Súmer, no para imitar las formas sumerias, sino para inspirarse en su manera de relacionarse con el mundo y de reflejar esta relación-:

"From 3378 BC (date man´s 1st city, name and face of creator also known) in unbroken series first at Uruk, then from the seaport Lagash out into colonies in the Indus Valley and, circa 2500, the Nile, until date 1200 BC or thereabouts, civilization has ONE CENTER, Sumer, in all directions, that this one people held such exact and superior force that all peoples around them were sustained by it, nourished, increased, advanced, that a city was a coherence which, for the first time since the ice, gave man the chance to join knowledge to culture and, with this weapon, shape dignities of economics and value sufficient to make daily life itself a dignity and a sufficiency."
(Charles Olson, "The Gate and the Center", Human Universe, en Donald Allen y Benjamin Friedlander (eds.), Collected Prose. Charles Olson, University of California Press, Berkeley y Los Ángeles, 1997, p. 170).

En el vigésimo aniversario de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 (Ara que té vingt anys. Un cuento olímpico)

Se celebra esos días el vigésimo aniversario del inicio de los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992.

jueves, 19 de julio de 2012

Viajes a Siria



Anuncio en Damasco / Idlib, noviembre del 2010.

Desde 1995 fuimos varias veces a Siria. Estuvimos trabajando, a principios de otoño, durante cuatro años, en una misión arqueológica francesa a orillas del Éufrates cabe la frontera iraquí (Tell Massaïk, y Terqa). La última vez en noviembre de 2010. Recorrimos una decena de veces el país. Vivimos varios meses, en diversos periodos breves. Nos gustaba pararnos en Palmira, tomar una sopa de lentejas en la terraza del hotel Zenobia, en medio de las ruinas, construido en tiempos de la reina Victoria de Inglaterra, antes de seguir la carretera hasta Deiz es-Zor. De vuelta, ¿quién no gustaba detenerse en la angosta terraza cubierta del Café de los cuentos detrás de la mezquita de los Omeyas en el centro de Damasco, o tomar un shawarma en un puesto, abierto a una calle peatonal angosta, frente al café?
Los institutos Cervantes y Francés, en Damasco eran paradas obligatorias. Los baños turcos o árabes, en una callejuela cubierta del zoco de Damasco, ineludibles, así como los patios del Instituto Danés, en una casa damascena del siglo XVIII, en el corazón de la capital, de altos techos de madera labrada que cubrían los diwanes, admirablemente restaurada. Aunque llevaban tres años cerrados por una restauración que no parecía avanzar, los baños del siglo XVI, al pie del tell de Alepo, en el centro de la ciudad, fueron durante años los mejores quizá del Próximo Oriente.
Siria parecía un paraíso, el sueño orientalizante para muchos occidentales. ¿Cómo es que nos equivocamos tanto?
No prestamos atención a las quejas de comerciantes y despachos que tenían secretamente que adquirir direcciones electrónicas en el Líbano para sortear la censura del gobierno. Sabíamos que se trataba de una dictadura, que Hama había sido destruida hasta los cimientos en los años ochenta, que la burocracia tal puntillosa -e ineficaz- que muchas decisiones no se tomaban, que la corrupción era generalizada sobre todo en las zonas más orientales (el director del Museo de Deir es Zor había sido por fin encarcelado. Los ingentes fondos alemanes para la construcción de este museo, en los años noventa, habían desaparecido, sin que se hubieran podido conectar siquiera los lavabos a la red general. Los presupuestos que el gobierno destinaba a estas zonas llegaban solo a algunos bolsillos). Vigilantes del Museo de Palmira ofrecían piezas  expuestas a los visitantes. Esos incidentes eran minucias, obviamente, ante lo que desconocíamos. Obras del Museo de Damasco desaparecían. Piezas de arqueología salían ilegalmente del país, gracias a la complicidad de guardias de la frontera comprados, y se vendían, por ejemplo, en Barcelona, violando todas las convenciones.
Los cinturones de miseria en Damasco y Alepo crecían de año en año. Las diferencias sociales eran abismales. Las riberas del Éufrates, un estercolero. La polución provocada por industrias pesadas, causa de graves enfermedades. Sin embargo, Siria cargaba, sin recibir ayuda, con una emigración masiva iraquí, que no hallaba trabajo.
Pero el integrismo, durísimo, subía desde los años noventa. Aunque el régimen parecía controlarlo -a duras penas-. El país era laico. Tenía vida nocturna. Se tomaba vino en el barrio cristiano. Las tiendas vendían los recuerdos que muchos occidentales soñamos tener. Los pistachos eran grandes y baratos -al menos, para nosotros.
Sabíamos -una vez nos perdimos de noche por aquellos parajes- que el presidente vivía en una fortaleza situada en lo alto de la ciudad: una perfecta traducción arquitectónica de las diferencias sociales, que no quisimos ver. Siria no tenía harenes. Pero, para nosotros, como si los tuviera. Siria era el país ideal para probar sabores orientales sin problemas ni "peligros". Un sueño colonial. No hubiéramos soportado la décima parte de las penurias, las miserias administrativas, las amenazas (veladas o no), las suspicacias, si hubieran acontecido en España. Nos parecían ¿exóticas, quizá? Fumaban pipas de agua, tomaban té, vendían alfombras (es decir, fumábamos pipas de agua, tomábamos té y comprábamos alfombras que aquí nos hubieran parecido rancias). parecían felices. Queríamos creer que lo eran. para acentuar nuestras desgracias. Hasta Angelina Jolie se había paseado por los callejones damascenos y, vestida como para ir a la Meca, había practicado caritativas obras de cooperación.
No quisimos ver nada. Pese a las advertencias de algunos diplomáticos, Siria nos parecía posee las virtudes que echamos en falta en los países occidentales. y ya nos iba bien. Nos reconfortaba.
Quizá alimentamos lo que está ocurriendo ahora.
Nunca fuimos tan ciegos. Ingenuos. O hipócritas.

