lunes, 20 de mayo de 2024

MAISARA BAROUD (1976): LA DESTRUCCIÓN DE LA CIUDAD, o AÚN ESTOY VIVO (EN LAS RIBERAS DE ASIRIA, 2023-2024)

 


































Maisara Baroud es un dibujante gazaití. Su casa y su estudio han sido destruidos; ha perdido series enteras de dibujos. Suele dibujar series. 

 Malvive hoy en Rafah, tras haberse desplazado por toda la franja de Gaza. Cuesta encontrar papel, pluma y tinta.

Y, sin embargo, dibuja cada día una lámina que publica en una cuenta de una red social.

Cuerpos y casas se funden como un puzzle o un juego (la palabra resuena irónicamente en este contexto) de construcción desordenado, con piezas maltrechas o que se han perdido. La destrucción de las ciudades, a menudo, corona la matanza de los cuerpos, entre los que se infiltran los escombros.

El Museo de Palestina en los Estados Unidos expone hoy la serie de dibujos Aún estoy vivo, que sigue creciendo, en una muestra, Extranjeros en su tierra natal, un palacio veneciano en el marco de la bienal de Venecia.


https://www.palestinemuseum.us/events/2024/foreigners-in-their-homeland


En el palacio Mora 

….y a las siete semanas (Pentecostés)

 Lunes, 20 de mayo de 2024

Judios y cristianos celebran la fiesta de Pentecostés o, con precisión, los efectos, al día siguiente, de dicha fiesta, que acontece siempre  en domingo, siete semanas (siete por siete días, un redoble mágico del mágico número siete) después de la resurrección del dios cristiano, abandonando su naturaleza humana -los humanos no resucitamos- en favor de la divina, y de su ascensión deslumbrante. 

Dicha fiesta sella el inicio de las cosechas. Una fiesta agraria inevitablemente religiosa que designa no solo la próxima abundancia alimenticia sino también espiritual: la fiesta también celebra la mítica entrega de las tablas de la ley por parte de la divinidad a su mediador (Moisés, en este caso),  en lo alto del monte Sinaí, que sellan la buena relación entre la divinidad protectora y sus protectores que le devuelven el favor mediante el culto extático.

La fiesta, por tanto, celebra la intercesión divina.

El cristianismo ofrece una interpretación de dicha festividad judía. Cincuenta días más tarde de la ascensión del dios cristiano, desaparecido así de la tierra, se renueva su presencia, latente, esta vez, con la bajada de llamas sobre la testa de sus fieles que de pronto, iluminados, ensanchan su punto de vista: ven más y mejor, ven lo que no se ve, ven lo invisible, acceden, por tanto, a contemplar el invisible, ls divinidad incorpórea, y a dialogar con ella; se vuelven seres espirituales, casi desencarnados, superadas las limitaciones físicas que nos convierten en seres mortales.

Lo que acontece durante la celebración es el descenso, en forma de fuego de una entidad ambigua, que es a la vez una parte de la divinidad, su hálito o soplo (llamado Espíritu Santo), y es una divinidad distinta de la divinidad, llamada Paracleto, que, en griego, significa Mediador, y que toma posesión de los mortales para interceder ante la divinidad invisible, y acercarles a ella, de modo a que relación entre mortales e inmortales sea más estrecha.

El efecto de dicha posesión es singular: poseídos por el espíritu o paracleto, los mortales adquieren el don de las lenguas y pueden así no solo hablar con todo el orbe, sino con la misma divinidad considerada el Verbo y caracterizada precisamente por su voz capaz de alumbrar a todos los seres, tan solo llamándolos, nombrándolos, durante los siete días la la creación, periodo que la pentecostés rememora.

La multiplicidad de las lenguas, la capacidad de hablar con todos, invierte la condena bíblica tras la fracasada construcción de la Torre de Babel, una escalera que se adentras más allá de las nubes, capaz de poner la divinidad al alcance de los humanos. 

La multiplicación de las lenguas, en Babel, es percibida como un castigo divino, pues impide que los constructores de la Torre puedan entenderse y ponerse de acuerdo para proseguir la obra. Hasta entonces, en efecto, solo se hablaba una lengua.

La fiesta de Pentecostés pone remedio a esta condena. La multiplicidad de lenguas ya no es un obstáculo para la comunicación sino un acicate. Sabiendo todas las lenguas, la humanidad puede entenderse y entender a la divinidad. Sella por tanto el reencuentro entre ésta y los humanos, acuerdo que la torre de Babel había fracturado. Devuelve las buenas palabras, el diálogo entre mortales e inmorales.

Un diálogo que la historia ha revelado ser en vano, aunque la esperanza, para algunos, no se pierde. Sin comunicación, sin entendimiento el conflicto es inevitable: significa la incomprensión del otro y por tanto instaura la suspicacia y una actitud a la defensiva o una disposición al ataque.