miércoles, 18 de julio de 2012

Gertrude Bell (1868-1926) en Ur








El zigurat de Ur en noviembre de 1916, años antes de que empezara la primera misión arqueológica británico-norteamericana, en cabezada por Leonard C. Woolley, que descubriría once años más tarde las célebres tumbas reales.

http://www.gerty.ncl.ac.uk/photos_in_album.php?album_id=27&start=70

Gertrude Bell fue una noble inglesa, arqueóloga y espía, que descubrió el Próximo Oriente en un viaje a Persia para ver a su tío, embajador inglés, y no regresó.
Junto con T.E. Lawrence ("Lawrence de Arabia") escogió al primer monarca árabe, y luchó para que el o los reinos árabes se independizaran tanto del Imperio Otomano cuanto Británico.
Participó en la conferencia de El Cairo en 1921, en la que Churchill, Lawrence y Bell trazaron los límites del reino de Iraq  (bajo control británico hasta después de la Segunda Guerra Mundial), fundó el Museo Nacional de Iraq en Bagdad, la Biblioteca Nacional de Iraq, la Dirección General de Antigüedades iraquí, y organismos culturales ingleses como el British Institute for the Studies of Iraq.
Probablemente se suicidara, tras arruinarse, al acabar la Primera Guerra Mundial.

Sus archivos fotográficos que retratan la vida diaria en el Próximo Oriente están depositados en la Universidad de Newcastle (Reino Unido). Son una fuente fascinante, casi única (desde luego, las más completa) de imágenes de un mundo definitivamente perdido.

martes, 17 de julio de 2012

Rem Koolhaas goes to Hollywood (o cría cuervos...)

El Hollywood Reporter es el informativo imprescindible que todo arquitecto de pro tiene que tener a mano.

Tocho, queriendo contribuir al debate sobre la finalidad de la arquitectura, se adelanta a los acontecimientos.

Tras los pasos del hijo de Louis Khan (Nathaniel Kahn: My Architect, 2003), el cineasta Tomas Koolhaas inicia el rodaje de un documental sobre su padre Rem.

http://www.hollywoodreporter.com/news/architect-rem-koolhaas-documentary-337048

¿Quién habló de matar al padre?

Ya se había realizado un documental sobre este arquitecto: Markus Heidingsfelder (1963) y Tesch Min: Rem Koolhaas. A Kind of Architect (2008)



lunes, 16 de julio de 2012

SICAV

Julia Schulz-Dornburg: Ruinas modernas. Una topografía de lucro


El libro, editado por Ambit (Barcelona), se pondrá a la venta en septiembre, tras una presentación en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona

Ruinas  modernas. Una  topografía de lucro

juliaschulzdornburg.com

 ISBN  978-84-96645-14-1

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domingo, 15 de julio de 2012