Quizá hoy dicha fiesta, real o ilusoria, sea más necesaria que nunca. O quizá debamos olvidarnos del sueño de aspirar a comunicar con lo alto para tratar de dialogar con quienes están al lado nuestro. Un esfuerzo que la Pentecostés también simboliza.






domingo, 19 de mayo de 2024

MICHEL BOSCHET (1927-2010) & ANDRÉ MARTIN (1925-1994): DEMAIN, PARIS (MAÑANA, PARÍS, 1959)

Añada el vídeo a su sitio con el código emb

FRÉDÉRIC HAINAUT (1972): LE MARCHEUR (EL CAMINANTE, 2018)

Le Marcheur from Camera-etc on Vimeo.


Premio al mejor cortometraje de animación francófono -hablado en inglés, pero dirigido por un cineasta valón- en el Festival Internacional de Animación de Clermont-Ferrand (el más importante del mundo) en 2018.

Picasso y la espiritualidad







 

sábado, 18 de mayo de 2024

PÍO BAROJA (1872-1956) Y LA ESCUELA DE ARQUITECTURA (EL ÁRBOL DE LA CIENCIA,1911)

 

Serían las diez de la mañana de un día de octubre. En el patio de la Escuela de Arquitectura, grupos de estudiantes esperaban a que se abriera la clase. De la puerta de la calle de los Estudios que daba a este patio, iban entrando muchachos jóvenes que, al encontrarse reunidos, se saludaban, reían y hablaban. Por una de estas anomalías clásicas de España, aquellos estudiantes que esperaban en el patio de la Escuela de Arquitectura no eran arquitectos del porvenir, sino futuros médicos y farmacéuticos. La clase de química general del año preparatorio de medicina y farmacia se daba en esta época en una antigua capilla del Instituto de San Isidro convertida en clase, y éste tenía su entrada por la Escuela de Arquitectura. La cantidad de estudiantes y la impaciencia que demostraban por entrar en el aula se explicaba fácilmente por ser aquél primer día de curso y del comienzo de la carrera. Ese paso del bachillerato al estudio de facultad siempre da al estudiante ciertas ilusiones, le hace creerse más hombre, que su vida ha de cambiar.”

(Pío Baroja: El árbol de la ciencia, Primera parte, I)


Pocas novelas, o quizá tan solo una, encuadran la primera escena en una escuela de arquitectura, como la describió Pío Baroja en el inicio del relato, cuya historia acontece en el siglo XIX.

A partir de mediados del siglo XIX, los estudios de arquitectura, hasta entonces adscritos en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid, buscaron una nueva ubicación para librarse de la tutela que pintores y escultores académicos ejercían sobre los estudiantes de arquitectura. 

En aquel tiempo, los estudios de arquitectura duraban ocho o nueve años, requerían tres o cuatro años comunes con los demás artes, antes de tres o cuatro años de una formación ya específica, tras la superación de un examen de ingreso. 

Incluso el ingreso en los estudios comunes exigían destreza reglada de dibujo y de gramática (no se puede proyectar bien lo que no se explica bien), que se debía obtener en la propia Real Academia o en centros homologados.

Tras la separación de la Real Academia, la Escuela especial de arquitectura halló acomodo en el antiguo Colegio Imperial (hoy Instituto de San Isidro), un imponente centro barroco, creado en el siglo XVI por la hermana del emperador Felipe II, María de Austria, en unos terrenos que ya acogían un centro educativo desde el siglo XIV, dirigido por los jesuitas, antes de su expulsión en el siglo XVIII. 

Dicho Colegio albergaba también estudios de medicina, química y humanidades, entre otras especialidades, algunas de las cuales formaban también parte del currículo del estudiante de arquitectura

Éste es el centro, un imponente edificio alrededor de una iglesia barroca que mira hacia la transitada estrecha calle de Toledo, en pleno centro de Madrid, dominada por la cúpula y las torres o campanarios del templo, con cuya descripción se abre la novela. 


Agradecimientos al profesor Rafael Martín, jefe de estudios del Instituto de San Isidro (ubicado en antiguo Colegio Imperial)


viernes, 17 de mayo de 2024

The show must go on….


 Ya no somos capaces de ponernos en el sitio del otro. Necesitamos que todo se convierta un espectáculo “inmersivo”.

Pasen, pasen y sientan la emoción de ser una víctima por un día….

Se suponía que la universidad debía formar a personas reflexivas…

Ayudas bibliográficas imprescindibles

 Me atrevo a compartir estos enlaces a páginas webs legales españolas de gran ayuda en la búsqueda bibliográfica (referencias y en ocasiones textos anteriores a 1958, fecha de la instauración de la obligatoriedad del depósito legal, que evitan la consulta en papel, a veces frágil).

Agradecimientos a la generosidad y el conocimiento de Teresa León.


HISPANA recolector recursos bibliotecas digitales de España https://hispana.mcu.es/es/inicio/inicio.do

Hemeroteca digital Ministerio de cultura https://prensahistorica.mcu.es/es/inicio/inicio.do

Biblioteca Virtual Patrimonio bibliográfico Ministerio de cultura https://bvpb.mcu.es/es/inicio/inicio.do


Red bibliotecas universitarias españolas (y algún otro centro invitado) REBIUN https://rebiun.baratz.es/OpacDiscovery/public/home




Teresa León Sobrino

Técnico superior de Bibliotecas

Jefe de sección Archivo, Biblioteca y Publicaciones

Email: jefeseccion.archivobiblioteca@rabasf.com


Un dibujo con letras

Descripción generada automáticamente con confianza media

Real Academia de Bellas Artes de San Fernando
C/ Alcalá, 13. 28014 Madrid
Tlf. 91 524 08 64    Ext. 183
rabasf.com

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Lógica y gramática


Los arquitectos somos así de claros cuando escribimos en 2024:


 “Hemos olvidado que no vivimos en nuestros cuerpos, sino que somos constituciones corporales en nosotros mismos”


En 1799, los estudiantes de arquitectura en España, que se formaban junto a pintores y escultores, antes de proseguir materias arquitectónicas específicas durante cuatro años, tras un examen de ingreso, tenían que seguir durante tres años cursos introductorios comunes que incluían, por ejemplo: 

“Antes de admitir en la carrera de arquitectura a cualquier joven, sería conveniente , y aún necesario, que este se hallase ilustrado en la gramática castellana y en un tratado de lógica, para expresar con claridad sus ideas y pensamientos” 

(Manuel Machuca, Sobre el programa de estudios de arquitectura en la Real Academia de Bellas Artes De San Fernando, Madrid, 14 de abril de 1799)

Pero se corría el riesgo que se entendiera lo escrito.

miércoles, 15 de mayo de 2024

ISABEL QUINTANILLA (1938-2017): LUGARES HABITADOS





































 

Fotos: Tocho, Madrid, mayo de 2024


La revista del Colegio de Arquitectos de Cataluña encargó una entrevistas sobre “los López”, en Madrid, a mitad de los años ochenta: Antonio López , Francisco López y Julio López, pintores y escultores emparentados. 

El encargo tenía sentido. Antonio López es un retratista urbano (así como de espacios domésticos), y Francisco y Julio López han trabajado con arquitectos como Rafael Moneo o Elías Torres, en espacios públicos y obras arquitectónicas.

Las entrevistas tuvieron lugar en sus domicilios. Una mujer abrió la puerta en cada casa. Saludamos y nos olvidamos. No veníamos a verlas, sino a sus célebres esposos. Ellas se retiraron.  

Ningún responsable ni participante del encargo sabía quiénes eran. Todas han fallecido. Siete años más tarde del fallecimiento, un museo de Madrid presenta la primera antológica de Isabel Quintanilla. Francisco López era su esposo.

Tardó más de diez años en exponer por vez primera en una galería de arte. Una gran parte de su obra se halla en Alemania, fruto de un viaje familiar. Casi ningún museo español posee obra suya.

Viendo la exposición, y tras la reciente muestra antológica de Antonio López en Barcelona, cabe preguntarse por nuestra ceguera. O nuestros prejuicios.

Isabel Quintanilla fue una retratística urbana y, sobre todo, de espacios domésticos habitados. 

Pintó lo que las fotografías que los arquitectos encargan no muestran: espacios con marcas, en gastados muebles, sofás y butacas rehundidos, a veces protegidos por arrugadas fundas de plástico, en alfombras descoloridas, deshilachadas, estantes desordenados, azulejos descascarillados, paredes desconchadas, cables, radiadores de mediocre diseño, objetos desparejados, como en una casa de veraneo que recoge los enseres que ya nadie quiere, contadores a la vista que son lo primero que retoques fotográficos borran, leves incidentes fruto del roce, del trato diario, de la adaptación de la estancia a nuestros humores y nuestros descuidos (que la humanizan a coste de su inicial perfección).

Quintanilla afirmaba que prefería no retratar a los habitantes. No eran necesarios. Un cúmulo de discretas marcas por doquier testimoniaban de la latente presencia humana, realzada por las luces indirectas y reflejadas (en espejos, vidrios, cristales, plásticos, maderas enceradas, pavimentos fregados) de lámparas de mesas o de pie encendidas, al atardecer, que revelan que los usuarios están cerca, fuera por unos momentos.

Breves citas de la novela El Jarama -una de las mejores novelas europeas del siglo XX, que los pintores realistas madrileños tenían como libro de cabecera-, de Rafael Sánchez Ferlosio, bien escogidas, acompañan la visita.


https://www.museothyssen.org/exposiciones/realismo-intimo-isabel-quintanilla