Rafael Argullol: El jardín de las delicias


Se hace difícil elegir entre tantos fósiles del paraíso. Carreteras que no conducen a ninguna parte, playas en medio de las montañas, pistas de esquí alpino en estepas resecas, vías para trenes invisibles, desolados aeródromos que albergan el vuelo de los cuervos. Cualquiera de los rastros es la materia prima de un sueño y la tumba de una pesadilla. Si ustedes quieren disponer de una guía para viajar al jardín de las delicias les recomiendo fervientemente el libro Ruinas modernas. Una topografía del lucro (editorial Ambit). Creo que ni siquiera Las cárceles imaginarias de Giovanni Battista Piranesi contienen tantas fantasías.
Su autora es la arquitecta alemana Julia Schulz-Dornburg, y el tema no puede ser más idóneo en nuestros días: la exhibición de las ruinas en que se han convertido decenas de proyectos urbanísticos en los años de la rapacidad, la megalomanía y la estudipez. Schulz-Dornburg ha hecho un concienzudo trabajo de arqueólogo. Estamos acostumbrados a que los arqueólogos se lancen sobre vestigios muy antiguos en el tiempo; sin embargo, la voracidad constructiva y destructiva de nuestra época permite crear una "antigüedad reciente" donde las ruinas se solapan con los cimientos. De hecho, el ciclo estudiado en el libro se extiende sólo a lo largo de dos décadas (aproximadamente de 1992 a 2012) y demuestra la eficacia del vértigo devastador cuando se aúnan lo grotesco con la codicia y la corrupción. La colección de desastres, a cual más espectacular, es tan enorme que la pregunta obligada es: ¿cómo pudieron concebirse y ejecutarse desvaríos de esta naturaleza, no únicamente esperpénticos en sí mismos sino evidentemente destinados al fracaso? Esta pregunta hace obligatoria otra: ¿cómo pudo, durante años, un entero país permanecer ciego —o cómplice— mientras se ejecutaban tropelías de todo tipo ante los ojos de todos?
¿Cómo pudieron concebirse y ejecutarse desvaríos de esta naturaleza?

El estudio de Schulz-Dornburg es implacable gracias a la frialdad con que maneja los datos, que a veces recuerda a la metodología del forense en el momento de realizar la autopsia. Solo que el cadáver, en este caso, son millones de metros cuadrados construidos a toda prisa y luego abandonados con celeridad todavía mayor. Tras el cadáver de ladrillo y hormigón se apostan muchos fantasmas: los estafados, los estafadores, los inductores, los beneficiarios, lo que ahora se lamentan, los que entonces se lucraron y, sobre todo, los que quisieron olvidar sin poder librarse de la tenaz acusación presente en estas ruinas modernas. La autora traza su topografía, sin metáfora alguna, con la exclusiva utilización de informaciones que proceden de las promotoras inmobiliarias o de los archivos municipales. Es una crónica rigurosa del engaño y de la malversación, en la que el lector puede encontrar un permanente desprecio a cualquier ley por parte de autoridades políticas evidentemente corruptas. La arqueóloga ha puesto fechas de nacimiento y muerte para cada uno de sus conjuntos ruinosos. Paralelamente los ha diseccionado visualmente: fotografías a vista de pájaro al principio para, luego, en un zoom hacia el detalle, mostrar el desastre en su minuciosa monstruosidad. Las imágenes, espléndidas, muestran los extremos que alcanzó nuestro jardín de las delicias.
Los delincuentes eran también poetas. Malos poetas pero poetas, al fin y al cabo. Con gran acierto Schulz-Dornburg ofrece como pórtico de cada templo arruinado el lema publicitario usado por los promotores para atraer a los clientes. Las promesas son maravillosas e inigualables. Les sugiero leer con atención estos lemas para comprender las complejidades del alma humana. "Las villas ofrecen un valor excelente por el dinero, con una gran cantidad de espacio de vida": una joya poética y filosófica creada por Fortuna Hill Nature and Residential Golf Resort, un monstruo de nombre modesto, como puede advertirse, nacido en 2004 y muerto en 2010 en la provincia de Murcia. Y así, los que quieran. Se puede escoger. Mis favoritos son tres.
El primero es Complejo de Aventuras Meseta Ski, una gran iluminación visionaria que debía transformar a Villavieja del Cerro, una aldea de 103 habitantes, en un centro cosmopolita que llevaría a la planicie de Valladolid 70.000 visitantes cada año. Para conseguirlo nada más adecuado que montar una pista de esquí seco, practicable en todas las estaciones, que descendiera desde lo alto del cerro hasta las callejuelas de Villavieja. Como la visión se congeló en 2010 en la actualidad el aspecto que ofrece el lugar es el de una pequeña población amenazada por una serpiente blanca —de una blancura sucia y quebrada— dispuesta a engullir a todo ser vivo que se le ponga por delante. Lema: "Vive la aventura todo el año".
Es una crónica rigurosa del engaño y de la malversación

El segundo prueba que estamos dispuestos a tropezar las veces que sea con la misma piedra con tal de buscar el camino aparentemente más cómodo desde el punto de vista de la picaresca. Se trata de El Reino de Don Quijote, un Eurovegas avant la lettre, situado en plena La Mancha, con el beneplácito de las autoridades y con el habitual escarnio para la pobre criatura literaria de Cervantes. El conjunto tenía como corazón un gran hotel-casino, el Caesar's España, y a su alrededor muchos otros edificios prodigiosos para albergar a 44.000 habitantes. Muerto, por suspensión de pagos, en 2011 parece que en efecto, por lo fantasmagórico, sea una recreación de los reinos oníricos de Alonso Quijano. Nada se puede distinguir en la realidad del gran hotel-casino, que tenía que ser el tesoro de los ludópatas, ni del gran lago artificial que cubriría la estepa, ni del tren ligero que uniría el casino que no ha llegado a tener jugadores con el aeropuerto de Ciudad Real que no ha llegado a tener aviones. Alguien debería llevar de visita al señor Adelson a El Reino de Don Quijote. Lema: "Ocio con juegos de azar, negocio, viviendas y campo de golf".
El tercero, Campo de Vuelo Residential, es el más apabullante y el que merecería el primer premio en el campeonato mundial de la estulticia. No puedo retrasar el recuerdo del lema porque en él se resume a la perfección el proyecto: "¿Qué piloto no ha soñado alguna vez con aterrizar sobre la pista de su comunidad y guardar su avión en su propio jardín?". En efecto, nada hay más natural. Por eso alguien, en la provincia de Murcia, y también con el elogio de las autoridades, se empeñó en realizar el sueño para 3.600 habitantes que guardarían en sus jardines 166 avionetas. La muerte de la empresa, por quiebra, en 2009 ha dejado como regalo para el paisaje murciano un solitario aeródromo que pronto cubrirá la maleza, unos cuantos hangares y algunos grupos de viviendas esparcidos en el pedregal.
Todas esas ruinas modernas, como muy bien indica Julia Schulz-Dornburg en su libro, son los testigos acusadores en el juicio que España debería tener la valentía de realizar tras el gigantesco fraude que ha tenido la cobardía de permitir. Pero aunque este juicio nunca llegue a concretarse siempre, a través de estas ruinas, quedará la huella de la locura codiciosa que se apoderó de un país durante un par de décadas en medio del silencio de los ciudadanos y de la impunidad de los saqueadores.
ARGULLOL, Rafael: "El jardín de las delicias, El País, 15 de julio de 2012


Rafael Argullol es escritor.





Nota: 
Excelente comentario de Rafael Argullol al demoledor libro de Julia Schulz-Dornburg: Ruinas modernas. Una topografía de lucro.
Julia Schulz-Dornburg trató varias veces de organizar una exposición de o con todo el material fotográfico y gráfico recogido en el libro. 
El Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) respondió que se trataba de una exposición aburrida, y nunca contestó.
Junto con Blanca Puyals, Helena Tatay y otras personas, la ofreció entonces al Palacio de la Virreina, de Barcelona, luego al Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA). Las respuestas fueron similares: la muestra era demasiado comprometida; con el actual partido reinante en el Ayuntamiento y en la Generalidad de Cataluña (CiU), no era el mejor momento para abordar semejante tema.
El  Museo de arte Moderno. Centro de Arte Reina Sofía se interesó inicialmente. Luego dio la callada por respuesta.
Finalmente, La Casa Encendida de Madrid sí se entusiasmó. Irónicamente, este centro está -o ¿estaba?- patrocinado por Caja Madrid, es decir, hoy Bankia. Nunca más se supo.
Hay vergüenzas que no nos gusta airear demasiado.

sábado, 14 de julio de 2012

Egipto y Mesopotamia






Tenían un clima parecido. Limitan por el mar. Están rodeados por desiertos y atravesados por ríos caudalosos en cuyas orillas se implantaron asentamientos y ciudades. Las palmeras y los juncos eran casi las únicas plantas, los únicos elementos verticales en la planicie. Creían en múltiples dioses. Inventaron casi simultáneamente la escritura. Tuvieron contactos; incluso uno conquistó al otro varias veces.
Y, sin embargo, Egipto y Mesopotamia fueron culturas muy distintas; casi indiferentes entre si. Como si, lejos de estar asentados cerca hubieran ocupado planetas situados en órbitas lo más distantes posible.

Los templos egipcios estaban dedicados a los dioses; a unos, en particular: a los faraones. Los templos funerarios, no solo formaban parte de las estructuras mentales y arquitectónicas que garantizaban la inmortalidad del monarca, sino que eran casi más importantes, en superficie y bienes, desde luego más numerosos que los templos dedicados a divinidades que no se habían "encarnado" nunca. Algunos de los templos más notables e innovadores (el templo de Deir el Bahari, de la reina Hatshepsut,; el templo funerario de Ramses III), no fueron la morada de los dioses celestiales sino de los faraones transfigurados.

Este tipo de templo no existió nunca en Mesopotamia. Se cuentan con los dedos de una mano, los reyes que fueron divinizados; incluso en este caso, su naturaleza era distinta de la de los dioses "verdaderos". No recibían el mismo trato. Escasísimos son los templos dedicados a un rey. Y éstos nunca fueron monumentos dedicados a garantizar la vida eterna del monarca sino tan solo a recordarlo: un monumento recordatorio de sus gestas.

Tampoco existieron grandes monumentos funerarios en Mesopotamia. Los muertos eran enterrados; y algunos monarcas gozaron de amplias tumbas -subterráneas, coronadas por discretas construcciones que nada tenían que ver, en cuanto a volumen y perfección, en cuanto a ideología, con las pirámides egipcias-, con ajuares funerarios muy notables; pero fueron excepciones, y los conjuntos funerarios nada tienen que ver con la grandeza egipcia. Así como la vida terrenal era apreciada en Egipto, y merecía ser conservada, en Mesopotamia, aquella era un soplo, barrida por el viento, tras cuya paso nada quedaba; tan solo una sombra. Por eso mismo, las sombras se contentaban con agujeros en la tierra.

Sin embargo, las primeras pirámides egipcias fueron escalonadas (como la de Saqqara), al igual que los zigurats mesopotámicos.
Pero no fueron coetáneos. Siete siglos median entre la pirámide de Saqqara (hacia 2700 ac), y el primer zigurat, de Ur (hacia 2050 aC). Por otra parte, aunque la forma sea parecida, la función, y el sentido son casi antagónicos. La pirámide egipcia era un monumento funerario; el zigurat, la base de un templo. La pirámide invitaba al movimiento ascensional. era, literalmente, una escalera hacia el cielo, por la que ascendía el alma del faraón hasta alcanzar las estrellas en la que se convertía. Mientras, el zigurat visualizaba un movimiento contrario, descendente. Es cierto que los humanos trataban de acercarse a sus dioses y, por eso, les construían altas bases que facilitaban el acercamiento -bases por las que los hombres no subían, como pensaron los hebreos al juzgar el zigurat de Babilonia, la Torre de Babel-, mas estas bases o podios, esas escalinatas celestiales solo eran recorridas por las divinidades cuando aceptaban aproximarse a la tierra. El zigurat les facilitaba el descenso, y les evitaba tener que poner el pie en la tierra mancillada -lo que les hubiera privado de su condición inmortal.

Es, posiblemente, esta concepción tan distinta de la vida (terrenal y ultraterrena), marcada quizá por el clima (desértico en ambos casos, pero pautado por crecidas más o menos regulares y previsibles, en Egipto, y devastadoras y siempre irregulares, en Mesopotamia), lo que explica que ambas culturas se hallaban mentalmente tan alejadas entre si.

La esquizofrenia occidental quizá sea deudora de su doble origen, egipcio y mesopotámico.

John Hubley (1914-1977): Urbanissimo (1967)



Música de Benny Carter.

De visión i.m.p.r.e.s.c.i.n.d.i.b.l.e para arquitectos, urbanistas, "urbanitas" y estudiantes de arquitectura.

John Hubley empezó a trabajar en los estudios Disney. Una visita del arquitecto Frank Lloyd Wright le cambió la vida. Es autor del personaje Mr. Magoo.
Una de sus hijas es miembro del grupo Yo La Tengo, y otra es la autora de la hermosa animación que ilustra la canción The Origin of Love (El origen del amor), en la película Hedwig and the Angry Inch (2001), de John Cameron Mitchell, deudora del grafismo de su padre: 

(En el cincuentenario de) The Rolling Stones: Walkin´Through the Sleepy City (1964, publicada en 1975)



Metamorphosis fue un disco recopilatorio de canciones inéditas, versiones de temas ya conocidos, o compuestos para otros grupos (aunque grabados por al menos una parte de los Rolling Stones).
El disco fue muy criticado (considerado como una colección de temas descartados, y que no merecían ser divulgados, consecuencia de la pereza del grupo y de su falta de inspiración), y tuvo poco éxito (la crítica de la portada era justa: un espanto).
Contenía, sin embargo, canciones como ésta (compuesta para The Mighty Avengers), que superan casi todo lo que compusieron posteriormente (salvo las canciones de Some Girls, 1978).



viernes, 13 de julio de 2012

Jack Stokes (1923-2000) & George Dunning (1920-1979): The Beatles Cartoon, episodio 11: When I Get Home (1965-1967)



The Beatles Cartoon fue una de las series de dibujos animados, en los Estados unidos y en Inglaterra, más exitosas. Cada episodio ilustraba una canción de los Beatles. George Dunning fue, años más tarde, director de la obra maestra de la animación, el largometraje Yellow Submarine, basado en otros temas de la Beatles, que renovó enteramente el lenguaje de la animación.

jueves, 12 de julio de 2012

Premios Fad-Bad de arquitectura 2011

Hoy, jueves 12 de julio, se entregan los premios Fad de Arquitectura, en Barcelona.

También se entregan los Premios Bad a lo más granado del año 2011.

Los obras premiadas son:













1.- MBM: Dhub (Museo del Diseño), Barcelona
2.- Dominique Perrault: Puente, Parque del Manzanares, Madrid
3.- Patxi Mangado: Auditorio, Teulada
4.- Jrean Nouvel: Hotel Catalonia, Barcelona
4.- José Menchaca: Hospital, Gernika
5.- A-cero: Moka House, Pozuelo de Alarcón (Madrid)
6.- Richard Rogers: Centro comercial Las Arenas, Barcelona
7.- Jürgen Mayer: Metropol Parasol (plaza cubierta), Sevilla
8.- Lázaro Rosa-Violán: Restaurante Boca Grande, Barcelona

A disfrutar

Cualquier información sobre otras perlas arquitectónicas y de interiorismo serán tenidas en cuenta por el sesudo jurado para próximas convocatorias

miércoles, 11 de julio de 2012

Hotel Le Corbusier (Marsella)




















En medio de la destartalada mole de la Unidad de Alojamiento (Unité d´Habitation) de le Corbusier, en Marsella (Francia) destaca una agradable sorpresa: un hotel de dos estrellas (Hotel Le Corbusier), a un precio razonable (70 euros la habitación doble), con un restaurante acogedor -delimitado por una terraza alargada y cubierta-, amueblado por Charlotte Perriand (muebles de diversas maderas claras) y Le Corbusier, en perfecto estado. Comprende habitaciones y estudios -con cocina-, a un precio aún más interesante que las habitaciones.
La Unidad está enteramente ocupada por habitantes y oficinas. La terraza está siendo restaurada. Los ascensores han sido revisados.
Presenta las ventajas y los inconvenientes de las obras de Le Corbusier: moles de hormigón que se descascarilla, alegradas, sin embargo, por planos de colores claros, detalles cuidados -pomos, barandillas metálicas, bancos corridos de hormigón pulido (¿por el roce?) con incrustaciones de formas "alagrimadas", que evocan a las últimas obras de Matisse, de colores fuertes esmaltados, balcones a los que dan las aperturas de los pisos dúplex, por ejemplo-, frente a pasillos agobiantes (pese a su anchura), debido a la longitud y la oscuridad (que el pavimento negro aumenta), y una terraza poblada de elementos escultóricos (altas chimeneas, pequeñas construcciones, escaleras, plataformas, que crean un jardín en blanco y negro), una piscina para niños, y una barandilla maciza de gran altura que solo permite ver el cielo -lo que teóricamente es "poético" y, en la práctica, una molestia difícilmente sorteable: los humanos queremos ver el paisaje circundante y no solo las nubes y las peladas cumbres de los montes circundantes.


Fotos de Hotel le Corbusier, Marsella
Esta foto de Hotel le Corbusier es cortesía de TripAdvisor

Resto de las imágenes: Tocho, julio de 2011. De Libre utilización